Polémica en Venecia por los tornos antituristas
Enfrentamientos con la policía al grito de «Venecia libre, Venecia no es un luna park», tras la colocación en los puentes de barreras que regulan el flujo turístico
Era inevitable. Para salvarla de turismo de masas y evitar su creciente deterioro, el ayuntamiento de Venecia decidió regular los flujos turísticos, colocando tornos como se hace en los estadios , para desviar el exceso de turistas por vías alternativas. El temido día «x» de Venecia blindada llegó el sábado, en coincidencia con el puente del primero de mayo, siempre «caliente» en Venecia, que se ve desbordada de turistas. Con la medida restrictiva, largo tiempo anunciada, llegó la polémica y el escándalo. Los tornos entraron en funcionamiento entre las protestas de algunos venecianos contra las restricciones establecidas a los pies del puente de la Constitución y de Lista de España, dos arterias importantes de la ciudad de los canales . El primero es llamado también puente de Calatrava , porque lo diseñó el arquitecto Santiago Calatrava, y es muy polémico desde su construcción. Además de los tornos se colocaron carteles para separar los flujos turísticos y los residentes. Pero la medida contó con la oposición de activistas antisistema y antiglobalización, quienes el domingo la tomaron contra los tornos.
«Venecia libre»
Al grito de «Venecia libre, Venecia no es un luna park» removieron uno de los tornos colocados a los pies del puente de Calatrava . Unos 150 agentes de la policía municipal intentaron mantener los tornos en su puestos, enfrentándose al grupo de activistas que habían colocado un gran cartel con este texto: «Venecia no es una reserva, no estamos en vía de extinción». Después de algunas horas de tensión, la situación se ha normalizado. Pero el grupo de activistas logró transmitir con su protestas su mensaje, que relanzaron en las redes sociales: «Estos puestos de control son la demostración de la voluntad de esta administración de transformar definitivamente Venecia en parque de atracciones a tema. Son el símbolo de la decisión de pensar en nuestra ciudad como a un espacio no habitado, solamente destinado a uso turístico, para explotarlo».
El dispositivo de los tornos permanecerá en vigor hasta el próximo martes, durante todo el puente en el que Venecia está a rebosar y con los hoteles al completo. Mientras los grupos antiglobalización afirman que l os tornos son el símbolo de la «muerte de Venecia» , el alcalde de la ciudad, el conservador Luigi Brugnaro, un empresario de 56 años, defiende su ordenanza firmada el 24 de abril y aplicada ahora por primera vez: «No veo nada malo en la instalación de los tornos en Venecia para disciplinar el tráfico de turistas en las jornadas de mayor afluencia. Queremos decir a toda Italia que las personas que decidan venir son siempre huéspedes importantes para nosotros. Mi deber es que haya seguridad en Venecia», concluyó el alcalde Brugnaro.
La Unesco lanzó la alarma
La alarma por la masificación en la Laguna la levantó la propia Unesco en el 2016, con un ultimátum al Ayuntamiento para que adoptara medidas urgentes con el fin de salvaguardar el patrimonio. El dato más alarmante es que Venecia es visitada cada año por 28 millones de turistas , el doble de los que está en condiciones de recibir. Cada día son menos los residentes y más los visitantes. En 1961, la «Serenísima» era habitada por 137.150 personas; a comienzos de este año, solo quedaban 54.000.
El Gobierno italiano alienta estas medidas para controlar los flujos turísticos, un sector que representa el 10,5 del PIB. El gobierno se ha planteado también el desafío de hacer también atractivas otras joyas «escondidas» o menos conocidas de su patrimonio cultural.
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