Los vídeos de las «no fiestas» que dispararon los contagios de Covid en Alfaro hasta su confinamiento

Decenas de jóvenes bailaron y cantaron en dos bares de copas aglomerados y sin mascarilla, lo que produjo una tasa de contagios que multiplica por trece la media nacional

Javier Chicote

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El municipio riojano de Alfaro tuvo que ser confinado a principios de septiembre tras registrar una de las tasas más elevadas de Covid-19 en toda España. El origen de los contagios estuvo en la celebración de lo que se denominó como «no fiestas». Con unos 9.500 habitantes, la localidad celebra sus festejos patronales entre el 14 y el 20 de agosto. Aunque en esta edición se restringieron las actividades lúdicas, los vídeos adelantados ayer en abc.es muestran cómo decenas de jóvenes celebraron las fiestas por todo lo alto, cantando y bailando dentro de los locales y sin que apenas se viera una sola mascarilla.

Las escenas se grabaron en tres conocidos bares de copas del pueblo y en nada difieren a lo que se podía presenciar en estos establecimientos y a esas horas en la etapa previa a la pandemia. En uno de los vídeos los jóvenes entonan el popular «pobre de mí», el cántico para despedir las fiestas «exportado» de los Sanfermines.

Raquel Pedraja, concejal de Festejos, Juventud y Deporte de Alfaro y diputada socialista en el Congreso, dijo ayer a ABC que, pese a que las fiestas fueron suspendidas, «hubo algún desvarío, se celebró lo que no había que celebrar este año».

«Todos incumplimos»

La edil añade que «no hay que criminalizar a los jóvenes, porque no fueron los únicos». y que «todos hemos incumplido pequeñas cosas». Al día siguiente la Guardia Civil recibió los vídeos «por numerosas vías» y abrió expedientes a los locales afectados, según confirman a ABC fuentes del consistorio.

Por su parte, Jesús Pérez, portavoz del grupo municipal del PP, lamentó lo ocurrido y lo achacó a que «hubo gente que no temía al virus como se merece porque no lo veían como una amenaza, no lo habían sufrido en primera persona», añade. En la etapa más dura de la pandemia se produjeron varios fallecimientos por coronavirus, «pero concentrados en la residencia de ancianos, de ahí que los jóvenes siguieran sin ver la gravedad de la situación», añade el edil popular. Tras el periodo de incubación después de las «no fiestas» surgieron los tres primeros casos, que obligaron a aislar a 50 jóvenes del municipio. A partir de ahí se dispararon los positivos y, tras detectar 23, el pasado 8 de septiembre desde la medianoche, se cerraron todos los espacios públicos y se confinó a la población durante una semana mediante un perímetro de seguridad para evitar que el virus se propagara a otros municipios.

Raquel Pedraja, concejal de Festejos, Juventud y Deporte de Alfaro y diputada socialista

La tasa de contagios en Alfaro se disparó hasta 3.000, cuando la media nacional se situaba en 230 por cada 100.000 habitantes. La multiplicaba por 13. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo hace unos días que en Madrid había que «restringir al máximo los movimientos innecesarios» en aquellos municipios o zonas de la capital en los que se registraran 500 contagios por cada cien mil habitantes. Así, Alfaro multiplicó por seis la ya conocida como «tasa Illa».

Actualmente este municipio de La Rioja Baja no cuenta con medidas extraordinarias diferentes a las del resto de la comunidad autónoma. Hay declarados cuatro brotes: dos familiares, uno en un entorno de ocio y el cuarto en un centro de trabajo.

El Gobierno regional de la socialista Concha Andreu justificó la contundente medida tomada en Alfaro ante la «transmisión comunitaria generalizada en el municipio», y situó las «no fiestas» como el punto de inflexión que disparó los contagios.

Tras el periodo de incubación surgieron los tres primeros casos, que obligaron a aislar a 50 jóvenes del municipio . A partir de ahí se dispararon los positivos y, tras detectar 23, el 8 de septiembre, desde la medianoche, se cerraron todos los espacios públicos y se confinó a la población durante una semana mediante un perímetro de seguridad para evitar que el virus se propagara a otros municipios. La tasa de contagios en el municipio riojano se disparó hasta 3.000, cuando la media nacional se situaba en 230 por cada 100.000 habitantes, es decir, que la multiplicaba por 13.

El Gobierno regional de Concha Andreu justificó la contundente medida ante la «transmisión comunitaria generalizada en el municipio». La consejera, Sara Alba , reconoció que la celebración de las «no fiestas» fue el punto de inflexión que disparó los contagios: «Es una irresponsabilidad pensar que la COVID-19 solo afecta a personas mayores y que a mi no me va a tocar. Este mensaje se lo dedico especialmente a los más jóvenes, como el colectivo que más amplia sus círculo social», dijo.

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