El Supremo sentencia que los celos no son nunca atenuante en caso de malos tratos

Condena a un ciudadano chino residente en Barcelona a 14 años de cárcel por acuchillar a su exmujer y amenazarla con mensajes al teléfono móvil

Madrid Actualizado: Guardar
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La Sala II del Tribunal Supremo ha reiterado que los celos no pueden ser atenuante en casos de violencia machista, según una sentencia por la que ha condenado a un ciudadano chino residente en Barcelona a 14 años de cárcel por acuchillar a su exmujer y amenazarla con mensajes al teléfono móvil. Así lo comunicó este lunes el tribunal, que falló en respuesta al recurso presentado por el acusado reiterando su doctrina de que los celos no justifican, con carácter general, la aplicación de la atenuante de arrebato u obcecación en las agresiones de violencia de género, “sobre todo en casos de divorcio en los que, por definición, renace el derecho de ambos cónyuges a rehacer un proyecto propio de vida afectiva”.

“Quien se sitúa en el plano injustificable de la prepotencia y la superioridad no puede pretender que su conducta se vea beneficiada por un reconocimiento de la disminución de su imputabilidad o culpabilidad”, agrega la sentencia.

Para el Supremo, en una sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Julián Sánchez Melgar, no puede aceptarse como digna de protección una conducta que no hace sino perpetuar una desigualdad de género, privilegiando injustificadas reacciones coléricas. Según los hechos probados en la sentencia de la Audiencia de Barcelona, ahora confirmada, el hombre atacó en dos ocasiones a su exmujer, en abril de 2013, después de que en febrero del mismo año la relación que les unía finalizase por decisión de ella.

La agresión más grave, por la que es condenado a nueve años de cárcel por delito de homicidio en grado de tentativa, se produjo en una calle de Barcelona, donde el hombre acuchilló a su expareja causándole daños que le han perjudicado para el desempeño de su profesión de camarera. Además, es condenado por delito de amenazas graves mediante mensajes que envió a su expareja por el sistema «WeChat» (aplicación de mensajería similar a «WhatsApp»).

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