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«Nadie atendía a la megafonía hasta que llegó Juan»

Usuarios y habituales de La Caleta defienden el estilo humorísticodel trabajador apercibido por bromear a través del micrófono

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El humor de La Caleta se ha esfumado, al menos de los altavoces. Los bañistas tendrán que mirar el reloj para saber si es la hora del café. El bullicio de una playa repleta continuará cuando el locutor habitual hable rigurosamente por la megafonía y siga de forma exhaustiva las indicaciones del Ayuntamiento.

«Nadie atendía a las advertencias de la megafonía hasta que llegó Juan» defendía ayer la presidenta del Club Caleta, María del Carmen Bernal. El speaker, con su forma de hablar hacía que todo el mundo le prestara atención, por ejemplo: «El día que avisó de que venían medusas, los bañistas lo respetaron y salieron de la orilla» añade María.

Pero aunque los bañistas y usuarios de la familiar playa soliciten que vuelva el simpático locutor, éste ya no realizará más ese trabajo porque su empresa ha nombrado a otra persona para ese puesto, que el célebre Juan (Osorio) ocupaba únicamente de forma provisional, como sustituto.

Los bañistas de La Caleta se mostraban ayer partidarios hasta de recoger firmas para volver a reírse. «¿Dónde hay que firmar?» preguntaba entre exclamaciones la veterana Carmen, «Yo le doy mi apoyo en todo momento al chaval, y si hace falta firmar para que se quede, lo haré sin ninguna duda» expresaba su compañera Chari, que va todos los días a la playa, por la mañana y por la tarde.

Esta misma reacción fue la de la presidenta del Club Caleta que apoya la campaña de firmas y se ofrece, en caso de que sea necesario, para salir a pedirlas. Al respecto de la reprimenda verbal que la empresa le ha dirigido al locutor, María del Carmen Bernal señala que lo ve excesiva porque los mensajes llegaban perfectamente a los usuarios.

Otros caleteros se han sentido aludidos por la justificación que la empresa ha dado para sancionar al locutor «el humor puede llevar a confusión en el momento de una emergencia». Al respecto, Jesús asegura: «Los caleteros sabemos distinguir entre una broma y una advertencia real. No hay lugar a confusión».

Aunque los usuarios soliciten firmas o protesten, como proponen algunos desde que comenzó la polémica, la vuelta a la megafonía del locutor más codiciado no será posible según indicó ayer la empresa concesionaria del servicio, Arasti Barca. «A partir de este momento y hasta que finalicen los servicios de playa, Juan realizará su labor de socorrista, para la que ha sido contratado» explica el gerente de la empresa para la que trabaja el joven.