César Nombela

Inmensidad de datos

Una pregunta que surge es si la tecnología de la información actual será capaz de superar a la inteligencia humana

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En la era de los datos masivos («big data») asombra aún más la obra de eruditos como Menéndez Pelayo . Su talento abarcador, su asombrosa capacidad y su conocimiento de lenguas le permitieron penetrar en la obra de cientos, quizá miles, de filósofos, escritores y artistas. Analizó la aportación de muchos interpretando sus claves en los contextos históricos en los que transcurrió. Su vida duró sólo 56 años, en los que pudo construir una obra gigantesca, de envergadura fuera del alcance de la mayor parte de los escritores.

Una pregunta que surge es si la tecnología de la información actual, con su correlato de Inteligencia Artificial, será capaz de reemplazar y superar a la inteligencia humana a la hora de construir y gestionar el conocimiento del futuro en todos sus aspectos. A pesar de propuestas futuristas, incluso con planteamientos que tienden a la distopía (las formulaciones del transhumanismo son un ejemplo), muchos pensamos que no. Pero, de lo que no cabe duda es que los procedimientos actuales permiten disponer de trillones de datos como resultado de la actividad en Ciencia, Tecnología, Ciencias Sociales, Medicina. De un solo enfermo cabe manejar ya billones de datos como resultado de análisis genómicos, tecnologías de imagen, etc. todo ello información relevante para el diagnóstico y tratamiento. Transformar la información en conocimiento requiere una gestión adecuada de los datos. Para ello se precisa crear algoritmos que se perfeccionan y adaptan, incluso para formular predicciones. Los datos masivos pueden ser materia prima y producto elaborado para muchas investigaciones, de no utilizarlos se podría descubrir lo que ya se conoce. Pero, ¿pueden los algoritmos que manejan y procesan la información suplir el conocimiento del experto, incluso su talento? La respuesta sigue siendo no, como tampoco los algoritmos adaptables en los que se basa el llamado «aprendizaje profundo» anulan la figura del profesor. La computación resulta imprescindible para supervisar y clasificar datos, pero no puede sustituir la intervención de quien conoce los fundamentos científicos.

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