Un cambio radical en la defensa del Córdoba CF

De la noche al día. Así de radical ha sido el cambio, momentáneo, que ha experimentado el Córdoba CF en los dos últimos partidos a nivel defensivo. Ha pasado de encajar seis goles en un par de encuentros a no recibir ni una diana, y casi tampoco conceder ocasiones, en los dos últimos duelos. Una semana que completará el sábado ante el Gimnástic de Tarragona a partir de las 18.00 horas en El Arcángel.

Hay varios factores que han podido influir en la puntual mejoría defensiva del equipo que adiestra José Luis Oltra. El primero y quizás más importante ha sido la inclusión de Jonathan Bijimine en el once titular. El pivote reconvertido desde hace una campaña a central ha sacado de la alineación a Héctor Rodas.

Un aspecto determinante ha sido la vuelta a la normalidad de Pawel Kieszek en la portería. Después de varias semanas de fallos que le costaban goles al equipo ha encontrado la senda de la regularidad. Por último, la cercanía del doble pivote a la zaga ha provocado una estabilidad que se había perdido. Incluso, el lateral derecho, hasta sin Antoñito por unas molestias, ha estado firme con el debut de Caro.

Con esos retoques, el bloque de Oltra ha conseguido un salto en sus cifras defensivas. Ha pasado de ser el cuarto más goleado de la categoría con siete dianas recibidas en sólo cuatro encuentros (apenas Girona, Zaragoza y Lugo tenían peores cifras) a situarse en la zona media después de seis jornadas. La media de casi dos goles por partido que recibía después de un mes de competición se ha reducido a casi uno por encuentro.

De hecho, un dato significativo es que el Córdoba CF ha dejado la portería a cero en tres de los seis choques que ha disputado. Ha tapado la portería de Kieszek en la mitad de los duelos de la Liga 123 que ha jugado hasta el momento. El equipo dejó la portería a cero frente al Tenerife, contra el Levante y también ante el Alcorcón. Sólo recibió dianas por el UCAM (1), Lugo (3) y Huesca (3).

Alejado de las frías cifras, quizás la mejor conclusión es que el Córdoba CF ha conseguido esculpir una identidad. Oltra había reiterado durante la pretemporada que su nueva obra sería un vestuario más rocoso atrás para compensar la pérdida de potencial ofensivo por las salidas de Florin, Xisco y Fidel. Durante unas semanas ese discurso se había tambaleado por los resultados. Sin embargo, la respuesta del equipo ha sido inmediata. En tres días y dos buenos encuentros a nivel defensivo ha recuperado parte de la credibilidad del nuevo estilo de juego. Quizás poco estético, pero elegante en su pragmatismo.