El cirujano Iván Mañero junto a una paciente a la que le ha reconstruido el clítoris
El cirujano Iván Mañero junto a una paciente a la que le ha reconstruido el clítoris - afp

Unas 17.000 niñas procedentes de países subsaharianos están en riesgo de sufrir una mutilación genital en España

Cirujanos españoles piden implicación institucional en la lucha contra esta práctica y explican que los daños que produce esta práctica no se reparan con un bisturí

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La Fiscalía de Menores del País Vasco está estudiando la adopción de medidas de protección para cuatro hermanas, que viven en Álava y que son menores de edad, después de que sufrieran la ablación de clítoris durante un viaje a Mali en el año 2014. Tal como ha confirmado a ABC Juan Calparsoro, el fiscal superior del País vasco, la ablación habría sido propiciada presuntamente por los abuelos de las niñas, lo que podría ser constitutivo de delito.

Pero, ¿se trata de un caso excepcional? Según los datos que maneja la ONG Wasu Gambia Kafo, la cifra de niñas que sufren la ablación ha aumentado en España más de un 60% desde 2008. Calculan que alrededor de 17.000 niñas procedentes de los países subsaharianos donde persiste esa práctica y que residen actualmente en España están en peligro de sufrir la mutilación genital femenina (MGF).

En ese sentido, coincidiendo con el Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, los cirujanos españoles explicaron que llevan años ayudando a mejorar la calidad de vida de las mujeres que han padecido esta agresión, e hicieron un llamamiento a no bajar la guardia y fortalecer la lucha contra esta práctica «aberrante».

«Lo que podemos hacer con la cirugía reparadora es muy poco respecto a lo que supone el impacto global del problema de la ablación. La lucha fuerte debe hacerse en África», explicaron en un comunicado. En su opinión, el único camino posible es el cambio cultural, que pasa por la implicación de las instituciones y los gobiernos en el problema.

El doctor Iván Mañero explicó que las reconstrucciones de clítoris que realiza en su centro de manera gratuita desde hace diez años «no son la solución a largo plazo» y que «la verdadera solución al problema está en los países de origen donde es necesario potenciar un cambio de mentalidad en los hombres y las mujeres». A través de su fundación trabaja duro contra el problema en Guinea Bissau donde se calcula que la ablación afecta a la mitad de las mujeres y niñas.

«Lideramos un proyecto muy enfocado a la educación de los niños en la escuela y a la sensibilización de las mujeres. Ellos disponen de las claves para acabar con esta práctica terrible», afirmó Mañero en declaraciones a ABC. En su lucha cuenta con el apoyo de la Obra Social de la Caixa.

El doctor Pere Barri, responsable del programa de reconstrucción genital de la Fundación Dexeus, que puso en marcha uno de los programas pioneros de cirugía reconstructiva gratuita para estas mujeres, coincidió en que el bisturí solo repara parte del daño que han sufrido.

La Fundación Dexeus Salud de la Mujer ha reparado el clítoris gratuitamente a 60 mujeres que sufrieron una mutilación genital desde que arrancó su proyecto hace cinco años. El coste de la operación gira en torno a los 1.800 euros, dice el especialista, excluidos los honorarios del cirujano y el anestesista, aunque su centro, al igual que otros la ofrece de manera gratuita. «Es fundamental que las instituciones se involucren; lo ideal sería que estas operaciones las cubriera la Seguridad Social», subraya. La Generalitat anunció en abril de 2008 su compromiso de financiar la intervención a las mujeres que lo soliciten.

Es una cirugía «relativamente sencilla» -consiste en una intervención de unos 45 minutos y un día de hospitalización- y permite restituir anatómicamente los órganos genitales afectados en un 90 por ciento de los casos. En un 75% de las pacientes, la restitución también es funcional.

Barri Soldevila, al igual que otros cirujanos consultados por este diario, explicó que la cirugía es una mejora importante para estas mujeres aunque la lucha contra la ablación debe ir más allá y hacerse sobre el territorio.

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