Los análisis excluyen que haya un caso sospechoso de contagio, pero el alcalde se opone al desembarco de pasajeros

La profesora de Historia de la Medicina, Eugenia Tognotti, afirma que «los excesos de emergencia han creado una histeria colectiva»

El Costa Smeralda, bloqueado en el puerto EFE

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En Italia se extiende la psicosis de coronavirus . Hay una especie de histeria colectiva que está produciendo excesos, con pesadillas y alarmas, que no se corresponden con los datos reales, según afirma la profesora de Historia de la Medicina, Eugenia Tognotti. En este sentido, un caso emblemático se ha producido en el puerto de Civitavecchia, municipio de la provincia de Roma, en la región del Lazio. Aquí ha habido un duro enfrentamiento entre la capitanía del puerto y al alcalde de Civitavecchia, Ernesto Tedesco, miembro de la Liga, que no permite el desembarco de los pasajeros de un crucero , aunque se ha demostrado que no hay ningún enfermo.

El crucero Costa Smeralda, nave de la compañía Costa Crociere, fue bloqueado en el puerto , a 80 kilómetros, al noroeste de Roma, con 7.000 personas a bordo entre pasajeros y tripulación, por un caso sospechoso de coronavirus. La nave no partirá esta noche.

En principio, fueron señaladas dos personas , un hombre y una mujer, como casos sospechosos de posible contagio. La pareja había llegado procedentes de Hong Kong al aeropuerto de Malpensa en Milán el 25 de enero, y luego se embarcó el miércoles en la nave en Savona. La señora y su marido fueron aislados en la enfermería, pero se comprobó que solo la mujer, de 54 años, tenía fiebre alta y el hombre no tenía síntomas .

Enfrentamiento entre el alcalde y sanidad

Tras realizar los oportunos análisis, que dieron un resultado satisfactorio para poder excluir con seguridad la presencia de la enfermedad a bordo, Sanidad Marítima permitió el desembarco de 1.143 pasajeros que habían concluido sus días de crucero.

Pero el alcalde, Ernesto Tedesco, se ha opuesto: «Estamos preocupados y lo mismo ocurre con los trabajadores que deben proceder a la operación de desembarco», explicó el regidor de Civitavecchia, quien exigió que «antes de dar el visto bueno al desembarco quiero ver los resultados oficiales de los análisis».

La nave Costa Smeralda había partido el jueves pasado del puerto romano y llegó después a Savona, La Spezia, Marsiglia, Barcelona y de nuevo regresar a Civitavecchia. Los que han terminado ya el crucero se muestran exhaustos, desesperados, y exigen que se les permita de nuevo el uso de los camarotes.

Hasta ahora, todos los casos sospechosos de Coronavirus en Italia han resultado negativos. Pero la psicosis se ha extendido de tal forma que los clientes huyen de las tiendas y restaurantes chinos. El ministro italiano de Sanidad, Roberto Speranza, ha dicho que «en Italia se reciben 700 llamadas al día de casos sospechosos»

Histeria colectiva

«Estos son excesos de histeria colectiva digna de una misteriosa pestilencia –enfermedad grave que causa gran mortandad- medieval, con cuarentenas, cordones sanitarios, espectaculares repatriaciones de los ciudadanos residentes en la ciudad de Wuhan, organizadas por los Estados», escribe la doctora Eugenia Tognotti en el diario «La Stampa», profesora de Historia de la Medicina y Sanidad Pública en la Universidad de Sassari (Cerdeña), investigadora de la historia de las epidemias y su impacto social, como la Sars o la Española, con numerosas publicaciones en prestigiosas revistas científicas.

En síntesis, la doctora Eugenia Tognotti dice que basta ya de historia colectiva y lo argumenta con datos: «El índice de mortalidad, un 2,2 por 100 , no diseña un escenario apocalíptico, de fin del mundo (si se quiere hacer una comparación, aunque no es apropiada, el índice de mortalidad del Ébola oscila entre el 50 y el 70 por 100)«, escribe la profesora Tognotti, que añade: «Además, por lo que se sabe, los muertos pertenecen a una edad elevada o vulnerables a causa de varias patologías (la Española tuvo la terrible característica que mataba sobre todo a jóvenes adultos, entre 15 y 40 años», escribe Eugenia Tognotti. Por último, la profesora de Historia de la Medicina y Sanidad Pública afirma que «los síntomas del coronavirus –fiebre, dificultades respiratorias, neumonía- no serían preocupantes como fueron los de la Sars».

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