Cristina Piguillem

El desafío de la formación tecnológica para la educación

«La formación o los derechos digitales han de estar fuertemente vinculados a otras políticas sociales como son las de igualdad, de salud, de diversidad y de empleo», reflexiona la autora

Cristina Piguillem,

Según los últimos datos publicados por el INE 1 , en España el número de personas graduadas en ciencias, matemáticas, informática, ingeniería, industria y construcción en la UE por año ascendió a 39.500. De ellos 28.100 eran hombres y 11.400 mujeres. Se trata de un problema que conviene abordar desde la base.

Pendientes de la inminente decisión del Consejo de Ministros sobre la propuesta de la reforma educativa presentada por la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, el sector TIC sigue esperando un texto que contemple la necesidad de fomentar la formación de profesionales digitales desde las aulas.

En este sentido, uno de los ejes transversales que pretende la propuesta de la reforma educativa es la denominada como «educación digital y aprendizaje competencial». El nuevo texto insiste en la necesidad de tener en cuenta el cambio digital que se está produciendo en nuestras sociedades y que afecta a la actividad educativa. Con ese objetivo, se incluye la atención al desarrollo de la competencia digital del alumnado en todas las etapas educativas, tanto a través de contenidos específicos como en una perspectiva transversal.

De esta manera la formación o los derechos digitales han de estar fuertemente vinculados a otras políticas sociales como son las de igualdad, de salud, de diversidad y de empleo. Pero ¿cuáles son realmente las necesidades y carencias en educación para uno de los sectores con mayor demanda de profesionales cualificados? Las instituciones académicas no mantienen el ritmo de cambio para ofrecer un currículo actualizado que minimice la brecha entre las necesidades reales de la industria y las competencias adquiridas durante la etapa formativa.

El sistema educativo actual, y las leyes que lo sustentan, deberían incluir competencias y conocimientos digitales que estén presentes en las diferentes etapas educativas. Una vez concienciados de esto nos surge la siguiente pregunta: ¿por qué una vez dotados de estas herramientas sigue existiendo esta brecha a la hora de acceder a los estudios universitarios o superiores relacionados con STEM?

Teniendo en cuenta lo anterior, que los centennials son nativos digitales y la generación posterior, chicos y chicas tienen el mismo nivel de acceso y uso a las TIC, y que esto está totalmente normalizado, debería ponerse el foco en: ¿qué hace que sean más chicos los que decidan enfocar su carrera profesional hacia el sector TIC? Esto nos lleva a recurrir a los generalizados estereotipos de género en los que clasifican profesiones o estudios según capacidades presumiblemente masculinas o femeninas.

Habría que romper el sesgo construido y, sobre todo, ser conscientes de que existe para poder actuar en consecuencia y deconstruirlo, partiendo de que no 1 Datos del Instituto Nacional de Estadística de 2016 2 Proyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (Lomloe). sean los estereotipos los que nos guíen en este camino. Sino que nos guíen las capacidades personales.

Como mujer dentro de un sector como el nuestro, tan masculinizado, y madre, me gustaría que mi hija tuviera un sistema de formación igualitario que le permitiera explotar al máximo sus capacidades tanto profesionales como sociales y técnicas. Y poder así decidir su profesión, sin un sesgo estructural, porque las STEM no son cuestión de género.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación