El rincón de...

Miguel Camacho Ramírez: «Ahorrar en educación es hacernos rico en ignorancia»

El profesor dice que «los chavales llegan a la universidad sin habilidades»

Miguel Camacho Ramírez juto al puente de Triana Raul Doblado

Félix Machuca

Treinta y nueve años de su vida los ha dedicado a la enseñanza. En universidades laborales y en el instituto Llanes. Ahora se jubila. Y con la perspectiva del tiempo vivido nos habla de educación, de política, de flamenco y de toros. Disciplinas todas que lo apasionan o le apasionaron.

Sáqueme de mis dudas: en una novela de Calvo Poyato aparece un personaje, Chamaco de Baena, que es asistente de Don Marcos de Roxas. ¿Le suenan de algo?

(Risas) Ambos personajes me son bastante familiares aunque no son bien retratados. Y eso debe ser culpa del autor que, como los mansos, se duelen en banderillas.

Usted nació en Baena pero se crió en Ciudad Jardín y en el Cerro. ¿Qué tuvieron que ver esos barrios con su vocación política?

Uno es lo que vive y en esos barrios aprendí tanto como en la facultad.

Desde el 76 hasta que el partido se puso muy malito usted militó en el PA. Hoy se declara «viudo político». ¿Por qué?

Porque el instrumento en el que yo creo no le interesa a los andaluces que en general se niegan a pensar en andaluz.

Algunos compañeros suyos dicen que en su larga trayectoria política usted fue duro con las espuelas y tierno con las espigas. ¿A qué se refieren?

Me parece una metáfora magnífica y todo un manual de cómo ir por la vida.

También ha sido larguísima su trayectoria educativa. Después de 39 años enseñando ¿qué generaciones toman el relevo?

Una generación desasistida, con padres ausentes y desbordados, que viven un nuevo modelo de familia que la sociedad no ha sido capaz de digerir y que necesitan ordenar ideas.

Hay profesores universitarios que se lamentan del nivel con el que llegan a las facultades.

Y llevan razón. En general los chavales son la consecuencia de todo lo que estamos hablando y llegan sin conocimiento, habilidades, competencia y léxico.

Hay informes que nos sitúan a la cola de la educación española.

Y es consecuencia de que la educación no ha sido prioridad de ningún gobierno. En el País Vasco la media de gasto por alumno es de siete mil trescientos euros y aquí no llegamos a cinco mil.

Es para echarse a temblar ¿no le parece?

Sin dudas. Porque el dinero que no se invierte en educación es el más productivo en desigualdad y exclusión. Ahorrar en educación es hacernos rico en ignorancia.

¿Se ha burocratizado la profesión de maestro?

Absolutamente. La carga de trabajo administrativo que tiene un profesor tutor es brutal.

Es cierto que el pasado curso hubo profesores tutores que tuvieron que matricular a los niños?

El año pasado por falta de administrativos tuvimos que hacerlo en muchos centros de Andalucía.

Usted es un apasionado del flamenco. Un arte que tiene militancia.

Le doy unos datos. En Sevilla existen setenta y cinco peñas en la provincia que aglutinan a unos ocho mil asociados. Gente que gasta su tiempo y su dinero en mimar esta música, defender su pureza y transmitirla.

A diferencia de la educación, el flamenco, tiene una cantera la mar de prometedora ¿Por qué?

Porque existe un circuito elaborado por la sociedad civil, las peñas, que hace que se vayan formando las nuevas generaciones. En mi peña, Torres Macarena, organizamos el año pasado más de cien espectáculos, casi sin ayuda de ninguna administración.

Usted es vicepresidente de la peña Torres Macarena donde coincide con el padre de la consejera Patricia del Pozo. Creo que conoció a los más grandes…

Cualquier socio de la peña es una mina de sabiduría y conocimiento. Don Jaime del Pozo conoció y convivió con Mairena, Chocolate, Farruco…Más que un socio es una enciclopedia. Acercarse a él es acabar sabiendo.

¿Qué es Rosalía al flamenco?

Lo que un talibán afgano a la tauromaquia.

Le oí decir alguna vez que, en quince años, tendremos que ir a ver toros a Francia. ¿Me lo puede explicar?

Los que viven de los toros en España lo están matando. Ven el declive pero no aportan soluciones, solo rebañan el plato. Es imposible que haya cantera si como en Sevilla no se hace nada por acercar la tauromaquia a los jóvenes. Lo hemos convertido en mundo extraño y de viejos.

Por qué en Francia la izquierda política asume los valores de la tauromaquia y aquí demoniza a la fiesta?

Porque aquí la izquierda, por desgracia, embiste más que piensa y perdió la brújula hace tiempo.

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