Un fuego que no se apaga

La situación, tan paradójica como real, fue la gota que colmó el vaso: el pasado fin de semana un vehículo del Consorcio de Bomberos se incendió en una tarea de transporte. Lo más flagrante del suceso es que el vehículo tenía 14 años y no contaba con extintor. Lo cierto es que el Sindicato de Bomberos de Cádiz (SBC) lo veía venir. «Ya hemos denunciado en varias ocasiones el mal estado de los vehículos y el escaso mantenimiento de los mismos», denuncia el secretario general David Ávila.

Esta misma semana, como relata Ávila, un vehículo de autobomba ligera (muy utilizadas en los cascos históricos) daba problemas de arranque y «se lo tuvieron que llevar la de Puerto Real, ya que en la capital era necesario».

Y no son las únicas deficiencias que experimentan los bomberos del Consorcio gaditano: equipos de protección que no se renuevan desde hace años, problemas en las instalaciones o jubilaciones que no se cubren son algunos de los problemas que relatan desde el sindicato.

Tanto es así que no dudan en hablar de «falta de seguridad y de calidad en el servicio que se presta a los ciudadanos». Así de tajante se muestra Ávila y no está solo en su denuncia: José Jiménez y Francisco Páez, miembros también del sindicato, corroboran sus palabras. Aseguran que se trata de una situación que arrastran desde hace años y sin visos de cambiar desde la gerencia de un Consorcio que depende en un 51% de la Diputación y, el resto, de los ayuntamientos que lo conforman.

«No se están cubriendo las jubilaciones lo que hace que cada vez seamos menos efectivos», explica Jiménez. De hecho, en 2011 eran unos 540 efectivos y ahora serán «unos 40 o 50 menos». En su lugar, dichas faltas solo se ha cubierto con personal interino que cubren unas 70 plazas. Y eso deja al descubierto la ausencia de 50 bomberos, medio centenar de profesionales que faltan en la provincia al no haberse cubierto esas plazas. «La falta de personal hace que nos cambien constantemente las guardias con lo cual la conciliación familiar es muy complicada», reconoce Ávila.

El otro problema fundamental en el que hacen hincapié es en las deficiencias y antigüedad de los equipos. De hecho, hay vehículos que tienen «más de 15 años» que tienen problemas «porque no se les realiza un mantenimiento adecuado». «Son los propios compañeros los que se tienen que encargar del mantenimiento diario, pese a que no es su función», explica Ávila. Algo que, por otra parte, no es nuevo ya que, según explican, los trabajadores han tenido que hacer frente a reparaciones puntuales en las deficiencias surgidas en las instalaciones. Todo ello en parques, como el de San Fernando o Cádiz «que son nuevos y ya tienen problemas». Peor es el caso del de Tarifa «con un techo de uralita y problemas de plagas». Tampoco hablan bien de los uniformes. «Tengo la misma ropa de protección desde que me hice bombero hace 16 años», explica Ávila. Y Jiménez añade: «Colocan parches en lugar de sustituirla». Ante todo ello, Páez se muestra tajante: «La falta de seguridad la sufrimos nosotros y los ciudadanos. Lo único que queremos es realizar un servicio de calidad en la provincia».

El presupuesto del Consorcio

No es el único inconveniente que le ponen a la gestión del Consorcio. Acusan a la institución de «falta de transparencia en sus cuentas». Así, según el sindicato el presupuesto del Consorcio se ha prorrogado del año pasado a este. «En total, es un presupuesto de 32.239.000 euros realizado en base a la plantilla que teníamos en 2011. Ahora somos menos trabajadores porque no se han cubierto las jubilaciones, ¿dónde está ese dinero?», explica Ávila. De hecho, según explican los sindicalistas, en las cuentas hay partidas para equipos «pese a que no se renuevan». A eso se suma, la deuda acumulada de diversos ayuntamientos como el de Jerez.

De hecho, «el Consorcio dejó de pagar las nóminas a los bomberos del parque de Jerez para que presionaran al Ayuntamiento, denunciamos al Consorcio y, tras varios recursos las Justicia nos dio la razón en que todos los empleados del Consorcio somos iguales por lo que no pueden dejar de pagar las nóminas a unos», explica Ávila. Así, la única forma de lucha que han encontrado en este sindicato son los tribunales en varias causas que tienen abiertas. Mientras, alertan de los problemas de seguridad como el vivido el pasado fin de semana con la esperanza de que no se vuelva a repetir «con peores consecuencias».