Obituario

Jordi Cervós i Navarro (1930-2021): Maestro de neuropatólogos

Ilustre científico catalán que desarrolló gran parte de su carrera profesional en Alemania

Josep Argemí Renom

A veces nos dejan personas que no son mediáticas pero que a su paso han dejado una impronta importante en las instituciones que han dirigido. Una de ellas es el profesor Jordi Cervós, ilustre científico catalán que desarrolló gran parte de su carrera profesional en Alemania. Tras estudiar Medicina en Barcelona y Zaragoza, en 1953 se trasladó a Bonn, donde inició una carrera brillante en la neuropatología. En 1968 fue nombrado catedrático del Instituto de Neuropatología de la Universidad Libre de Berlín. Sus investigaciones le dieron un prestigio internacional. Las más de 600 publicaciones y 15 libros publicados dan fe de su trabajo, pero la cima de su trayectoria llegó cuando describió una nueva enfermedad nerviosa, la encefalitis granulomatosa reticulohistiocitaria de Cervós-Navarro que lleva su nombre.

Su trayectoria profesional le aportó numerosos reconocimientos: doctor Honoris Causa de 7 universidades: Zaragoza, Complutense, Barcelona, Tesalónica (Grecia), Hannover (Alemania), Tokushima (Japón) y Saransk (Rusia); académico de diversas reales academias y distinciones como la Gran Cruz del mérito civil de la República Federal Alemana, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Creu de Sant Jordi.

Justo después de su jubilación en Alemania, en 1997 regresó a Barcelona para asumir el rectorado de la recién creada Universitat Internacional de Catalunya. La apuesta por una figura de tanto prestigio por parte de los promotores de UIC Barcelona, así como su paso por ella fue determinante en el posicionamiento de la institución en el mundo universitario.

Quienes tuvimos la suerte de tratarlo, sabemos de su categoría humana. Para conocer con mayor profundidad su persona, es necesario leer sus memorias. Allí se relatan sus dos años de pastor cuando era un chiquillo o su pertenencia al Opus Dei. En una conversación con san Josemaría Escrivá, le preguntó que cuándo tenía pensado llevar la Obra a Alemania. San Josemaría le preguntó si sabía alemán, y el joven médico, aunque iba justito en la materia, dijo que sí. Con esa enorme confianza que este santo tenía en sus hijos espirituales, a los pocos meses le envió a Bonn. Y allí, en medio de clases y laboratorios, Jordi Cervós se hizo un hombre santo ayudando a los demás.

En los últimos años, el Dr. Cervós sufrió una enfermedad neurológica que conocía bien. Cuando iba a verle, lo encontraba siempre con su habitual sentido del humor; y él, sin ningún atisbo de tristeza o amargura, me describía técnicamente la causa del deterioro y cuáles serían las próximas etapas. Hasta el último día conservó la cabeza clara y su interés por quienes iban a verle.

Nos ha dejado una persona excepcional, un gran profesional, y una persona buena.

Dr. Josep Argemí Renom

Catedrático de Pediatría y segundo Rector de la Universitat Internacional de Catalunya.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación