PREOCUPADO. Pedro Parrilla mantiene su amor por la enseñanza a pesar de estar jubilado. / NURIA REINA
CÁDIZ

«Hay tanta permisividad que los padres no pueden con sus hijos»

Docente durante casi 40 años, catedrático y doctor en Historia y profesor de Historia del Arte en la Universidad a Distancia (UNED). Pedro Parrilla comparte con sus siete hermanos y sus dos hijos el amor por la enseñanza

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Su trato cordial y su conversación fluida y sincera delatan su dedicación infinita a la docencia. No deja que le traten de usted porque le gusta estar a la altura de los demás y no deja de pensar en ningún momento en los que le escuchaban detrás del pupitre. Siguen siendo ellos su principal preocupación a pesar de haberse jubilado hace ya algunos meses, y es que Pedro Parrilla lleva la enseñanza en los genes. Sus abuelos fueron profesores y él abrió el camino de una nueva generación de docentes de vocación. Él y otros siete hermanos eligieron esta profesión, según él, la única, junto a la de Medicina, que debe hacerse con el corazón y no con la cabeza. Ahora, con entusiasmo habla de su vida como profesor, de una experiencia vital que ya ha dejado como herencia a sus dos hijos, que también han elegido esta profesión.

-¿Qué es la enseñanza para una persona que ha sido profesor durante casi 40 años?

-Después de 39 años en esto, la enseñanza es una vida y creo que no sabría hacer otra cosa. Todas las carreras deben hacerse por vocación pero en esta y en la Medicina es condición sine qua non. Aquí las meteduras de pata duelen más.

-¿Hay mucha diferencia entre los padres de antes y los de ahora?

-Es posible, porque se dan circunstancias diferentes. Antes, pocos accedían a la enseñanza porque sus padres los metían a trabajar y los que se lo podían permitir lo hacían con intención de que sus hijos estudiaran una carrera. Por eso, el hecho de que un profesor llamase a un padre para quejarse de su hijo era la peor afrenta que se le podía hacer a la familia. Antes había un respeto mutuo. Si hay disciplina en casa, la hay en la escuela.

-¿Ha cambiado mucho la enseñanza en este tiempo?

-Pues ha cambiado de acuerdo a la sociedad. Antes había una autoridad, una estructura dictatorial y el respeto era su principal característica. Ahora todo es diferente porque hay tanta permisividad que los propios padres no pueden con sus hijos y eso se ha trasladado a la enseñanza. Si no pueden ellos ¿cómo vamos a poder los profesores? Antes los alumnos preguntaban más, tenían más inquietudes. Ahora no, los malos son los que marcan el ritmo de la clase y lo que hacen es echar a perder a otros compañeros que tenían ganas de estudiar.

-¿A qué se debe el elevado número de bajas por depresión que se produce en el profesorado?

-En primer lugar, a que no hay un periodo obligatorio de prácticas cuando salen de la Facultad, como sucede en Medicina y los que se están metiendo a esto no saben con quién van a tratar ni si sirven para esta labor. Cuando llega el momento, se dan cuenta de que no es lo suyo y ahí aparecen las depresiones, la principal consecuencia de no haber puesto los medios suficientes.

-¿De qué manera han influido las continuas reformas del sistema educativo español?

-Pues han sido una equivocación, sobre todo, por el hecho de obligar a los que terminan Primaria a acudir a un instituto a cursar la Secundaria con asignaturas como Física o Química cuando tienen claro que no quieren seguir estudiando. En este sentido, hay que volver al pasado, cuando eran desviados directamente desde Primaria a la Formación Profesional para que fueran aprendiendo la profesión que deseaban. Con estos nuevos sistemas, lo que se ha conseguido es que estos alumnos que no quieren estudiar una carrera vayan pasando de curso con asignaturas suspensas hasta que terminan sin nada, sin un título. La solución al problema del fracaso escolar está en lanzarlos a la Formación Profesional desde el principio. De hecho, la crisis de la enseñanza coincide con la puesta en marcha de estas reformas.

-En los últimos años ha crecido de forma importante la violencia y el acoso escolar en las aulas de los centros educativos, ¿cuál es la explicación a estas conductas?

-La explicación se encuentra en la sociedad, ya que los alumnos reflejan en las aulas lo que han visto en la familia o en sus alrededores. Esta es la consecuencia de los chavales que han nacido en familia desestructuradas a causa del paro o de la droga. Hace falta un acuerdo de Estado, de forma urgente, en materia de Educación. La educación no debe tener nunca color político sino eficacia, porque estamos dejando que se pierdan futuros y, sobre todo, propicia el deterioro de la escuela pública.

-¿Qué influencia tiene hoy en día el profesor en la educación de las nuevas generaciones?

-Creo que hoy en día ha perdido toda su influencia por los motivos que he relatado antes. Desgraciadamente nosotros no podemos hacer nada contra esto y vemos todos los días cómo los alumnos que son buenos estudiantes en 1º y 2º de ESO, en 4º están machacados. Si el 80% del alumnado del aula es repetidor, el estudiante que no lo es no puede avanzar.

-¿Recuerda a alguno de sus alumnos por algo especial?

-Son tanta gente que es difícil acordarse de todos pero recuerdo muy bien a un chaval que iba mal en el curso pero que era buena persona. Simultaneaba el BUP con el Conservatorio de Música y cuando le pedí que dejara las clases en el Conservatorio me dijo muy solemne: «Profe, si dejo la música me muero».

-¿Qué cualidades debe tener un profesor?

-Los profesores deben cumplir con tres requisitos indispensables: preparación, amabilidad y saber conectar con la gente. Está claro que sin conocimiento no se va a ningún sitio.

-¿Qué le parece el Plan Bolonia?

-La verdad es que no lo he estudiado con profundidad pero creo que a priori tiene una parte positiva y otra negativa. Lo bueno es que nos conecta con Europa, de manera que un estudiante español pueda salir sin problemas. Sin embargo, temo que se adecue al espíritu español y que, como siempre, no haya medios ni profesores preparados. Si no se hace bien se va a convertir en lo que fue la LOGSE.

nagrafojo@lavozdigital.es