La muerte de Cecil, punta del iceberg de la caza furtiva

Le engañaron con un cebo y le dieron muerte para exponer en alguna vitrina el trofeo más preciado de Zimbabue. El caso del león Cecil, el icono de la reserva de Hwange, es solo la punta visible del enorme iceberg de la caza furtiva de animales salvajes en África. Dos miembros de la empresa de caza fueron detenidos y, tras varios días de búsqueda y desconcierto, se ha identificado también a la persona que dio muerte al emblemático león.

En un principio, Johnny Rodrigues, responsable del equipo de Conservación de Zimbabue ( ZCTF), confirmó la nacionalidad española del cazador citando como fuente a las autoridades de Zimbabue.

Baile de nacionalidades

El domingo, desmintiendo esta información, el diario « The Telegraph

» reveló que el autor de los disparos era de procedencia estadounidense. Se trata de Walter J. Palmer, un dentista de Minnesota aficionado a la caza que acumula en su currículum cinegético varias multas por caza furtiva.

« Bushman Safaris» es la agencia que facilitó el cara a cara del cliente con Cecil, después de que su cabeza fuera valorada en unos 45.000 euros. La crueldad empleada ha elevado la indignación entre los responsables de los parques nacionales, las asociaciones de cazadores y la industria de safaris fotográficos, que ven peligrar su negocio tras la pérdida de su principal fuente de ganancias.

El famoso león de trece años, acostumbrado a ser el blanco de miles de fotografías de turistas, en esta ocasión y en medio de la noche fue diana de su cazador, que utilizó flechas para hacer el menor ruido posible. Malherido y agonizante, le dejaron desangrarse durante dos días hasta que una mañana y a punta de rifle pusieron definitivamente fin a su reinado.

Según las licencias de exportación concedidas en Sudáfrica, España encabeza la lista de países europeos en «trofeos» de león. Entre 2007 y 2012 entraron en nuestro país 443 cabezas de este animal, frente a las 99 que fueron a parar a Alemania, el segundo país en el ranking.

Fácil permiso de importación de «trofeos»

Para poder atravesar la aduana con este particular «souvenir», lo único que se necesita es un permiso de importación concedido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres ( CITES), que valora las concesiones en función de la procedencia del animal y el peligro de extinción de cada especie. Los leones que habitan en África Occidental y Central están clasificados como «críticamente amenazados».

«El problema es que el gobierno de Zimbabue está permitiendo que se cacen leones», lamenta Luis Muñoz, fundador de la asociación «Chelui 4 lions». Las empresas que a través de internet ofertan «paquetes» de caza no descuidan los detalles para que la «experiencia africana» se adapte al gusto del cazador.

«Paquetes de caza» personalizados

La agencia «Bushman Safaris» publica precisamente en su página web la lista de tarifas de los más de treinta «trofeos» -desde búfalos, hasta cebras, pasando por hienas y jirafas- que el huésped puede llevarse a casa, con servicio de embalaje incluido.

Una de las prácticas más frecuentes es la llamada «caza enlatada», en la que se cría a los animales en granjas para después ser conducidos a los recintos de caza. Pero, más allá de la mera actividad cinegética, los huesos del león son muy codiciados. Debido a la disminución del número de tigres y el consiguiente incremento de su protección, en su lugar los huesos del león se venden a las mafias chinas como ingredientes en la medicina.

«Si no conseguimos salvar a los reyes, nunca podremos salvar el reino», dijo Edward Bourke, Presidente de la Fundación «Saving the Lion».