Coronavirus: la higiene, determinante

Fábricas españolas a pleno pulmón: jabones y geles hidroalcohólicos, tan imprescindibles como el comer

Dos empresas no han detenido ni un solo día su producción desde que estalló esta crisis del coronavirus, surtiendo al mercado español y parte del europeo. En Fuenlabrada (Madrid) y en Caparroso (Navarra), Jabones Pardo y Extractelur abren sus puertas a ABC y muestran que están plenamente comprometidas con la higiene y la solidaridad

Uno de los trabajadores comprueba el estado del jabón en la planta de Fuenlabrada FOTOS: GUILLERMO NAVARRO / Vídeo: El Gobierno fija el precio máximo por mililitro deL gel hidroalcohólico - AT
Érika Montañés

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Nadie sale a la calle estos días sin un bote de gel hidroalcohólico que echarse al bolso o el coche. Y, en la cesta de la compra, el jabón se ha convertido en un objeto igual de preciado y necesario que el arroz, la leche o el azúcar. Dos empresas españolas no han detenido ni un solo día su producción desde que estalló esta crisis del coronavirus, surtiendo al mercado español y parte del europeo. En Fuenlabrada (Madrid) y en Caparroso (Navarra), Jabones Pardo y Extractelur abren sus puertas a ABC y muestran que están plenamente comprometidas con la higiene y también con la solidaridad:

La «barrera de la abuela» contra el Covid-19: Tan antiguo como el baile, el jabón se ha convertido en el arma higiénica imbatible para frenar el virus. Una empresa familiar domina el arte jabonero

Aceites naturales y sosa en su proceso de saponificación resultan en jabón. Una empresa familiar, Jabones Pardo, domina cada paso de esta transformación con maestría y mimo artesanal . Cuatro generaciones de los Pardo trabajan en las entrañas de la planta que tienen ubicada en el municipio madrileño de Fuenlabrada donde laboran estos días sin descanso unos 50 operarios.

Uno de los productos más selectos, el «jabón de oro» GUILLERMO NAVARRO

Nadie discute sobre la importancia del jabón y la higiene en la crisis actual. Tal y como explica a ABC uno de los miembros más jóvenes de la familia, el responsable de Exportación, Rubén Pardo , es un hecho notorio que en estos momentos «la gente está consumiendo más jabón», porque es un arma básica que dispara al corazón del maldito patógeno. «Pero también resulta el medio más económico, ecológico y eficaz para luchar contra ello. Parece mentira que el remedio de la abuela resulte ser tan útil» contra el avance del coronavirus , afirma Rubén.

«Altruismo en el ADN»

El volumen de producción de esta empresa es gigantesco. En el año 2019, fabricaron casi cinco millones de kilos de jabón y geles corporales. Según los ranking europeos, esta compañía se encuentra en el «top ten» de las instalaciones de su rama en el Viejo Continente. Pero la facturación demuestra no estar reñida con el altruismo que ha demandado esta crisis. Desde este lugar ha partido tres veces un camión lleno rumbo al hospital de campaña de Ifema, que ya apagó sus luces. Jabones Pardo donó 45.000 pastillas de jabón y 8.000 lociones o geles para que los pacientes ingresados en este centro sanitario improvisado en los pabellones del recinto ferial pudieran «oler a Pardo». De hecho, la solidaridad es un acompañamiento estándar en las maneras de esta familia, que tiene entre su «cartera» de habituales a organizaciones de ayuda humanitaria como Cruz Roja, la Asociación Española contra el Cáncer y las ONG Menudos Corazones y Red Madre. Rubén se resiste a alardear de ello. Sí comenta: «¿Cómo no íbamos a estar ahí cuando en esta crisis lo que producimos es esencial? Es en estos momentos cuando hay que demostrar que se puede echar una mano».

Durante este tiempo la fábrica no se ha detenido ni en el parón propio de la Semana Santa; todos los turnos han tenido que adaptarse a las necesidades especiales de higiene que exigía la emergencia de salud pública. La protección se ha rearmado, cobijando al maestro jabonero como si fuera «oro en paño» , casi «enjaulado», porque, según señala el responsable de Exportación, «es la llave maestra para la fabricación de jabones». Los trabajadores han tenido que pertrecharse de los equipos de protección individual pertinentes, rotar en turnos y coordinarse en un esfuerzo mayor al habitual.

