España corre el riesgo de perder el tren de la Inteligencia Artificial

La ausencia de incentivos, de más inversión en innovación y la falta de tejido empresarial dificulta la adopción de esta tecnología que se ha convertido en uno de los grandes desafíos de las economías y un negocio millonario

J.M. Sánchez y Rodrigo Alonso

Es el futuro, dicen los expertos. Hay que acelerar la transformación digital, claman desde foros empresariales. La robotización de la producción eliminará millones de puestos de trabajo, vaticinan los estudios. Pero, por el momento, una realidad: la tecnología basada en la Inteligencia Artificial empieza a mover los hilos de la economía y, ahí, España corre el riesgo de quedarse estancada en la adopción de este campo de la tecnología.

La captación y retención de talento ha mejorado en el país durante 2019, pero sigue faltando el músculo necesario para acometer reformas basadas en la innovación. Así lo demuestra el reciente índice de competitividad por el Talento Global ( GTCI ) de Adecco , que situa a España en la mitad de la tabla en uso de tecnología en comparación con el resto de estados europeos. Si hablamos a nivel global, el país ocupa el puesto 32 entre los 132 analizados . Una ligera mejora de 3 puntos con respecto a 2018 que, no obstante, se antoja insuficiente si se compara con el resto de países de su entorno.

Lo más importante es que es una de las áreas de mayor crecimiento y, en estos momentos, países como China se están convirtiendo en grandes potencias al respecto . De hecho, se espera que el mercado europeo de sistemas de Inteligencia Artificial alcanzará los 12.000 millones de euros en 2022 , con un crecimiento anual del 40%.

Desde un punto de vista industrial, la realidad es que las empresas españolas de tamaño mediano o pequeño están muy atrasadas en la integración de estos servicios en su procesos industriales. Gonzalo Valle , gerente de preventas en la empresa de software IFS Ibérica, explica que, pese a esta situación, la integración de la IA en la empresa española «va por barrios» porque, en su opinión las áreas como el márketing y la publicidad se encuentran «mucho más avanzados que el área industrial».

«Lo que me encuentro en las empresas españolas es que tienen sistemas antiguos; no es que no tengan IA es que ni siquiera tienen la posibilidad de actualizarlos», sostiene en conversación telefónica con este diario. «Lo que le ocurre a las medianas empresas es que tienen sistemas que ni de lejos están preparados para abordar las nuevas tecnologías, van desde la cola en servicios como “Internet de las Cosas” o robotización de procesos. En muchos casos, te encuentras que han hecho simplemente una pléyade de satélites», añade este profesional que en su día a día se da cuenta de una situación: «Muchas empresas están muy atrás respecto a otras europeas».

Las grandes empresas españolas, a la cabeza

Si decíamos que las pequeñas y medianas empresas nacionales tienen problemas en la adopción de nueva tecnología, las grandes pueden sacar pecho. Especialmente las más punteras. «Empresas como Inditex han implementado sus sistemas de "supply chain" y abastecimiento y logística gracias a algoritmos. Endesa y las eléctricas del mundo manejan sus redes y las subidas o bajadas de tensión gracias a algoritmos también. Compañías de robótica españolas líderes en sectores de manufacturación continúan a la cabeza y hasta startups nacionales de IA y robótica han sido adquiridas por empresas extranjeras», explica a ABC Inma Martínez , asesora en digitalización del Gobierno británico y autora del libro « La quinta revolución industrial » (Planeta).

«Compañías de robótica españolas líderes en sectores de manufacturación continúan a la cabeza y hasta startups nacionales de IA y robótica han sido adquiridas por empresas extranjeras»

Esta experta hace hincapié, a su vez, en la buena posición de la IA española en sectores como el aeroespacial: «La reciente misión de la ESA del telescopio Cheops fue completamente española. Se lanzó guiado por Mission Control desde España, lo hemos construido en España y lo seguimos monitorizando y liderando su desarrollo».

Martínez explica que, para que la IA española siga creciendo , es importante que el Gobierno se decida a apoyar las actividades STEM (científicas y tecnológicas) de los científicos españoles potenciando la trasferencia tecnológica «en vez de ofrecer becas de investigación que fuerzan a estos a permanecer en departamentos universitarios en vez de comercializar sus ideas y tecnologías». Y es que, según afirma, «las universidades tienden a acaparar a los científicos para seguir percibiendo fondos de investigación cuando el siglo XXI se necesita la creación de PIB y valor empresarial».

«No dejemos con la bata blanca a los futuros emprendedores científicos españoles que repito, están a la cabeza en Europa en logros científicos. Creemos un parque empresarial apoyado para comercializar y crear empleo. En la década del 2020 lo que necesita España es la potencialidad de sus científicos traducido en PIB. Hay que dejar de ir a por los premios Nobel y competir en el mercado tecnológico. Podemos y debemos», zanja la experta.

Suiza repite en primera posición

Según el índice de Adecco, las posiciones más altas en adopción de IA y robótica siguen estando en 2019 en manos de los países con una renta elevada . Suiza, que ocupó la primera posición en el ránking de 2018, ha repetido en 2019. Estados Unidos, por su parte, se situa en el segundo puesto, dejando el tercero en manos de Singapur. Las siguientes posiciones, hasta la novena, las copan los estados europeos Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Finlandia, Luxemburgo y Noruega. Todos cuentan con sistemas educativos bien desarrollados y estructurados en base a las habilidades necesarias para la empleabilidad en el mercado laboral actual.

En ese sentido, otro dato revelador es que las cinco primeras grandes ciudades fueron Nueva York, Washington, Londres, Singapur, San Francisco y Boston , mientras que Bilbao se coloca como ejemplo en España de urbe que utiliza la Inteligencia Artificial para ganar en competitividad. Un escenario que contrasta con el hecho de que el proceso de digitalización es una carrera hacia la supervivencia de la empresa siendo la inteligencia artificial una de sus principales puntas de lanza, según revela un informe de IDC Research España.

La ruta para llegar al destino

El ecosistema de la IA resulta paradójico porque es una de las tecnologías que causa más sensación. También despierta muchas inquietudes por su posible impacto en el empleo y en la sociedad. Desde la Comisión Europea llevan tiempo planteándose un marco jurídico para el control de esta tecnología. Para hacer frente a estos desafíos, el Gobierno español ha definido una Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (IA), que preparará una estrategia nacional para incorporar este área de la tecnología a sectores como la investigación científica, las infraestructuras públicas, la educación o la seguridad.

De cara a ampliar las opciones y fomentar sinergias entre entidades españolas, se ha elaborado un Mapa de Capacidades en donde se muestra las características de las entidades que desarrollan o incorporan servicios de IA, las tecnologías desarrolladas por las entidades del ecosistema español, así como los datos que afectan a otras políticas del Gobierno. El resultado es que, en la actualidad, existen unas 154 entidades constituidas legalmente en este campo . Para revertir la parálisis, España introdujo un «comité de sabios» en 2017 para explorar las oportunidades, aunque de manera tardía porque otros países le llevan ventaja.

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