Una parroquia luterana considera a Greta Thunberg la «sucesora de Cristo»

El comentario desató una tormenta de críticas sobre unas atribuciones que parten de un libro que escribió su madre y que se publicó justo antes de la primera huelga por el clima de la joven activista de 16 años

Greta Thunberg la semana pasada durante su intervención en la Cumbre del Clima ABC

Rosalía Sánchez

«Greta Thunberg ya no es ya meramente una chica sueca de 16 años, sentada frente al Parlamento de Estocolmo con el letrero "Skolstrejk för klimatet" y denunciando la pasividad de los gobiernos contra el calentamiento climático. Se ha convertido ya en un icono de la resistencia a nuestra cultura», sentencia el editor de «Alemania y el mundo», Alfons Kaiser.

Tras reseñar la iconografía que ha endiosado hasta ahora la figura de la adolescente , «varios artistas la han pintado ya como San Francisco de Asís, junto a un león y un oso, como un personaje manga enojado y con ojos penetrantes, incluso una artista feminista la ha retratado junto al eslogan: «Las chicas locas están cambiando el mundo».

El pseudónimo más repetido en las redes sociales, caldo en el que se ha forjado el mito, es «Greta de Arco» , aunque quizás el comentario más osado lo protagonizó la iglesia de Limhamn, en su Suecia natal, una parroquia luterana que no hacía mucho que manejaba una cuenta en Twitter cuando proclamó el pasado diciembre a Greta como «sucesora de Jesucristo» .

«Es lo más parecido a Jesucristo en nuestros días», fue el comentario que desató tal tormenta de críticas que la cuenta hubo definitivamente de cerrar. «Greta no es Jesucristo», estampó como respuesta la reconocida periodista sueca Maria Ludvigsson en las páginas del Sveska Dagbladet, en el que defendió que «la iglesia de Limhamn se ha vuelto loca».

Figuras religiosas

Aquel tweet dio lugar a una intensa batalla de comentaristas anónimos en la que, con afán de defender a Greta, esta fue comparada con Gandhi, Teresa de Calcuta, los doce apóstoles y Moisés, por anotar solamente las figuras religiosas, aunque la clave de bóveda de esta iconografía, que acaba de ser traducida del sueco al alemán, no procede de las redes sociales, sino de la pluma de la propia madre de la niña .

La editorial S. Fischer cuenta con que se convierta en pocas semanas en el principal éxito de ventas de este otoño. Malena Ernman escribió este libro , titulado «Escenas del corazón», que fue publicado en Suecia justamente hace un año, solo unos días antes de que la adolescente comenzara su primera huelga por el clima y en el que relata el acoso escolar sufrido por su hija, que desembocó en varios trastornos psicológicos y alimenticios.

Lo descubrieron cuando su padre la acompañó al festejo navideño del colegio y, perplejo, observó que aún en su presencia los compañeros se burlaban de ella . Greta contó a sus padres cómo era golpeada en el patio de la escuela o emboscada durante los recesos. Cuando informaron de los abusos a la dirección de la escuela, la respuesta les sorprendió.

Las autoridades escolares culparon al «raro» comportamiento de Greta y su poca sociabilidad , abriéndose una batalla entre el colegio y los progenitores. Pero para entonces Greta ya había descubierto su misión. En una clase habían visto una película sobre la contaminación de los mares y supo que en el Pacífico sur existe una isla forma­da de desechos plásticos casi del tamaño de México. Le conmovió tanto que rompió a llorar. Su madre la describe como «una de esas pocas personas en nuestro mundo que puede ver el dióxido de carbono a simple vista».

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