Imagen del vehículo que participó en el operativo
Imagen del vehículo que participó en el operativo - e. san bernardo

La UCM reconoce que aceptó destruir los restos de «Excálibur» y luego se negó

Lo aconsejó el Comité de Salud Laboral para «preservar la seguridad de los trabajadores del centro». Pero también lo son quienes participaron en el operativo, que tuvieron que convivir tres horas con el cadáver del perro hasta encontrar una incineradora

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Después de que este diario informara ayer de la dimisión del jefe del operativo que sacrificó a «Excálibur» debido al caos creado por el rector de la Universidad Complutense, José Carrillo, la institución explicó ayer vía comunicado que el Comité de Seguridad y Salud Laboral desaconsejó que se realizará en el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) el tratamiento del cadáver del perro, por lo que se revocó el permiso dado inicialmente para ello tras los contactos mantenidos con la Inspección de Trabajo.

Con el reconocimiento de ese giro, la universidad corrobora el relato adelantado a ABC por el responsable de ese operativo y director del Visavet, Lucas Domínguez Rodríguez, que renunció a su cargo por entender que había quedado «desautorizado» en su ejercicio profesional por esa decisión que le impidió llevar los restos del animal al laboratorio previsto cuando el perro ya había sido sacrificado

La UCM ha apuntado que «es cierto» que el Rectorado otorgó, en un primer momento, el visto bueno a proceder a la «inactivación biológica» del perro de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, contagiada del virus ébola. No obstante, explica que después representantes del Comité de Seguridad y Salud Laboral (órgano paritario y colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la UCM en materia de prevención de riesgos laborales) desaconsejaron que se realizara el tratamiento del cadáver en esas instalaciones, ubicadas en la Facultad de Veterinaria, y denunciaron ante la Inspección de Trabajo la posibilidad de que el cadáver fuese trasladado al Visavet.

Tras conversaciones mantenidas con la Inspección de Trabajo, explica la UCM, se tomó «la decisión de revocar el permiso» para garantizar el funcionamiento de las instalaciones de seguridad biológica de VISAVET y «preservar la seguridad y la salud de los trabajadores del centro, de la Facultad de Veterinaria y de los alumnos».

Se da la circunstancia de que, entre los trabajadores del centro cuya salud quiso garantizar Comité de Seguridad y Salud Laboral también se encontraban los miembros del operativo que físicamente entraron en el piso de Teresa Romero y que, tras eutanasiar al perro, tuvieron que aguardar tres horas junto a los restos sin poder salir al exterior hasta que se encontró una incineradora dispuesta a hacerse cargo del cadáver del animal.

Sobre la dimisión del director, la universidad lamenta la decisión adoptada por él, así como sus declaraciones sobre esta situación.

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