Mutua Madrileña, mecenas de la salud

Proyectos de investigación que salvan vidas

La Fundación Mutua Madrileña destina más de dos millones de euros a 24 proyectos de los hospitales españoles

24 proyectos de investigación médica han recibido este año ayudas de la Fundación Mutua Madrileña ABC

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La investigación permite a la medicina aliviar el sufrimiento humano. Por eso para el doctor Pedro Cavadas la profesión médica es «la mejor del mundo». Helena Carpio comprende muy bien la vocación del prestigioso cirujano valenciano. Su hija nació con aciduria glutárica tipo 1 (GA-1), una enfermedad rara del metabolismo que intoxica su organismo y le dificulta el movimiento.

La investigación médica ha permitido a Helena entender lo que le pasa al cuerpo de su hija aunque por ahora no tenga cura. Su caso es uno de los 24 proyectos de investigación biomédica que la Fundación Mutua Madrileña financiará este año con una suma total de dos millones de euros. Esta edición cuenta además por primera vez con una partida específica para apoyar la colaboración entre hospitales de distintas comunidades autónomas.

Durante el acto de entrega de estas ayudas, el doctor Cavadas recordó este jueves que «la investigación es la base de la atención al paciente». Pero a renglón seguido subrayó que la financiación de la investigación «no puede depender de las políticas cambiantes de quien esté en La Moncloa». «Hay que dejar de lado la alergia a mezclar la sanidad con lo privado y favorecer el mecenazgo de las empresas», apuntó.

Desde su primera convocatoria en el año 2004, la Fundación Mutua Madrileña ha destinado más de 60 millones de euros a apoyar distintos proyectos de investigación dirigidos a mejorar los tratamientos médicos que se desarrollan en centros de investigación de toda España.

Este espaldarazo económico ha permitido a muchos jóvenes médicos poder llevar adelante sus investigaciones en enfermedades raras, trasplantes, traumatología o cáncer. Esta páginas es una pequeña muestra de cómo ese apoyo económico puede cambiar el pronóstico de numerosos enfermos.

Más órganos para trasplantes infantiles

La lista de espera para trasplantes de adultos se ha reducido gracias a los programas de donación «acorazón parado». Este tipo de donación, denominada en asistolia o a corazón parado, es una de las más difíciles porque el corazón ha dejado de bombear sangre y los órganos y tejidos a trasplantar se deterioran con rapidez. La mayor dificultad que presenta esta técnica es que todos los tejidos que se van a trasplantar se deben extraer de forma simultánea.

Los donantes a corazón parado fueron los primeros de la historia de los trasplantes hasta que se optó por los donantes con muerte cerebral para contar con órganos mejor conservados. Ahora las nuevas técnicas de conservación permiten contar con donantes que habían sido desdeñados en el pasado. Sin embargo, este programa de donación no se ha extendido a los trasplantes infantiles. «El metabolismo de los niños es más lábil y además teníamos dificultades técnicas. Ahora es el momento de hacerlo con garantías», asegura Francisco Hernández Oliveros, jefe de trasplantes infantiles del Hospital La Paz de Madrid.

Las ayudas de la Mutua Madrileña permitirán implantar un programa clínico de donación pediátrica en asistolia controlada con el uso de bomba de perfusión normotérmica. Después del fallecimiento este dispositivo mantiene la sangre circulando en el organismo, como si el corazón siguiera latiendo.

El proyecto incluye un programa de formación a todo el personal sanitario implicado y una parte experimental para incorporar la donación del intestino.

Francisco Hernández Oliveros del hospital La Paz ABC

Cómo aprovechar mejor las reservas de sangre

La sangre es un bien escaso, un «oro» líquido que los hospitales manejan con esmero para salvar vidas y mantener los bancos de sangre nutridos. Pero aún existe recorrido para optimizar su uso. El Hospital La Paz coordinará un estudio con otros cuatro centros españoles para conocer la realidad de la práctica transfusional en los servicios de Medicina Intensiva españoles.

Manuel Quintana ABC

El estudio se realizará en los pacientes con más requerimiento de transfusiones sanguíneas: los ingresados por traumatismos y accidentes. «Este tipo de pacientes requieren sangre y productos específicos para mejorar la coagulación. Aunque hay unas guías europeas, queremos saber cómo se está manejando en España y si hay diferencias entre autonomías», explica Manuel Quintana, investigador de Idipaz.

Quintana está convencido de que se puede mejorar el aprovechamiento de la sangre sin afectar al pronóstico de los enfermos.

«No siempre es necesario hacer una transfusión y si se hace quizá no se deberían utilizar las cantidades que se utilizan», asegura. Y pone un ejemplo ilustrativo: «Antes era normal que te sirvieran los huevos fritos de dos en dos; o era difícil ver a un Guardia Civil en solitario. Quizá tampoco sea necesario poner los concentrados de hematíes de dos en dos».

En busca de genes para evitar sangrados

Los trastornos plaquetarios congénitos son un grupo amplio y heterogéneo de enfermedades raras con una base genética que en función del gen afectado disminuye la producción de plaquetas o altera su función. La principal complicación de todos ellos es el sangrado que varía desde hemorragias espontáneas que pueden ser mortales hasta sangrados más leves.

Se conocen algunos genes implicados en la aparición de estos trastornos, pero el equipo que coordina el hematólogo José María Bastida del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca quiere ampliar este conocimiento genético para mejorar el diagnóstico y la calidad de vida de los enfermos. «Utilizaremos las diferentes medidas de secuenciación masiva de que disponemos: desde un número limitado de genes, aplicando un panel de genes, hasta la secuenciación de todas las regiones codificantes o exónicas que se conoce como exoma completo».

El hematólogo José María Bastida (centro) junto a su equipo Guillermo Navarro

Biotintas para imprimir cartílago y hueso en 3D

Dentro de unos años puede que no sea necesario sustituir las articulaciones de rodillas dañadas con una prótesis o sufrir las molestias del desgaste articular por no tener tratamientos efectivos. En lugar de las intervenciones actuales, se podrá contar con tejidos (cartílago y hueso) de repuesto a la medida para cada paciente, sin miedo a que genere ningún rechazo.

El proyecto de Elena López Ruiz, del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBIS) avanza en este camino. Probará una combinación de materiales naturales, como el ácido hialurónico, y otros sintéticos para fabricar biotintas con las que imprimir en 3D prótesis que mimeticen todas las características del cartílago y hueso. El objetivo es mejorar los tratamientos para unas lesiones tan comunes como las osteocondrales de rodilla.

Elena López junto a un colaborador ABC

Un análisis para ver el cáncer de páncreas

La investigadora del Hospital Clínico de Valencia (Incliva) quiere ganar tiempo al cáncer de páncreas, un tumor de mal pronóstico porque, casi siempre, se detecta tarde. Su objetivo es evaluar la biopsia líquida, una prueba en sangre que permitirá monitorizar la progresión del tumor sin biopsias agresivas al enfermo.

Maider Ibarrola G. Navarro

El proyecto también prevé desarrollar organoides de páncreas en el laboratorio. Su objetivo es que estos organoides puedan servir de modelo preclínico para establecer la sensibilidad y la resistencia a fármacos. Ibarrola se licenció en Biología y Bioquímica en la Universidad de Navarra en 2007 y pese a ser una joven investigadora ya cuenta con 15 publicaciones internacionales de primer nivel.

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