Una pecera para humanos a ras del cielo en Londres

La primera piscina del mundo con vistas de 360 grados se construirá en la cima de un hotel a 220 metros. El acceso será por una puerta de submarino

Vídeo: Se espera construir en Londres una piscina de cristal a 200 metros de altura

Ivannia Salazar

Los seres humanos padecemos de una permanente fascinación por el agua. ¿O quién no piensa en un baño en el mar o en un balneario como auténticos placeres de la vida? Una teoría dice que responde al recuerdo del útero materno, ese primer espacio que habitamos flotando, sin gravedad, en calma. Y el agua también es sinónimo de diversión, de ahí que las piscinas sean un indispensable de muchos alojamientos turísticos e incluso que se hayan convertido no solo en un servicio extra, sino ellas mismas en objetos de culto, auténticas obras de arte arquitectónico, creaciones impresionantes de la ingeniería e incluso lugares de peregrinación para entendidos, fanáticos o curiosos. Es el caso de piscinas famosas como la más alta del mundo, en el complejo Marina Bay Sands en Singapur, la más grande en el resort San Alfonso del Mar, en Chile; o de las más profundas del mundo, preferidas de los buceadores: la Y-40 en Italia y la que va a superar su récord de 40 metros de profundidad y que está actualmente en construcción en Polonia, la Deepspot, que tendrá 45 metros de fondo y se abrirá a finales de este año.

Pero la última que ha llamado la atención en el panorama mundial es la Infinity Pool de Londres, la primera piscina con vistas de 360 grados en un rascacielos y cuya construcción está prevista para el próximo año.

Según explicaron a ABC desde Compass Pools -la compañía que ha diseñado el proyecto- primero nació la idea de construir una piscina en las alturas con vistas desde todos sus lados, y después decidieron en qué edificio estaría alojada. Así es como surge el alojamiento de cinco estrellas Infinity Hotel, que tendrá en su cima, a 55 pisos de altura -unos 220 metros- un tanque gigante y transparente, sin bordes ni escaleras. Una pecera para humanos a ras del cielo, cuya localización en la ciudad aún no ha trascendido.

«Queríamos unas vistas ininterrumpidas, tanto fuera como debajo del agua», explica Alex Kemsley, director técnico del proyecto. «La piscina está hecha de acrílico fundido en lugar de vidrio, ya que este material transmite la luz a una longitud de onda similar al agua, por lo que la piscina se verá perfectamente clara. El suelo será también transparente, lo que permitirá a los visitantes ver el cielo y a las personas nadando». Uno de los desafíos fue idear un modo de entrar y salir de ella sin que se comprometiera el diseño. La solución está basada en la puerta de un submarino, junto con la rotación de una escalera en espiral que sube del suelo de la piscina cuando alguien quiere entrar o salir

Como colofón, la piscina estará equipada con un espectro de luces que le darán a la torre «la apariencia de una antorcha brillante coronada de joyas por la noche», dicen desde la empresa. En definitiva: una obra de arte destinada al placer, eso sí, no apta para acrófobos.

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