Saúl (en primer término) y Nyom luchan por el balón
Saúl (en primer término) y Nyom luchan por el balón - AFP
LIGA BBVA / JORNADA 38

Todos contentos en Granada

El Atlético empata en un simulacro de partido en Los Cármenes y queda tercero en la Liga. Los andaluces siguen siendo de Primera

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Granada90Atlético

El Atlético de Madridganó la Liga de los «mortales», esa que desde finales del verano de 2014 ha disputado con el Valencia y el Sevilla. Un discurso «made in Simeone» que ha ido calando en el club y la afición a pesar de que los rojiblancos partían como campeones tras romper el duopolio Barcelona-Real Madrid. Lo sucedido en esta temporada ha sido un regreso a la lógica frente al realismo mágico del curso anterior, pero ese tercer puesto, que puede saber a poco, permite al equipo seguir entre los grandes de Europa y molestando a los dos trasatlánticos en todos los frentes.

[Así hemos contado el partido]

Consiguió su objetivo en un simulacro de partido, en la última jornada como marcan sus propios cánones, ante un rival angustiado por la situación en la tabla y por las noticias que llegaban a través de los transistores (atención especial a la montaña rusa del Almería-Valencia, donde también jugaban sus cartas Granada y Atlético).

Tarde futbolera como las de antes, con todos los partidos importantes cociéndose a la misma hora.

Fue esa incertidumbre, y no la calidad del juego, lo que animó a la parroquia que se dio cita en el Nuevo Los Cármenes, más pendiente de lo que ocurría lejos que lo que pasaba unos metros más abajo. Que, en realidad, era muy poca cosa. La creatividad dimitió en favor de las imprecisiones y los nervios. Apretó más el Granada ante un Atlético agazapado, sin una referencia clara arriba por las lesiones de Mandzukic y Torres, esperando algún error del rival. No hubo daños en ninguna de las dos áreas en una primera parte para olvidar.

La reanudación no trajo un gramo más de fútbol, ni jugadas de peligro (aunque fuera de rebote), ni siquiera amonestaciones porque nadie metió la pierna. Arriesgaba más el Granada con el empate, pero eligió esperar con sangre fría a que los resultados de otras plazas le beneficiaran. El Atlético esperó a que los minutos se escurrieran. El gol postrero del Valencia certificó la salvación del conjunto nazarí: la hinchada se encargó de comunicárselo a sus jugadores. Y con una pachanga en el centro del campo acabó todo.

Ver los comentarios