Europa es el camino

El jueves 30, las primeras charlas europeístas llegan a Toledo. Concretamente, al Colegio Nuestra Señora de los Infantes y al IES Carlos III. El 5 de mayo es el turno para el IES Universidad Laboral

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El próximo 9 de mayo celebraremos el Día de Europa. Y el 12 de junio, conmemoramos el XXX aniversario de la incorporación de España al entonces Mercado Común europeo, hoy Unión Europea. (EU). Con este motivo, auspiciados por la Oficina del Parlamento en Madrid que dirige Ignacio SEMPER, un grupo de voluntarios, socios de organizaciones no gubernamentales como Europa en Suma, Jóvenes europeístas y federalistas y el Movimiento Europeo hemos empezado a predicar el mensaje comunitario- « Unidad en la Diversidad» por colegios públicos, concertados e institutos de Enseñanza Media y Universidades Laborales. La experiencia la hemos iniciado en Madrid, Segovia y Jaén y esperamos ampliarla a todo el territorio nacional a partir del próximo curso.

El jueves 30, las primeras charlas llegan a Toledo.

Concretamente, al Colegio Nuestra Señora de los Infantes y al IES Carlos III. El 5 de mayo es el turno para el IES Universidad Laboral. Como profesor voluntario ¿Qué vamos a destacar en estos encuentros? Muy sencillo: el valor y el privilegio de ser europeos. De pertenecer a un espacio geográfico donde, después de 2000 años, el diálogo ha enterrado todas las guerras y la voluntad política es el arma más poderosa para encarar juntos el futuro.

Espacio de paz y libertad

Los 28 países de la UE – 509 millones de personas en 4,6 millones de kilómetros cuadrados- representamos hoy una filosofía de vida que es un ejemplo para el mundo entero. Tenemos una bandera con doce estrellas amarillas, símbolo de la armonía y el equilibrio; un himno (a la alegría) compuesto por Beethoven y una monera única, (el euro), que abre puertas y tiende puentes en todas direcciones.

Solo considerando que en la Vieja Europa no padecemos ninguna guerra –si exceptuamos las de la antigua Yugoeslavia- desde hace siete décadas, podemos entender en plenitud el valor de la paz. La UE es paz y libertad. Una geografía en la que se respetan los Derechos Fundamentes (el derecho a la vida, -está abolida la pena de muerte en todos los Códigos Penales-, a la libertad de expresión, de opinión, de religión, igualdad de sexos; derechos sociales (sanidad, educación, trabajo, paro, pensiones, dependencia…); libre circulación de personas, capitales, mercancías y servicios; gozamos de ciudadanía europea y de un Espacio Schengen que garantiza seguridad colectiva frente al terrorismo, el narcotráfico, la trata de personas o las mafias organizadas. La normativa europea nos permite disfrutar de un estado de derecho donde se puede vivir y trabajar en igualdad de condiciones, independientemente del lugar de origen de donde se proceda.

Más que un mercado

Las instituciones europeas (Parlamento, Tribunales, Consejo de Ministros) son plenamente democráticas, elegidas directa o indirectamente por todos los ciudadanos. El presidente de la Comisión y sus comisarios también han pasado por las urnas con el plácet del Legislativo comunitario. Cada vez el déficit democrático institucional se va corrigiendo sustancialmente.

La UE no es únicamente un mercado. No; las políticas sociales comunitarias afectan directamente a todos los ciudadanos y benefician más a lo más desfavorecidos. Ahí están los fondos de cohesión, los estructurales o la PAC (Política Agraria Común) que tanto hace por fomentar el progreso en el mundo rural y en la igualdad de oportunidades.

Esta Babel de 24 idiomas oficiales y cerca de 100 lenguas autóctonas en la más poderosa imagen de la pluralidad. La cultura (el cine, el teatro) y la defensa del Patrimonio material e inmaterial son otros esfuerzos colectivos que nos benefician a todos. La energía y la informática son nuestros puntos más débiles por la dependencia exterior que conllevan respecto a Japón y EEUU; sin embargo, en medio ambiente y la trazabilidad de los alimentos –conocer toda la cadena de manipulación desde el origen al consumidor- somos líderes mundiales. En especial en la puesta en marcha de energías renovables.

Cierto que nuestra política exterior no se corresponde con la de defensa. Algo hemos conseguido ya: ser ciudadanos de la Unión con un pasaporte único. Amparados en el paraguas de la OTAN ya estamos coordinando acciones armadas en el Sahel sin protección directa estadounidense.

Solidaridad

Nuestra ayuda al desarrollo se acerca al 0,6 % del PIB comunitario (sobre unos 145.000 millones de euros en 2015) mientras nuestra gran asignatura pendiente –el desafío inmigratorio- la estamos aprobando poco a poco solidariamente con los seres humanos que huyen del hambre y del ISIS, que han vencido el miedo al mar y miran esperanzados a la tierra prometida de Italia, Malta y España.

En el territorio UE, pese a todas las crisis, tenemos el lujo de no pasar hambre. Mucho queda por hacer todavía. Las ampliaciones quizás se hayan precipitado. Algunos países aspirantes a entrar en Bruselas como Turquía producen receñp y desconfianza. Nadie acierta a poner fronteras a la UE. ¿En Ucrania?, ¿en Bielorusia?, ¿en Israel?, ¿quizás la propia Rusia podría ser socio europeo en el futuro? Ensanchar la libertad y la democracia no tiene límites. Con políticas de integración y solidaridad todo es posible.

Tres décadas de progreso

España cumple 30 años en el club más exclusivo del mundo. Ha sido el país más beneficiado económicamente. Hoy disfrutamos de las autopistas y de los ferrocarriles (AVE) más modernos del mundo. Este año seremos contribuyentes netos, es decir, solidarios con otros países con menores recursos. Claro que no faltan las tensiones. Es el caso del desafío griego. Pero la voluntad política permite seguir construyendo, paso a paso, un mundo más justo y solidario. Grecia, Roma y la Iglesia católica (democracia, derecho y humanismo) han vertebrado una integración que no tiene marcha atrás.

Personalmente instaré en estas charlas a los directores de los colegios a que nos abran las puertas de par en par para explicar por qué Europa es necesaria; y a los jóvenes escolares a que soliciten las becas Erasmus para que aprendan, conozcan y se entiendan con otros jóvenes europeos, americanos y asiáticos y practiquen la tolerancia. Para que se sientan españoles y europeos sin complejos y para que no olviden que mañana, con esfuerzo y oposiciones, eso sí, ellos pueden ser líderes y trabajadores cualificados de la Unión. Unos funcionarios bien formados, pagados y considerados, que, por encima de su nacionalidad,tienen siempre presente que los principios y valores de la unidad, la paz y la libertad son la columna vertebral de los futuros Estados Unidos de Europa, valores permanentes que cinco minutos después de terminar la II Guerra Mundial, soñaron Adenauer, Schuman,de Gasperi, Spinelli, Monet, Spaak y Churchill. Con Europa, más allá de la crisis, más allá de la globalización, tenemos voz propia en el mundo. Europa no es solo un sueño de los Padres Fundadores; Europa es el camino.

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