GUILLERMO NAVARRO

Rubén Pardo no oculta que se ha tenido que mitigar la producción para proteger a los trabajadores de una inusual carga de trabajo y, al hacer números, tiene claro que algunas líneas de venta se han resentido, como es natural, porque han cerrado muchos establecimientos y los centros comerciales. «La exportación ha caído, como fuente de ingresos, en un 50% y se ha priorizado el mercado nacional con responsabilidad –asume–. Pese a las pérdidas, no somos de los sectores que más hemos notado la caída, la crisis y el desabastecimiento». «El jabón es y seguirá siendo crucial», remata este miembro de la cuarta generación de los Pardo.

El único desinfectante 100% vegetal del sur de Europa: Una empresa radicada en un pueblo de Navarra abastece a España y sus vecinos de glicerina, la materia esencial para el gel hidroalcohólico

Oscar Gutiérrez es el director de la empresa Extractelur desde septiembre de 2019. Seis meses después de aceptar el puesto, estalló la crisis del coronavirus. «Estábamos preparándolo todo para hacer una parada técnica, pero...», se interrumpe. Instalaciones y plantilla asumieron la «avalancha de pedidos» que se registró en marzo y la que estaba por venir.

Gutiérrez se dirige desde Vitoria-Gasteiz un par de veces cada semana a Caparroso, un pequeño pueblo de la comarca de la Ribera Arga-Aragón a 56 kilómetros al sureste de Pamplona, para revisar el estado de la maquinaria y también los ánimos de los 23 trabajadores de la planta. No es un área especialmente industrial, pero Extractelur ha dado vida y negocio, corrobora el alcalde, Carlos Alcuaz. La mayoría del pueblo de 2.700 habitantes están volcados en la agricultura y la ganadería, un «verdadero ejemplo de heroicidad» estos días en la zona, reseña Gutiérrez: «Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando llueve, pero ahora es cuando nos damos cuenta de la trascendencia de la agricultura . Se nos hacían necesarios, pero son imprescindibles. Justo antes de la crisis estaban en la calle pidiendo ayudas. Y míralos ahora», se detiene.

La planta de Caparroso (Navarra) EFE

Dentro de la planta (depende de la firma Oleofat radicada en Tudela), las llamadas que provienen de Francia, Portugal, Italia y España les tienen absolutamente «desbordados». Extractelur producía biocarburantes, se readaptó al mercado y a la lucha contra el cambio climático. El Covid-19 le ha exigido reacondicionar sus dos líneas productivas para convertirse en la única empresa del sur de Europa que produce glicerina 100% vegetal, con una pureza por la que puja tanto el sector alimentario como el farmacéutico y cosmético. «Nos la quitan de las manos. ¿Y para qué sirve, se preguntarán los lectores?». Gutiérrez se somete a su propio interrogante para desarrollar el porqué de la altísima cotización de un producto que ha pasado a ser clave en la era que ha impuesto el coronavirus.

La glicerina vegetal es un componente orgánico presente en grasas vegetales. Ha devenido en una materia prima básica para las soluciones y geles hidroalcohólicos que se han convertido en el EPI de la higiene en los hogares, hospitales y compañías.

«Tenemos lista de espera. Hay una elevadísima demanda en todos los países, no damos abasto porque la mayoría de fábricas europeas han cerrado estos meses», cuenta el director. El producto que sale de la empresa que montó Acciona hace dos décadas (cerró entre 2009 y 2018) se transforma en cremas y geles hidratantes, cuyo consumo también se ha disparado estas últimas semanas.

Gutiérrez apunta dos parámetros que dejan claro el provechoso porvenir a medio plazo que tendrá la glicerina española: «Aunque produjéramos el doble, no se abastecería la demanda. Y está todo vendido». La capacidad máxima de fabricación en Caparroso es de 360-400 toneladas al mes. Otro asunto es el precio, del que se habla con cierto pudor en plena pandemia. Según los indicadores europeos, una tonelada de glicerina en febrero costaba entre 600 y 700 euros. Las previsiones apuntan a que podría llegar a 6.000 euros. «A mediados de abril la glicerina vegetal cuesta justo el doble que en marzo. No dudo de que se va a triplicar su valor. Los pedidos de glicerina van a seguir creciendo de modo exponencial y aun así, la glicerina de Caparroso está un 40% por debajo del precio que hay en el mercado hoy por hoy», afirma el director de Extractelur. «Está claro que la crisis nos ha venido bien, por desgracia y en medio de tanta desgracia», dice Gutiérrez.

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