Padres «desesperados» piden desinfección y recursos para las residencias de personas con discapacidad intelectual «desbordadas» por el coronavirus

Están pagando de su bolsillo los test de coronavirus y la desinfección de centros que se han quedado «los últimos», según la dirección

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Residencia CEPRI La Peineta, afectada por el coronavirus Comunidad de Madrid
María Lozano

María Lozano

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En la residencia CEPRI La Peineta , un centro concertado para personas con discapacidad intelectual afectadas por trastornos del espectro del autismo de Madrid, la alarma por el coronavirus saltó la semana pasada. Un interno dio positivo en Covoid-19 y fue entonces cuando los padres comenzaron a pedir que se hicieran los test de coronavirus tanto al personal como a los internos. «Vimos que era imposible, nos decían que no había recursos y decidimos unirnos todos los padres para concertarlos con un laboratorio privado», cuenta Fany González, madre de uno de los internos, a ABC. El resultado de los análisis fue «devastador»: siete profesionales y cuatro internos contagiados.

La situación es «muy dura porque los internos no entienden qué está pasando ni por qué llevan semanas sin ver a su familia y, además, es muy difícil aislarlos y mantener una distancia de seguridad», señala González. En estas condiciones «los padres estamos desesperados y somos conscientes de que es cuestión de tiempo que vayan cayendo los demás », explica, por lo que están pagando de su bolsillo también desinfecciones periódicas.

Que no sea una residencia de mayores, no quiere decir que no sean población de riesgo . «De los 19 internos, la mayoría tienen patologías asociadas al autismo, enfermedades metabólicas y, además, algunos son personas de edades avanzadas», asegura la directora de la residencia, que denuncia que a centros como el suyo los están dejando para el final en tareas tan «esenciales» como la desinfección.

Falta personal sanitario

Otro de los problemas de la residencia es la falta de personal sanitario. «Tenemos a tres personas contratadas para estas tareas, pero todas están de baja por el coronavirus y ahora son los educadores y cuidadores los que están dando prestación sanitaria sin conocimientos para ello», señala la directora.

Los padres aseguran que la situación está «desbordada» , por lo que piden equipos de protección individual, asistencia médica y desinfección total, una solicitud a la que se suma el centro. Además, la directora de la residencia destaca que es «necesario» contar con un teléfono específico al que puedan llamar los centros que tienen a su cargo personas con discapacidad porque «al no tener personal sanitario, no tenemos capacidad para saber qué medicación es la adecuada para ellos en caso de que se contagien con el coronavirus ».

El caso de la residencia CEPRI La Peineta no es un caso aislado , sino una situación «generalizada», según su directora. En este sentido coincide la dirección del centro Hogares Terapéuticos Nuevo Horizonte, una residencia madrileña para personas con autismo y discapacidad intelectual que también denuncia la falta de pruebas a la plantilla y de material de protección .

Allí todavía no ha habido ningún contagio confirmado de coronavirus , por lo que niegan estar en una «situación límite». No obstante, una decena de profesionales están «de baja preventiva ante la sospecha de haberse infectado y se les debería de hacer la prueba cuanto antes», para poder adoptar las medidas preventivas adecuadas y evitar el contagio masivo por el virus Covid-19 en estas residencias.

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