Los unicornios del siglo XXI

Blablacar está a punto de unirse al selecto club de compañías valoradas por encima de los 882 millones de euros. Uber o Xiaomi son las dos compañías tecnológicas que más interés suscitan entre los inversores

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Tras cientos de años retratados en la literatura, la pintura y demás ramas artísticas como animales fantasiosos, los unicornios se han hecho realidad. No se trata, obvio es, de corceles blancos de crines doradas con su brillante cuerno anclado al epicentro de su craneo. En definitiva, nada de esas presuntas criaturas instaladas en el imaginario colectivo con cierta aversión al ser humano.

En 2015, los unicornios tienen especial predilección por las personas, especialmente por los inversores. Y es que así se conocen a las «startups» que logran superar la estratosférica valoración de los 882 millones de euros. El último ejemplar que opta a entrar en este prestigioso club es BlaBlaCar.

La compañía, de origen francés, se encuentra en plena expansión y avanza a velocidad crucero por Europa.

Esta plataforma para poner en contacto a conductor y personas que quieran compartir coche y los gastos de los viajes por carretera cuenta ya con presencia en 17 países. Bautizada por la prensa británica como el «Ryanair del asfalto», ha mantenido recientemente una serie de conversaciones para cerrar una ronda de financiación con fondos de capital riesgo 141 millones de euros.

Una cifra que dejaría su valor cerca de los 1.058 millones, credencial más que de sobra para formalizar su ingreso en tan selecto grupo. Aunque no han trascendido la identidad de los inversores -la empresa ha reconocido a diferentes medios que ha mantenido estos encuentros-, muchos especulan ya con la posibilidad de que se esté plantenando cruzar el Atlántico debido al interés suscitado en Silicon Valley, donde lo consideran ya el «autostop del siglo XXI».

No en vano el año pasado BlaBlaCar ya levantó 88 millones de financiación de reputadas firmas como Index Ventures y Accel, dos nombres muy reconocidos por su prestigio en la meca de la tecnología. Cuando se confirme la operación será, según datos de «Fortune», el número 140 de la lista. Por delante, una amalgama de iniciativas de todo tipo -tecnológicamente hablando- que suponen un valor conjunto de 430.513 millones de euros. Unos guarismo superiores, por ejemplo, a la de todo un gigante como Google -398.930 millones- y tan solo un tercio por debajo de Apple -579.605 millones-, según datos de la consultora CB Insights.

Pero, ¿por qué unicornios? El término lo acuñó en 2003 Aileen Lee, que trabajaba para Cowboy Ventures para clasificar a esas «startups» tecnológicas que, sin dar el salto a Bolsa, había conseguido valoraciones astronómicas. La elección de una criatura fantástica no tiene más misterio que el riesgo que puede conllevar invertir en estas compañías.

Así, en este rebaño de compañías nos encontramos en lo más alto con Uber, una aplicación alternativa al tradicional taxi, que permite a particulares sacarse un extra fácilmente. Valorada en 44.992 millones de euros, muchos ya esperan que tarde o temprano se anime a dar el salto a Wall Street. Todo ello a pesar de lo cuestionado que se encuentra su modelo de negocio, prohibido en decenas de países, entre ellas España. En el caso de Barcelona, la compañía trata de reinventarse como servicio de comida a domicilio.

Siguiendo su rebufo, con 39.699 millones de euros, se encuentra Xiaomi, el fabricante chino de «smartphones» que ha puesto patas arriba el tradicional reparto de poder en el mundial de constructores móviles. Con cinco años de edad, la conocida como « Apple de ojos rasgados» se encuentra en el top 5 mundial de ventas de dispositivos.

Por detrás encontramos otras empresas como AirBNB (21.172 millones), plataforma dedicada al alquiler de pisos y habitaciones vacacionales; Snapchat (13.233), Spotify (7.410), Pinterest (9.704) o Dropbox (8.822), entre muchas otras. En los próximos años no son pocos los que anticipan que seguirán apareciendo más y más casos. No solo por la pujanza del gremio digital, sino porque la inestabilidad económica en lugares como China puede empujar capitales lejos del parqué.

¿Y en España? Según el censo planetario de «unicornios», no hay ninguno que sea de origen ibérico. Firmas como Softonic o Privalia son algunas de las que en su momento parecían candidatas a ingresar. El único caso dado en nuestro país resultó ser un «falso positivo». Gowex, la empresa que ofrecía Wifi en puntos y edificios públicos, llegó a estar valorada por encima de los 1.411 millones pero en este caso su atractivo cuerno resultó ser de cartón piedra tras reconocer su fundador que había falseado durante años las cuentas de la compañía.

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