Los otros «Simones» de Europa que sí marcan el paso 

Cuando dos de los países que mejor libraron la primera batalla del coronavirus empiezan a vislumbrar con preocupación el repunte otoñal de sus curvas de contagios, los corresponsales de ABC en Portugal y Alemania acceden a sus dos capitanes de las directrices antiCovid

Cuando dos de los países que mejor libraron la primera batalla del coronavirus empiezan a vislumbrar con preocupación el repunte otoñal de sus curvas de contagios, los corresponsales de ABC en Portugal y Alemania acceden a sus dos capitanes de las directrices antiCovid. No existen las recetas mágicas, concluyen, pero librar la batalla pronto y con medidas firmes ha dado resultados óptimos. Alemania defiende el uso de la máscara como gran protección y apela a la responsabilidad individual por encima de cualquier otro instrumento; para la directora de Salud lusa este no ha sido un motivo de inquietud hasta ahora, cuando se imponga desde el próximo día 23.

El eminente virólogo germano Christian Drosten , asentado en un organismo independiente –el Instituto Robert Koch– aconseja a los ciudadanos sin injerencias del Gobierno de Angela Merkel . El acelerón científico que permitió a Alemania coger ventaja para repeler la sacudida la pasada primavera se compaginó con otro método muy eficaz: las restricciones y las recomendaciones vienen de dentro del organismo hacia fuera. El ritmo del país con la pandemia es apolítico, muy diferente a lo sucedido en España.

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Maria da Graça Gregório de Freitas es la directora general de Salud en Portugal ABC

«No pensamos en un nuevo confinamiento en Portugal»

Para los portugueses, Graça Freitas lleva meses encarnando el rostro de la lucha contra la pandemia del coronavirus. A sus 63 años, ejerce como máxima responsable de la Dirección General de la Salud (DGS) y, a lo largo de su trayectoria especializada, ha publicado trabajos acerca de la vacunación o de la prevención y control de enfermedades contagiosas.

Ahora que el país vecino ha superado la barrera de los 2.000 muertos y la cifra global de afectados está por encima de los 31.000, la experta lusa rememora en una entrevista con ABC que el primer caso de la nueva infección se registró al otro lado de la frontera el pasado 2 de marzo: «Ahí entramos en el periodo de contención, lo cual permitió concentrar nuestros recursos. En la primera fase, la mayor parte de los positivos eran importados y se localizaban, sobre todo, en la zona norte porque el tejido empresarial de esa zona permitió que mucha gente viajase al norte de Italia, especialmente a las ferias de moda y calzado».

Descarta el «cerrojazo»

Y añade: «Se cerraron las escuelas el 16 de marzo y, 48 horas después, entramos en 45 días de confinamiento. Así que consideramos que las medidas adoptadas fueron las correctas porque hemos conseguido evitar una quiebra del Servicio Nacional de la Salud».

Pero ahora los rebrotes arrecian y los contagios diarios sobrepasan los 1.200, una estadística muy elevada en un país con poco más de 10 millones de habitantes. En todo caso, la doctora Freitas dice: «No estamos pensando en un nuevo confinamiento. Como mucho, estableceremos medidas proporcionales, flexibles y adaptadas a los contextos. Por eso, hemos reforzado la vigilancia epidemiológica y trabajan más rastreadores para interrumpir las cadenas de transmisión».

La directora de la DGS aduce un elocuente «no sabemos» cuando se le pregunta si aguardan una virulenta segunda ola del virus y reconoce que existe en Portugal una profunda «asimetría regional», que no tiene nada que ver con el comportamiento del Gobierno central en España en relación a determinadas autonomías, especialmente la Comunidad de Madrid.

España es diferente

Graça Freitas opta por palabras genéricas cuando es interrogada por su opinión acerca del difícil momento que vive el vecino de la Península: «Todos los países pueden sufrir situaciones graves porque el virus tiene una dinámica propia de desarrollo y propagación. Cada país tomó las medidas que creyó necesari’as y todos están en fases diferentes. Esa es la lección que tenemos que aprender unos de otros, tenemos que ver lo que resulta en cada país o en cada región, tenemos que aprender en el dominio de la ciencia y en lo social, acompañar con buenos mecanismos de vigilancia epidemiológica la magnitud de la enfermedad, pero sin olvidar sus implicaciones sociales y económicas».

La máxima responsable de la Dirección General de la Salud evita referirse a la fallida estrategia de España y se limita a decir: «Todos los países pueden sufrir situaciones graves»

En cuanto a la posibilidad de una vacuna con acceso universal, señala: «Portugal está en todos los mecanismos internacionales en que es posible estar. Por tanto, contamos con ser de los primeros países en aplicar la vacuna en cuanto esté en el mercado. Ya hemos creado un grupo de trabajo específico a nivel nacional para la reserva estratégica de las vacunas. Lo que parecen aumentar son las posibilidades de que sean necesarias dos dosis por persona».

FICHA TÉCNICA «MUY PERSONAL» DE G. FREITAS:

Lugar de nacimiento

26 de agosto de 1957 (63 anos). Nacida en Nova Lisboa, África Ocidental Portuguesa

Formación

Nombrada directora general de Salud Pública el 1 de enero de 2018. Es una médica, formada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa.

Especialidad

Especialista en Salud Pública, es la principal portavoz del país vecino. Desarrolló el programa de vacunación del país y formó parte del panel que impulsó los programas de vacunación de la OMS.

