El hundimiento del Reina Regente

El navío Reina Regente fue construido por la ingeniería naval militar en Inglaterra para España y lanzado al agua por primera vez el 24 de febrero del año 1887. Se trató de una embarcación pionera en su época, ya que poseía cañones dobles en su artillería. En 1888 finalizó su construcción. Realizó muchos y continuos viajes y en varios de ellos los informes de sus comandantes fueron desfavorables en lo que a sus cualidades marineras se refería, pese a que ninguno de estos defectos era esencial para el mantenimiento de su estabilidad en el mar. Parece ser que incluso se aconsejó sustituir sus cañones y reducir la artillería, recomendaciones que finalmente fueron ignoradas. El día 9 de marzo de 1895 a las once y media de la mañana el "Regente", como vulgarmente se le conocía, zarpó desde el puerto de Cádiz hacia Tánger con la embajada del Sultán de Marruecos a bordo, ya que se acababa de negociar en Madrid la revisión del Tratado de Marraquech para poner fin al conflicto con los rifeños. El regreso a la costa gaditana estaba previsto para el día siguiente, el 10 de marzo, que amaneció con unas condiciones meteorológicas adversas: soplaba un fuerte viento de suroeste y el mar estaba picado, pero estos impedimentos no fueron suficientes para el capitán del barco, Francisco Sanz Antonio, que deseaba regresar cuanto antes para poder asistir a la botadura del crucero Carlo V, así que el Reina Regente zarpó. El barco no llegó nunca a su destino, algunas embarcaciones aseguraron haberlo divisado en plena mar luchando contra la adversidad temporal mientras buscaba un refugio en la costa peninsular. Lo cierto es que desapareció y con el 412 hombres, restos que fueron buscados pero no hallados en los siguientes días, sólo se dncontraron algunos vestigios en las costas de Tarifa y Algeciras.