«Streets of Rage 4»: un videojuego para volver a los noventa y a las recreativas

Lizardcube ha recuperado la esencia de la franquicia de los noventa en una cuarta edición que llega más de 25 años después de la anterior

Rodrigo Alonso

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No cabe duda de que Megadrive es una de las consolas más icónicas de la historia. A diferencia de Super Nintendo , su competencia directa en los noventa, la segunda sobremesa de Sega contaba con una imagen puramente gamberra. Cimentada, en buena medida, sobre un catálogo bastante más maduro y arcade que el propio de la firma del fontanero rojo. Una amplia lista de juegos en la que figuran obras tan atemporales como « Golden Axe », « Gunstar Heroes » y, evidentemente, los Streets of Rage; cuya cuarta entrega -después de un impás de más de 25 años- acaba de llegar a PlayStation 4 , Xbox One , Nintendo Switch y ordenador .

A principios de la década de los noventa, los títulos en los que el usuario se dedicaba a avanzar por un escenario machacando a todos los enemigos estaban en su mejor momento. Los «beat 'em up» -o « yo contra el barrio »- copaban buena parte de las hileras de máquinas recreativas que poblaban los salones arcade. Sin embargo, con el avance de la tecnología y la llegada de las tres dimensiones, el género terminó perdiendo, prácticamente, todo el fuelle. Hasta el punto de que, a día de hoy, es casi imposible encontrar una propuesta fuera del circuito independiente en la que se cultive. Y « Streets of Rage 4 », desarrollado por Lizardcube, no es una excepción.

Se trata de un “indie” con la misión titánica de aguantar sobre sus espaldas una de las franquicias más importantes de la historia. Algo que hace de forma holgada. Evidentemente, no se propone sumergir al usuario en un mundo vasto y realista, como « Red Dead Redemption 2 ». Tampoco intenta tocar conciencias ni contar historias grandilocuentes. Su único objetivo es que el jugador se divierta aporreando enemigos en escenarios pasilleros. Igual que antes. Sin grandes alardes técnicos . Con un control sencillo, un interesante apartado gráfico y una música capaz de transportarte tres décadas atrás.

A pesar del paso de los años, la premisa de la saga no ha cambiado absolutamente nada. Ni falta que hace. En principio, el jugador tiene a su disposición cuatro luchadores diferentes para liarse a golpes en las calles. Los míticos Axel y Blazze y dos nuevas incorporaciones; la rápida y ágil Cherry Hunter y el lento, pero duro, Floyd Iraia . Cada uno cuenta con sus propias características y ataques. Lo ideal, al menos en la primera partida, es optar por aquel con el que el jugador se sienta más cómodo. Para los nuevos jugadores, la mejor opción pasa por Axel o Blazze, ya que son los más equilibrados.

El juego es perfectamente disfrutable en modo un solo jugador; sin embargo, mejora bastante en cooperativo para dos personas, ya sea en local o en línea. También, evidentemente, hace que la experiencia resulte algo más asequible. Cabe recordar que los «yo contra el barrio» nunca han destacado por ser especialmente fáciles y, en este sentido, «Streets of Rage 4» tampoco es una excepción. Superar las 12 pantallas que lo componen sin ver el cartel de « Game Over » es todo un deporte de riesgo. Incluso en el modo normal. Para aquellos que lo pasen peor, el título ofrece ayuda en forma de vidas extra. Sin embargo, en caso de que se emplee, la puntuación que conseguirá al final de cada nivel disminuirá.

Sea como fuere, y a pesar de que la experiencia pueda resultar algo intimidante y anacrónica en los primeros pasos, no hace falta jugar demasiado para cogerle el truco. El control, quizá algo mejorable, especialmente en los momentos que se intenta recoger algún objeto del suelo, es bastante simple y, por tanto, fácil de memorizar. La principal dificultad con la que se encontrará el usuario para progresasr pasa por aprender los movimientos de cada uno de los enemigos, especialmente de los jefes de final de pantalla.

Para un jugador normal, completar el modo historia en la primera pasada no tiene porqué llevar más de tres horas. Los niveles son bastante breves , por lo que, aunque se quede sin vidas, no tendrá que rejugar demasiado para volver al punto en el que cayó. Para exprimirlo al máximo, y desbloquear todos los personajes controlables, será obligatorio completarlo varias veces e ir alternando entre el plantel disponible.

Una vez que el jugador haya completado la historia tendrá acceso a otros modos de juego. Permitirá seleccionar una fase concreta o de combatir, directamente, con los jefes que se quiera. Los más exigentes podrán volver a su infancia con la opción Arcade , que consiste en pasarse todo el título con el mismo personaje controlable sin dejar el juego ni morir por el camino. Asimismo, existe la posibilidad de participar en partidas online. Como ha podido comprobar ABC, su funcionamiento es bastante fluido ; aunque, por el momento, no cuenta con una ampia comunidad de jugadores.

La desarrolladora también ha añadido un apartado de extras en el que el usuario puede consultar los diseños de los personajes y su evolución con el paso de las ediciones . Un añadido interesante que será del gusto de todos aquellos que llevan más de 25 años esperando para que Streets of Rage volviese a la vida.

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