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Christian Drosten REUTERS

«La mascarilla no nos libra de la segunda ola»

En Alemania no hay un Fernando Simón como tal. Christian Drosten, uno de los expertos que asesoran al gobierno alemán y director del Instituto de Virología del prestigioso Hospital Charité de Berlín, no es ni funcionario por oposición ni ha sido designado por el gobierno como portavoz de la pandemia, sino un profesional muy reconocido y uno de los tres científicos que descubrieron el virus del SARS en 2002, el predecesor de nuestro coronavirus, además de figura central en la lucha contra otra epidemia causada también por un coronavirus, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), que causó más de 800 muertes en 2012. En enero de 2020, su laboratorio en Berlín fue el primero en producir un test de diagnóstico del Covid-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó el protocolo en su web para que incluso los países más pobres pudieran producir sus propias pruebas de diagnóstico y es ahora el más usado en el mundo. «Empezaron a hacerme muchas entrevistas, pero los periodistas siempre tenéis que cortar lo que se dice y eso me frustraba», explica en entrevista con este diario sobre por qué comenzó a grabar un podcast semanal desde el que la Charité ha mantenido informada a la población alemana sobre la evolución de la pandemia y las consignas de actuación. Más de una vez ha criticado directrices políticas.

No ha sido designado por el Gobierno como portavoz, pero es uno de los científicos más reputados de Alemania

«La mascarilla va a seguir con nosotros todavía mucho tiempo», dice Drosten, que desde el primer día hasta hoy ha aconsejado su uso en espacios cerrados o en los que se concentren muchas personas, pero que insiste en la conveniencia de evitarla al aire libre y en la calle. Nunca ha aconsejado confinamientos obligatorios generalizados como el que sufrió España durante tres meses y, ahora que considera que «la segunda ola ya está aquí», sigue defendiendo que la mejor barrera es la distancia de seguridad y la responsabilidad ciudadana, además, claro está, de la solvencia del sistema sanitario.

«La mascarilla no es la panacea, pero puede tener su efecto», dice, al tiempo que corrige las teorías acerca de que la máscara facial si no evita infectarse al que la lleva, sí rebaja la intensidad de la infección. «Sobre eso no hay pruebas científicas», lamenta, comentando un artículo reciente del «New England Journal of Medicine» que formulaba esa hipótesis. Tampoco cree que el uso más o menos generalizado de las mascarillas nos vaya a librar de la segunda ola de infecciones. «Hay países en los que se puede decir que realmente se usó desde el principio, que incluye a muchos asiáticos, y sin embargo, ha habido brotes importantes. Así es como puedo resumirlo. Y sobre esta base, mi evaluación no es en absoluto que la situación básica haya cambiado».

Drosten ya esperaba, como está sucediendo en Alemania, un repunte y una ola de infecciones similar a la que está teniendo lugar ya en España estos meses de otoño. «Si superponemos las curvas, Alemania sólo va un poco por detrás de España, Francia e Inglaterra», dice, «actualmente no hacemos muchas cosas de manera diferente».

Factores que juegan a favor

Admite que hay diferencias sociales o culturales que protegen a los alemanes, como que «tenemos más hogares unipersonales y menos familias multigeneracionales, en las que el virus se transmite muy fácilmente de jóvenes a mayores». «Pero, por lo demás, Alemania no es muy diferente de sus vecinos europeos vecinos. Por eso tenemos que tener mucho cuidado y vigilar de cerca lo que sucede muy en serio». Cree que Alemania logró capear mejor la primera ola por su ventaja científica , porque en marzo la situación se notó en los laboratorios y no sólo en las unidades de cuidados intensivos. «Alemania todavía se beneficia de esto», reconoce, aunque los contagios han pisado ya el acelerador.

FICHA TÉCNICA «MUY PERSONAL» DE C. DROSTEN:

Lugar y fecha de nacimiento

Nació en 1972 en Lingen, una ciudad de 50.000 habitantes en Baja Sajonia. Creció en una granja y su pasión por la ciencia surgió durante sus estudios de Bachillerato en el colegio católico Gymnasium Marianum.

Formación

Estudió Medicina en Frankfurt y se doctoró cum laude con una tesis sobre «Sistemas de test para inmunodeficiencias».

Especialidad

Es uno de los tres científicos que descubrieron el virus SARS en el año 2002. En 2020 su laboratorio del prestigioso Hospital Charité de Berlín produjo el primer test para el diagnóstico del Covid-19.

Datos personales

Estudió Medicina en Frankfurt y se doctoró cum laude con una tesis sobre «Sistemas de test para inmunodeficiencias» en 2003, el mismo año en el que descifró el SARS.

Vive con su mujer y sus tres hijos en el distrito de Prenzlauer Berg, en Berlín. Los fines de semana le gusta pasear y tocar la guitarra. Procura ajusta sus vacaciones a las vacaciones escolares, pero este año no ha podido ser porque nadie en su departamento ha descansado más de cuatro días seguidos «para resetear». Prefiere el campo a la playa y un buen libro. «Este año», reconoce, «no ha habido ni libro».

Drosten no se muerde la lengua. En varias ocasiones ha llevado la contraria al ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, al que ha corregido en una rueda de prensa alegando que no había estudios científicos que respaldasen lo que el ministro estaba diciendo. Ha corregido a la mismísima Merkel, a la que asesora y que se ha plegado a sus recomendaciones. Y a los periodistas nos tiene entre ceja y ceja. «La realidad científica es bastante más compleja que un titular y los matices y los detalles cuentan muchísimo, eso es algo que ustedes tienen a pasar por alto», ha dicho.

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