El Papa señala las «patologías sociales» que ha puesto en evidencia la pandemia

Durante la audiencia general insistió en que «si no cuidamos los unos de los otros, no podremos sanar el mundo»

El Papa Francisco durante su catequesis semanal Efe

Ángeles Conde

El Santo Padre ha proseguido este miércoles con este nuevo ciclo de reflexiones sobre los problemas que la pandemia ha puesto de manifiesto o, como él los ha llamado, «las enfermedades sociales ». En primer lugar Francisco ha querido recordar algo que no por evidente deja de resultar fundamental: que la pandemia nos igualado a todos y que el coronavirus no conoce de fronteras.

«Si no cuidamos los unos de los otros, empezando por los últimos, por aquellos más afectados, -incluso por la Creación-, no podremos sanar el mudo», ha asegurado desde la Biblioteca del Palacio Apostólico desde donde continúa impartiendo su catequesis semanal. El Vaticano todavía no maneja ninguna fecha para retomar los encuentros con público, ni siquiera de manera reducida y controlada de acuerdo con las medidas anti-COVID.

Para el Papa, el coronavirus es un mal que es necesario curar , pero no el único que atenaza a la Humanidad. Esta emergencia social «ha sacado a la luz patologías sociales más amplias». Francisco diagnostica una de ellas y que tiene como síntomas el egoísmo y el individualismo: «la visión distorsionada de la persona, una mirada que ignora su dignidad y su carácter relacional. A veces miramos a los otros como objetos, para usar y descartar. En realidad, este tipo de mirada ciega y fomenta una cultura del descarte individualista y agresiva, que transforma el ser humano en un bien de consumo».

Para contrarrestar esta enfermedad, para la que el mundo también está llamado a encontrar una cura, el Santo Padre ha propuesto mirar con los ojos de Dios, que no ha creado a las personas como objetos sino con una dignidad única que, a nivel civil, reconoce la misma Declaración Universal de Derechos del Hombre. El Pontífice ha insistido en que «como discípulos de Jesús no hemos de ser indiferentes ni individualistas» en un mundo marcado por «la lógica del dominio» que rompe la armonía de la propia Creación.

Esa armonía se destruye, de acuerdo con la explicación del Papa, cuando no miramos al prójimo, cuando hay egoísmo y no se respeta la dignidad personal ni los derechos que «no son solo individuales, sino también sociales; son de los pueblos, de las naciones». Por eso, el Pontífice ha destacado que la «renovada conciencia de la dignidad de todo ser humano tiene serias implicaciones sociales, económicas y políticas» incidiendo así en la idea de que todos estamos inteconectados, máxime, en estos tiempos de pandemia. Por eso también, Francisco ha instado a los creyentes a no mirar a los demás como extraños , sino con compasión y empatía y a reconocer la dignidad de cada persona, independientemente de su raza, lengua o condición.

Por último, ha pedido redescubrir qué significa pertenecer a una única familia humana y abandonar cualquier actitud que se corresponda con la cultura del descarte y la indiferencia.

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