Los instigadores de la iniciativa, en la Universidad de Harvard
Los instigadores de la iniciativa, en la Universidad de Harvard - ABC
Educación

Estudiantes españoles en Harvard: «El talento no se fuga, circula y trasciende las fronteras»

Una asociación, Harvard Spain, inaugura este sábado 23 de abril su primera conferencia anual en la Universidad. Uno de sus fundadores, Pablo Pérez Ramos, explica la iniciativa a ABC

Madrid Actualizado: Guardar
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En Harvard hoy se debate una nueva teoría. Dicen que la llamada «fuga de cerebros» en España puede tener una vertiente positiva. Que, al igual que la energía no se destruye, el talento no se pierde, sino que circula. Solo hay que saber cómo organizarlo para que vuelva. «La fuga de talento no es un problema en sí mismo, implica que existe dentro de España. Lo que es un problema es que el talento no entre», dice Pablo Pérez Ramos, cofundador y copresidente junto con Daniel Ibáñez de la asociación de estudiantes Harvard Spain (#harvardspain, #spainbraindrain, #lejosperoconectados). Junto a ellos, un prometedor conjunto de españoles al otro lado del Atlántico: Carmen Feito, Elvis García, Leire Larracoechea, María Ibáñez, Borja Santos, Ángela Wang, Alejandro Valdivielso, Elena Monge, etc.

La asociación creada en 2014 por este grupo de españoles inaugura este sábado un programa de conferencias anuales en la prestigiosa universidad norteamericana. Con ponentes como el secretario de Estado de Empleo Juan Pablo Riesgo, o el excomisionario de Competencia de la Unión Europea Joaquín Almunia, el primer tema a tratar es la circulación global de talento español. Una realidad que quieren enfocar desde el punto de vista académico y práctico porque «hablar de “fuga” es simplificar».

«Queremos poner en cuestión el eslogan de “la fuga de talento”, sin frivolizar en absoluto la gravedad del sufrimiento social», explica Pérez Ramos. Esta comunidad de españoles lo ha vivido en primera persona y, por eso, ahora proponen una revisión del concepto. En su opinión, hay un lado positivo en el fenómeno migratorio más reciente que no se ha explorado. El «efecto red» —de creación de contactos profesionales internacionales— o el acceso a tecnologías y conocimientos que no hay en España suponen una oportunidad de enriquecimiento vital. Y todo ello puede revertir, opinan, en algo positivo para el país. «El talento es algo que circula y trasciende fronteras», insiste Pérez Ramos.

Para ello, España debería ser capaz de catalizar las destrezas y el potencial de las personas tanto a nivel interno como externo. «No solo hay que preocuparse de que el talento no se nos fugue, sino de que dentro de nuestro espacio exista la mayor cantidad de talento posible». Este, dice, es uno de los temas fundamentales de la conferencia. Harán propuestas y buscarán soluciones a preguntas como si se puede generar una comunidad efectiva para conectar a los profesionales emigrados o si existe una «fuga de cerebros».

De un colegio público a Harvard

Ellos mismos, aunque afortunados, también se sienten expatriados. Son arquitectos, ingenieros, licenciados en Derecho que hoy cursan doctorados y masters en la Escuela de Arquitectura, la de Salud Pública, la de Política o la de Derecho. «Somos “talento” desde el momento que accedemos a una universidad de alto prestigio como Harvard, y somos “fugado” porque, en la mayoría de los casos, la vuelta a España no es una posibilidad», dice Pérez Ramos. La mayoría de ellos cruzó el Atlántico gracias a becas públicas o privadas, con la intención de vivir la experiencia, enriquecerse profesionalmente y luego volver. «En muchos casos, una vez que se ha producido la experiencia, la inercia te lleva a permanecer fuera, más que a volver a España».

Pérez Ramos, arquitecto de carrera, insiste en que para llegar a Harvard no hace falta ser de buena familia, sino tener un proyecto de estudios convincente. «Yo estudié en un colegio público de Tetuán, luego en un instituto público de Moncloa y luego en la Universidad Politécnica», ejemplifica. Tras cinco años trabajando, logró una beca de Caja Madrid para estudiar un master en Harvard y dos años después, otra de la Fundación La Caixa para un doctorado en Ecología y Urbanismo. «Es posible estudiar en Harvard si tienes una trayectoria académica con cierta solvencia y eres capaz de armar un proyecto de estudios que reciba apoyo de la gente que te conoce en España y que está dispuesta a firmar cartas de recomendación», explica.

Pese a vivir en el extranjero, creen que pueden aportar su experiencia para la mejora del país. «Hay muchas formas de hacer colaboraciones con España desde fuera. Por ejemplo, en forma de conferencias, colaboraciones con compañeros que siguen allí, con sinergias en investigaciones, consultoría… hay muchos tonos de grises entre ser talento expatriado y ser talento localizado dentro del Estado español».

Dar visibilidad a España

Cuando fundaron Harvard Spain, el colectivo de españoles en la universidad era el vigésimo grupo nacional en número. Actualmente son unos 70 estudiantes españoles. Con profesores, investigadores visitantes y demás personal académico, hay unos 150 españoles vinculados directamente a Harvard.

Dos años después de su creación, la asociación ha organizado el primer acto con el que trata de lograr que España escale en relevancia. «Esta primera conferencia pretende ser la primera piedra de una gran campaña de visibilidad y de promoción de la cultura española dentro de Harvard», explica Pérez Ramos, si bien destaca el papel del Real Colegio Complutense hasta el momento.

Aunque saben que alcanzar un impacto efectivo les llevará tiempo, creen que esta primera conferencia «ya hace mucho». «Necesitamos reeducarnos a nosotros mismos», dice el arquitecto sobre el intercambio de talento. «Queremos despolitizar el concepto y extraer de él una lectura positiva, optimista, que nos permita a todos seguir avanzando a pesar de las dificultades».

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