World Central Kitchen

José Andrés: «En emergencias los cocineros somos los soldados perfectos para multiplicar los panes y los peces»

El chef español cree que los cocineros deben formar parte de la lucha contra el hambre y explica cómo la acción solidaria se ha convertido en un motor de su vida

José Andrés, fotografiado en 2017
J. F. Alonso

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José Andrés, uno de los cocineros más populares del mundo, se ha convertido -quizá sin querer- en el líder mundial de una generosa forma de colaboración entre la gastronomía y la lucha contra el hambre . Sobre esa relación habló ayer en el congreso Gastronomika Live, un encuentro online desde su casa en Washington en el que participaron Benjamín Lana, presidente de la división gastronómica de Vocento, y Carlos Maribona, crítico de ABC. «No soy lo que soy gracias a mí, sino gracias a la gente que está a mi alrededor. Ellos forman parte de mi éxito y yo del suyo. Yo sigo queriendo ser el mejor cocinero del mundo, pero sí es verdad que tengo muchas facetas en mi vida, que me he dado cuento de que necesito aprender y hacer muchas cosas. Sigo queriendo tener un restaurante creativo, pero también quiero formar parte de la solución contra el hambre ».

En 2010, este chef y empresario, con veinticinco restaurantes a su cargo, puso en marcha World Central Kitchen , una ong que ahora forma parte de su adn y que ocupa una buena parte de su agenda. Tanto es así que se ha convertido en una filosofía de vida . «Está bien que nuestra profesión sea la más creativa del mundo, pero es fundamental que los cocineros nos comprometamos para que no haya hambre en el mundo, y hay que empezar por nuestras comunidades. Eso no se consigue con un plato de comida gratis. Tiene que haber reformas mucho más profundas. Que la alimentación no sea un problema, sino la oportunidad de un mundo mejor . El mundo de la gastronomía tiene que ayudar a buscar soluciones para que no haya personas que pasen hambre».

World Central Kitchen llegó a España hace unas semanas, en plena expansión de la pandemia del Covid-19. Muchos de sus amigos cocineros le preguntaron entonces qué podían hacer. «Por eso fue relativamente fácil montar este tinglado. En España tenemos ya quince cocinas activas , 152 puntos de distribución en 35 ciudades y pueblos, con más de doscientos cocineros colaborando en los fogones o ayudando a recaudar fondos o productos». En su opinión, «tiene que haber sistemas para que las personas que se quedan atrás en nuestra sociedad no se sientan abandonadas. Y eso empieza reconociendo que tenemos una emergencia humanitaria . Si no atajamos de base el hambre, que va a aumentar en los próximos meses, va a haber muchos problemas sociales en muchos países del mundo».

¿Qué medidas habría que poner en marcha? José Andrés opina que, en las emergencias, «los Gobiernos del mundo entero son lentos en adaptarse». En la conversación de ayer puso sobre la mesa algunas ideas sobre las que trabajar. «No podemos tener excedentes de productos que no tienen cabida en el mercado porque los restaurantes han cerrado y al mismo tiempo gente muerta de hambre. Estamos desperdiciando productos que nadie está recogiendo, porque no hay nadie que se lo vaya a comprar a los agricultores. El Estado debería tener un programa para comprar ese excedente que no tiene salida y llevarlo a la gente que pueda tener una necesidad».

José Andrés, ayer con una barba abundante y una de esas gorras típicas de Estados Unidos, cree que hay muchas maneras de ayudar y que hay que cambiar la actitud. Pide la acción de las organizaciones mundiales, como la ONU, que no han sido capaces de acabar con el hambre del mundo. Y criticó la respuesta «nula y lenta» del Gobierno federal de Estados Unidos en Puerto Rico.

A partir de ahí, José Andrés puso sobre la mesa su trabajo en distintos países. «En Estados Unidos nos encontramos con 700.000 restaurantes cerrados, y empezamos a recibir mucho dinero procedente de donaciones. El alcalde Michael Bloomberg nos dio seis millones, el fundador de Twitter otros tantos, Tim Cook (Apple), otro tanto. Ese dinero lo hemos puesto a trabajar. ¿Cómo? Si tenemos los restuarantes cerrados y hay que dar de comer al hambriento, ¿por qué no ponemos los restaurantes a trabajar? En World Central Kitchen les pusimos en contacto con las alcaldías o instituciones para cubrir las necesidades de esas ciudades. A día de hoy tenemos 1.200 restaurantes a los que pagamos por la comida. Estamos haciendo 300.000 comidas al día. Ahora habrá una ley que irá al Congreso esta semana para que el Gobierno federal cubra el 100% a los estados que apoyen a los restaurantes en situaciones de necesidad como esta. Gobierno, ong, empresas privadas se han unido en este caso».

El chef español cree que «todos lo vamos a pasar muy mal, pero a lo mejor es el momento de reinventarnos. El Gobierno tiene que ayudar al sector de la hostelería y del turismo para capear el temporal. En España este sector es decisivo. Y luego insisto en cosas concretas, como que los alimentos no se pierdan, porque así colaboramos con los productores y con la gente que pasa hambre».

«Donde haya necesidad de comida, allí estaremos -concluyó-. En emergencias, los cocineros somos los soldados perfectos para multiplicar los panes y los peces».

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