España sigue como una importante fuente de «spam»

Estados Unidos, Rusia y China son los mayores emisores, según datos de la firma de análisis Kaspersky

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Los ciberdelincuentes no cesan en su empeño de acceder a los dispositivos y ordenadores ajenos. La presión continúa sin deternse ni un minuto. España, para colmo, ha subido un puesto en la lista de países emisores de «spam» en el último trimestre.

Así lo constata el nuevo informe elaborado por la firma de seguridad informática Kaspersky, que sitúa a España en la undécima plaza de los países que más archivos maliciosos se envían, deteniendo la tendencia a la baja registrada en los meses anteriores donde colocó a nuestro país en la duodécima posición de la lista. Estados Unidos, Rusia y China son los mayores emisores de este tipo de archivos del mundo, con el 14.59%, 7.82% y 7.14%, respectivamente.

El país asiático ha arrebatado a Ucrania el tercer puesto de este ranking al duplicar su porcentaje (3.23% en el primer trimestre).

Vietnam, Alemania, Ucrania, India, Francia, Argentina y Gran Bretaña completan los primeros puestos. En cuanto a España, con un 2,29%, se sitúa en undécimo lugar.

En el segundo trimestre el porcentaje de «spam» en el tráfico de correo se situó en torno al 53.5%, fluctuando entre el 53.63% en abril y el 53.23% en junio, según datos de Kaspersky Lab. Estos datos demuestran que la caída en el número de «spam» que se venía produciendo desde comienzos de año se ha detenido.

En este periodo ha destacado la creación de nuevos dominios exclusivamente para el envío de correo no deseado. En muchos de estos envíos los llamados «spammers» han utilizado direcciones de sitios web en lugar de su nombre de dominio.

De hecho, una de las fórmulas más usadas ha sido camuflar dominios suplantando uno de los símbolos en el nombre por otro idéntico o muy parecido pero con una codificación diferente. Además, ha sido frecuente que en un solo mensaje se usaran varios métodos de ofuscación al mismo tiempo como la escritura modificada de la dirección IP, la distorsión del dominio y, como ya es tradicional, el relleno del cuerpo del mail con un texto sin sentido para camuflar el contenido del «spam».

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