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La guerra de Madrid se cocina también en Cádiz

De siempre el PP ha lavado los trapos sucios en casa y era el PSOE quien aireaba sus diferencias. Pero los tiempos cambian, como los gobiernos

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De siempre el PP ha lavado los trapos sucios en casa y era el PSOE quien aireaba sus diferencias. Pero los tiempos cambian, como los gobiernos. El Partido Popular anda enfrascado en una polémica suscitada tras la petición del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, de ir en las listas electorales de su partido para ocupar un escaño en el Congreso, lo que supone vulnerar el artículo 7 de los estatutos que el PP aprobó en el año 1993 cuando era secretario general Álvarez Cascos. En este punto el partido no tiene «las ideas claras», como dice su slogan electoral. Los efectos colaterales de esta polémica han salpicado a la provincia, donde el ex ministro de Agricultura, el jerezano Miguel Arias, mide fuerzas con la alcaldesa Teófila Martínez para ir de número uno al Congreso. Aunque no lo ha dicho abiertamente, sí ha declarado que le gustaría «medirse» con Rubalcaba –número uno por el PSOE en Cádiz– y en petit comité sí que ha manifestado su deseo de repetir como cabeza de lista, teniendo en cuenta que la condición de alcaldesa de Teófila Martínez la haría incompatible con el cargo de diputada.

Pero Miguel Arias no las tiene del todo consigo. Su pérdida de poder en Andalucía es evidente desde que dejó de ser presidente del partido y, luego, ministro de Agricultura. Ahora está en «tierra de nadie», dicen quienes compartieron con él tiempos de gloria política. Como aval para postularse ante la dirección del partido como foto de cartel al Congreso cuenta con su trabajo en el Gobierno de Aznar y, actualmente, como coordinador del área de Economía nacional del PP. Ir de número dos, detrás de Teófila Martínez, con la que dicen que nunca tuvo mucho feeling, sería una derrota, aunque quienes le conocen saben que, pese a ello, aceptaría el puesto para estar cerca de Madrid, por si Rajoy –quien reconoce su labor– gana las elecciones y forma Gobierno.

Teófila Martínez no se va a quedar de brazos cruzados y esgrimirá sus resultados en Cádiz para garantizarse el número uno al Congreso de los Diputados. Su carácter luchador no le hará rendirse y ya ha movido ficha en Madrid para conseguir apoyos. En el partido tienen claro que lo que se propone, lo consigue, lo que también juega en contra de Miguel Arias, a quien el partido podría ofrecer como alternativa ir al Senado, un cargo donde perdería cancha política. Las declaraciones de Alvarez Cascos –quien hizo la norma hizo la trampa– dicen que son fruto de la presión de los aspirantes a candidatos que ven peligrar su liderazgo en las listas si no se aplica el estatuto en su artículo 7. Pero, olvidan que en el punto siguiente, la norma establece que se pueden hacer «excepciones» y es ahí donde en su día tuvieron cabida casos como el de la alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, o la de Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi. El comité ejecutivo –donde tendría más apoyo Miguel Arias, que ha sido hombre fuerte en Madrid– es quien valorará las candidaturas, pero es el propio Rajoy quien tiene la última palabra. En este caso, las ideas, no están tan claras.