El decano del Colegio Cardenalicio deja de ser un cargo vitalicio

Francisco aprovecha la renuncia del cardenal Sodano para aplicar contratos temporales a los puestos de confianza

Ángel Sodano junto al Papa Francisco EFE
Juan Vicente Boo

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El relevo del purpurado italiano Ángelo Sodano como decano del colegio cardenalicio al cabo de catorce años de mandato (2005-2019) no solo deja atrás una etapa polémica sino que marca un cambio de era, ya que Francisco ha limitado el mandato a cinco años y ha pedido a los cardenales-obispos «que elijan (de entre ellos) a alguien que se ocupe a tiempo completo de ese cargo tan importante».

La ejecutoria de Ángelo Sodano, de 92 años, como nuncio en Chile (1977-1988) quedó empañada por su apoyo a Augusto Pinochet y el establecimiento de «cordadas» de obispos afines a él mismo y a Fernando Karadima, un párroco de gran personalidad que abusaba de menores y fue expulsado del sacerdocio por Francisco en 2018.

Del mismo modo, su ejecutoria como secretario de Estado (1991-2006) incluyó el apoyo y muy probable encubrimiento de los abusos sexuales de Marcial Maciel y, quizá los del ex arzobispo norteamericano Theodore McCarrick, a quien Francisco expulsó del cardenalato en 2018 y del sacerdocio en 2019.

En todo caso, el Santo Padre le despidió ayer con todos los honores, manifestándole gratitud «por el valioso y oportuno servicio que ha realizado como decano durante tantos años».

Pero lo más importante es el cambio en la tarea y perfil del decano, que pasa ahora a ser un colaborador importante del papa, como lo ha sido el «consejo de cardenales», formado por Francisco en abril de 2013, y que en la actualidad cuenta con seis miembros en representación de todos los continentes y la Curia vaticana.

El colegio cardenalicio, jerárquico en grado extremo, está formado por tres «órdenes»: el de cardenales diáconos, presbíteros y obispos.

El purpurado más antiguo del orden de los diáconos, el «cardenal protodiácono», anuncia el nombre del nuevo papa desde el balcón de la basílica de San Pedro. La gran mayoría de los cardenales forman parte del orden de los diáconos o de los presbíteros.

A principios de 2018 los cardenales obispos eran solo tres patriarcas de rito oriental -por su cargo- y seis purpurados: Ángelo Sodano, Roger Etchegaray, Giovanni Battista Re, Francis Arinze, Tarcisio Bertone y José Saraiva Martins.

En junio de ese año, Francisco añadió al orden de obispos cuatro cardenales de la Curia: Pietro Parolin, Leonardo Sandri, Marc Ouellet, y Fernando Filoni.

Para desempeñar un trabajo «a tiempo completo» , los candidatos más indicados podrían ser el portugués José Saraiva Martins, pero que tiene ya 87 años, o el italiano Tarcisio Bertone, que está a punto de cumplir 85.

De los cuatro añadidos en junio de 2018, el único con tiempo disponible es el italiano Fernando Filoni, de 73 años, hasta hace poco prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y ahora Gran Maestro de la Orden del Santo Sepulcro.

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