Variante Ómicron

Con la humanidad pendiente de la proteína S del Covid -llave del virus para penetrar en nuestras células- los científicos tratan de pergeñar una explicación de lo que significan los cambios de aminoácidos que integran la secuencia de Ómicron . Hay millones de proteínas, de todo lo viviente, en las bases de datos biomédicos. Ninguna ha sido objeto de un seguimiento tan detallado como los 1.273 aminoácidos encadenados que integran la proteína S , la que forma las espinas del coronavirus productor pandémico.

Las vacunas han apostado por inmunizar sólo contra S. Que el éxito que supone su desarrollo no nos haga olvidar sus limitaciones: no impiden que nos contagiemos, aunque reducen el riesgo de contagio y protegen frente a enfermedad grave. Confiemos en que pronto van a llegar vacunas mejores. Desde la ciencia podemos recorrer uno a uno los 1.273 aminoácidos de la proteína y reconocer las 32 mutaciones de que es portadora Ómicron. Contestar a las preguntas fundamentales va a requerir más tiempo. Nueve de estas mutaciones son viejas conocidas, porque ya se dieron en alguna de las variantes (Beta, Gamma, Delta). Podemos hacer cábalas de si pueden hacer que Ómicron sea más transmisible, o si disminuirá algo la sensibilidad a los anticuerpos. Pero, como lo importante es la combinación de mutaciones, con otras muchas nuevas, se requieren esfuerzos para esclarecer esos extremos.

Hay que rastrear el origen de Ómicron; ha sido el sistema sudafricano el que ha puesto de manifiesto su existencia, pero en pocos días se detectaba en unos 40 países. La aparente transmisibilidad, muy intensa , parece compensada por la infección más leve que causa. La infección persistente en un organismo inmunocomprometido puede haber dado lugar a una variante con tantos cambios genéticos, la pregunta es si cabe esperar muchos más cambios de este tipo. El que un virus evolucione a mayor transmisibilidad con menor virulencia tiene su lógica. Mientras tanto, el cansancio global por la duración de la pandemia no debe dar lugar a mensajes contradictorios, como bloquear los movimientos con el país que mantiene la mejor vigilancia epidemiológica del continente africano.