Educación en la era posCovid

El suspenso del señor ministro

Manuel Castells, titular de Universidades, parecía un verso suelto, pero ahora se juega su prestigio ante el reto que implica la crisis sanitaria en el marco académico

El ministro de Universidades, Manuel Castells, interviene en el Congreso EFE

Jesús Vazquez,

El día que el Gobierno bipartito de PSOE y Unidas Podemos anunciaron el «fichaje» de Manuel Castells para dirigir la cartera de Universidades, supuso una de las grandes sorpresas del Gabinete de Sánchez, con un sociólogo, economista y profesor universitario que es el quinto académico del ámbito de las ciencias sociales y el erudito en comunicación más citado del mundo. A priori, un fichaje solvente y de reconocido prestigio que nadie cuestiona en el ámbito académico e investigador. Pero que está siendo muy cuestionado en lo que a gestión se refiere, como ministro de Universidades que es.

Desde que a principios de enero fue efectivo su nombramiento, el señor Castells jamás se ha dignado a comparecer en el Senado para exponer las líneas maestras de su cometido al frente del Ministerio de Universidades.

Recordemos que el Senado es la cámara de representatividad territorial por excelencia. Nos encantaría poder escuchar de la fuente principal los motivos por los que este Gobierno consideró idóneo separar los ministerios de Ciencia, Educación y Universidades, por ejemplo. Por más que registremos preguntas, solicitudes de información, mociones, proposiciones no de ley o cuantas iniciativas nos permita la Cámara Alta, no conseguimos que el señor ministro se digne a explicarnos en persona qué pretende hacer con la política universitaria de este país.

Aún así, algo podemos intuir. Determinadas declaraciones públicas del señor Castells no han hecho más que arrojar (más) dudas sobre su ya cuestionable gestión, actuando como una especie de «verso suelto» dentro de un Gobierno desnortado y al borde del colapso. De otro modo, es imposible entender que un ministro, otrora referente ideológico de la extrema izquierda de este país, promueva sin ruborizarse universidades privadas en detrimento de la Universidad Nacional de España a Distancia (UNED). O que abogue públicamente por ejercer un férreo control de las redes sociales para evitar que crezcan y se multipliquen los mensajes contrarios al Gobierno actual. A veces me gustaría preguntarle a un investigador de la solvencia y prestigio del señor Castells si en realidad cree que limitar la libertad de expresión es lo que necesita este país en este preciso momento…, ¿O es que acaso lo que considera el señor ministro como realmente prioritario es salvaguardar la imagen del Gobierno, aún a costa de sacrificar un derecho fundamental de la ciudadanía?

A la vista de determinadas declaraciones públicas del señor Castells, cada vez sorprende menos que lo último que le preocupe sea planificar con seriedad el próximo curso universitario , en sentar las bases para reforzar el sistema que tanta debilidad destapó la pandemia de Covid-19, o en establecer criterios de becas y ayudas para que ningún estudiante vea truncado su futuro por las circunstancias sobrevenidas de esta crisis sanitaria sin precedentes. En vez de trabajar en ello, el señor ministro prefirió cargar contra los estudiantes que estuvieron dos meses sin sus apuntes por habérselos dejado en sus residencias estudiantiles, y se vio obligado, con razón, a pedir disculpas a los universitarios después de que en el Congreso, llegase a frivolizar sobre que se habían ido a lugares más divertidos; por la crisis sanitaria y se habían olvidado de llevarse sus apuntes y libros. Apuntes y libros que no debe considerar muy necesarios el señor ministro, teniendo en cuenta que afirmó sin ruborizarse que si los alumnos «copian bien» es una «prueba de inteligencia», considerando que la obsesión por evitar que los universitarios no copien; es un reflejo de una vieja pedagogía autoritaria. Vieja o no, como profesor universitario que soy, siempre tuve claro que mi labor era evaluar de la forma más justa y objetiva posible, las capacidades, el esfuerzo y los conocimientos de mis alumnos. Y copiar, lo siento mucho, nunca será un mérito a tener en cuenta en mis evaluaciones.

Por eso, señor ministro, a juzgar por su errático periplo gestor, donde solo acierta cuando rectifica, le recomiendo reconducir su paso por el Ministerio de Universidades si no quiere encontrarse con el que posiblemente sea el primer (e irrecuperable) suspenso de su brillante currículum.

-------------------------------------------------------------------------------

Jesús Vázquez es exalcalde de Orense y exconsejero de Educación de la Xunta, actualmente senador.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación