Inauguración

Sevilla celebra su primera gran bulla prenavideña con el alumbrado más temprano y ajena a las elecciones

El Centro se llena de familias y de gente de los barrios que pasea sin rumbo fijo, se hace selfies y disfruta de una tarde de temperaturas suaves al ritmo de un karaoke municipal dominado por Madonna y ABBA

Imagen de la Plaza del Salvador con el alumbrado navideño J.M.Serrano Vídeo: A. Periáñez

Jesús Álvarez

Las luces de Navidad han llegado a Sevilla antes que nunca y, por cosas del destino, a dos días de una cita con las urnas en la que nadie de la marea humana que fue inundando a partir de las seis de la tarde el Centro debía de estar pensando.

El Ayuntamiento que preside Juan Espadas mantiene este año, el último de su mandato, su iluminación laica, un poco de discoteca ochentera, pero ha tirado la casa por la ventana en los barrios ( 900.000 euros en total ), donde dentro de seis meses se decidirá quién se queda la alcaldía. Si cada luz significara un voto, no se habrían iluminado 76 calles más que el pasado año ( la mayoría de las nuevas en Parque Alcosa, Sevilla-Este, Cerro-Amate y Bellavista ) sino muchas más de esas 277 que se encendieron este viernes en toda la ciudad. En 2011 «sólo» se iluminaron 102 calles.

La única conexión demostrada científicamente respecto al alumbrado navideño es la del aumento de las compras y sólo a él se puede atribuir el adelanto histórico de las luces al último día de noviembre. El «mapping» de Zoido ya es historia pero, si por los comerciantes fuera, la Navidad empezaría el «Black Friday». Tampoco estamos tan lejos de hacerlo, solo a siete días y hay que recordar que en 2016 las luces se encendieron el 7 de diciembre.

La avalancha de gente de ayer no fue, sin embargo, para comprar nada. Era únicamente para pasear sin rumbo fijo, hacerse selfies en cualquier sitio y disfrutar de una tarde de temperaturas suaves. En la avenida de la Constitución , que en Sevilla sigue siendo «la avenida», se juntaron en una especie de corriente playera pero sin sombrillas esa Sevilla mayor y conservadora del casco histórico con esa otra Sevilla más joven e informal de los barrios.

Señoras muy arregladas del brazo de sus maridos se mezclaban con vocingleras pandillas de adolescentes en zapatillas de deportes. Jóvenes con ferretería facial y peinados creativos salidos de «First Dates» compartían espacio con abueletes elegantes de chaquetas bien cortadas. Chicas musulmanas que se cubrían la cabeza con velos caminaban con esos chinos que se admiran de todo. Aparte de los ingleses y alemanes de todos los días.

Las castañas de Sonia

Sonia vende castañas frente a la Catedral desde hace ocho años . «El año pasado estaba la cosa un poco mejor de ventas, a pesar de que salíamos en mangas cortas por estas fechas. Vendemos sobre todo a los guiris, especialmente a los chinos» . Una mujer le pide un euro de castañas pero ella le dice que el cartucho más pequeño cuesta dos. Los hay también de tres y de cinco, que es lo que cuesta un globo. Una de las mujeres que los vende asegura frente al FNAC que muchos los niños los piden pero que los padres los alejan en cuanto preguntan el precio.

Juan, a pocos metros, tiene un puesto de cupones de la ONCE. « Da igual que adelanten el alumbrado a noviembre. Hasta el puente de la Inmaculada la gente no tiene mentalidad consumista. Entonces se les empieza a poner cara de regalos de Reyes», cuenta. Lleva muchos años aquí y sabe de lo que habla.

El Ayuntamiento contrató un grupo musical para amenizar el estreno de luces a cuenta de Lipasam . Su solista empezó pidiendo al público que se arremolinaban alrededor del Arquillo que utilizaran las papeleras y recogieran las cacas de sus mascotas: « Que hay perros muy grandes», dijo de forma elíptica. Luego, en plan triunfitos, cantó clásicos de Madonna y ABBA a juego con la iluminación . Hoy, para compensar, vendrán coros de campanilleros de distintos barrios.

La bulla que circula

En la avenida la gente se busca la vida en medio del nuevo alumbrado . Los comercios y bares están como cualquier otro día. Una pareja argentina baila un tango frente al «Casablanca» ; otra se pone flamenca a cincuenta metros y le gana por goleada. La Feria de belenes, con una acústica cochambrosa, tapa la fachada del Archivo de Indias, aunque eso no es ninguna novedad.

Avanzamos hacia la Plaza Nueva y frente al Arquillo se forma la primera gran bulla navideña. Como en la Semana Santa , haría falta un semáforo, pero las mareas se van acompasando entre roces y empujones. Por ellas circulan madres con carritos de bebé, algunos con dos niños, ancianos, chiquillos y jóvenes con patinetes y bicicletas. Sólo en una ciudad como Sevilla una bulla así puede acabar bien.

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