La historia de una Gran Plaza

No hay chiclanero que pase por el Puente Chico y no haga una mueca de extrañeza al girar su cabeza hacia el Puente de Los Remedios. Desde que se presentara en 1999 como uno de los «proyectos estratégicos» de la ciudad, la Gran Plaza sobre el río ha sido objeto de todo tipo de comentarios. Su estética, su ubicación de cara al Levante o la erradicación de uno de las zonas verdes que tenía el centro, han sido algunos de los motivos expuestos por los ciudadanos para cuestionar su utilidad como recinto público. Sin embargo, sus resultados están aún por comprobar después de que en 2003 se pusiera la primera piedra.

Su historia, desde esa fecha, ha estado llena de vicisitudes. La empresa encargada de ponerla en pie abandonó los trabajos por la dificultad del proyecto, la puesta en marcha del parking sufrió retrasos, así como la inauguración de la propia plaza, prevista para finales del pasado año. La obra está presupuestada en más de seis millones de euros y el recinto tiene una dimensión de 10.000 metros cuadrados.

«No podemos decir que nos gusta la obra. Lo único que está en nuestras manos es introducir una serie de cambios para mejorar su estética», comentaba la edil Teresa Ruiz Sillero, al comenzar a relatar las nuevas medidas que pondrán en marcha. De esta forma, el Consistorio ha anulado un pedido de varios macetones por valor de 9.000 euros que iban a ser colocados por toda la plaza y tampoco se instalarán unas jardineras en las paredes laterales, al considerarse poco apropiadas.

El monumento al artesano José Marín, cuya ubicación estaba prevista en el centro del recinto, se trasladaría a uno de sus lados, se pondrán más bancos y el lugar se convertirá en zona wifi, para incentivar su uso por parte de los más jóvenes, según Sillero. El Ayuntamiento también ha comenzado las conversaciones con la Dirección General de Costas para demoler la antigua cafetería El Teatro, con el fin de ampliar la zona de juegos infantiles y, a la vez, quieren levantar un merendero donde está actualmente la denominada pajarera.

Además, Ruiz Sillero explica que el auditorio tiene problemas de seguridad que tendrán que someter a estudio. A este obstáculo se le añade otro, y es que el Consistorio se ha encontrado con que la plaza no cuenta con conexión a la red eléctrica . No hay transformador y se están buscando soluciones para dar suministro a sus farolas. Ante este cúmulo de cambios, hay un elemento que no disgusta al nuevo Gobierno, y es una fuente con luces azules detrás del ascenso. Sin embargo, la empresa argumenta que ese surtidor no estaba contemplado en los presupuestos. Pero con fuente o sin ella, la plaza sigue sin tener fecha de inauguración y los chiclaneros sin averiguar cuál será el fin de la historia de una plaza única. chiclana@lavozdigital.es