Maldonado: «Va a ser la Feria más fresca de los últimos años»

—Lo habrá pasado mal esta Semana Santa…

—Desde que soy meteorólogo, que me he dedicado a la predicción casi toda mi carrera, sobre todo cuando me lo he hecho a través de los medios (desde 1977), la época a la que más le he temido es a la Semana Santa porque, además de las cofradías, muchísimas personas van a decidir en función al pronóstico si se van a un lugar o a otro. Esto nos ha creado muchos problemas con el sector de la hostelería. Pero ciñéndonos a la Semana Santa, concretamente en la de Sevilla, cuando se da una situación de inestabilidad atmosférica como este año, nos preocupa a los meteorológos. A mí me ha me ha quitado el sueño.

—Nadie daba un duro por el Domingo de Ramos y mire lo que ocurrió… ¿Qué parte de culpa tiene usted en eso?

—El Domingo de Ramos había un riesgo bastante elevado de lluvia y hubo varias hermandades que tuvieron que correr al final porque se les pudo avisar cuando le quedaban unas tres horas para entrar. Se venía una zona de lluvia casi del 100%. Afortunadamente se les pudo avisar y aceleraron. Algunas como la Estrella o la Amargura entraron antes de tiempo y justo después comenzó a llover. Aemet hizo un pronóstico bastante certero. La Agencia no puede dedicar un meteorólogo que esté permanentemente con ellos. Han tenido que traer funcionarios de otras partes, un esfuerzo importante porque no tenían personal suficiente. Cuando Aemet dejó de actualizar el parte, ya avanzada la tarde, me quedé yo de guardia y pude ayudar a las cofradías. Me acosté con la conciencia tranquila.

—En Sevilla todo el mundo se cree meteorólogo cuando llega la Semana Santa...

—No es que se crean meteorólogos. A través de su experiencia consultan todos las webs. La de eltiempo.es tuvo casi tres millones de usuarios únicos en toda España y en Sevilla batió el récord. Consultan Aemet, llaman al Aeropuerto de San Pablo… Cada uno aporta su experiencia personal. En sevilla tambien hay otro problema: las hermandades que están 14 horas en la calle. Como me decía un hermano mayor un día: "Es que tengo un sol de justicia y tengo la puerta llena, ¿cómo les digo yo que no salimos?". Pero claro, van a estar 14 horas y van a tener un recorrido muy largo y no tienen donde refugiarse. Asumen un riesgo. Se encuentran entre la espada y la pared. Algunos no salen y no llueve y la cera nos la dan a nosotros...

—¿Cree que son los grandes incomprendidos?

—No por todo el mundo porque cada día el público entiende más que un pronóstico puede o no ocurrir. Si hay un anticiclón como un piano puedes poner la mano en el fuego, pero si hay inestabilidad, con frentes pasando el poste… es difícil dar un porcentaje. Al final del partido lo que cuenta es que no ha entrado en Sevilla. Hay personas (cada vez menos) que no entieden esto.

Los elementos que se emplean son tres: los modelos numéricos (ecuaciones que interpretan la evolución de la atmósfera, que se resuelven con potentes ordenadores). Te lo plasman en mapas y el meteorólogo tiene que interpretar ese mapa. Eso a corto y largo plazo. No se hace mirando el satélite. El satélite es una radiografía de lo que ha ocurrido en las ultimas 24 o 48 horas. Si vas viendo una banda de nubes por el Atlántico por Portugal, previsiblemente va a llegar dentro de un rato. A corto plazo es muy válida, pero con esa imagen no tenemos ni idea de lo que va a ocurrir en diez días, para eso están los modelos. Aemet dispone de uno de los ordenadores más potentes que pueda haber en el mundo.

El otro factor que sí es fundamental a corto plazo es el radar. Ahí es donde me estaba basando para dar esa información de última hora: «Que dentro de media hora va a llover». Te analiza la hora y te dice dónde está lloviendo.

—¿Le ha ocurrido que tras haber informado a una hermandad se echan a la calle o suspenden la estación de penitencia en contra de lo que dicen los pronósticos?

—Sí ha pasado. El Lunes Santo alguna se quedó sin salir y no llovió. Aunque, si yo hubiera sido hermano mayor, mi voto hubiera sido no salir. El riesgo era tan alto que no me hubiera arriesgado. No llovió justamente en Sevilla, pero en los alrededores cayó con ganas. El Martes Santo ocurrió lo contrario. Luego se adelantó y se formó otro núcleo que no se esperaba. Existe el riesgo de que te salgan granos, pero hasta que no te salen no los ves ni dónde. El pronóstico de la Semana Santa ha salido bastante bien en lineas generales. Y el Domingo de Ramos salió de lujo.

—Usted es muy querido en las cofradías…

—Me siento halagado y más que pagado con que acudan a mí. Por delante de mí está Aemet. Cuando Aemet no puede llegar a que el hermano mayor o el diputado mayor de gobierno te esté llamando cinco veces, me presto y lo hago con mil amores. Eso me lo agradecen y me siento más que pagado.

—¿Cómo ven en la Agencia este interés por la información meteorológica en Semana Santa? Llega a haber incluso predicciones especiales cada ciertas horas…

—A Aemet se le ha convencido de que hay determinadas zonas donde se hace este esfuerzo, Sevilla sobre todo. La Semana Santa es muy especial en todos los sentidos, la cantidad de personas, el dinero que mueve, el fervor... Aemet hace un esfuerzo grande con Sevilla. Costó cierto trabajo convencerlos, ha habido momentos en los que se ha dicho que se iba a suprimir pero no se ha hecho. Hay problemas de personal y han hecho un esfuerzo grande. Es digno de valorar por Aemet como institución, su presidente y su personal. Pertenezco al consejo rector y quise reconocer al presidente por haber tomado la decisión de mantener eso.

—Para la Feria se espera también un inicio lluvioso. Se parece mucho a la Semana Santa, ¿no?

—Si se cumple va a ser la Feria más fresca de los últimos años. Puede llover, pero va a ser poca cosa. Si llueve serán gotas, desde el domingo al miércoles sin descartar el jueves. Estará nublado a ratos y caerán muy poco. No va a ser una granizada como la de aquel año que cayó una que parecía la Feria Sierra Nevada.

Desde que Narciso Bonaplata y José María Ybarra pusieran la feria de gando, ha habido de todo. Pero con respecto a las ultimas es de las más tempraneras. Por la noche el que no vaya abrigado va a pasar bastante frío. Este año con la vestimenta va a haber dudas. Es tradicional ir vestido de claro… Pero con máximas en los primeros días de 18 y 19 grados y mínimas de 8 y 9 grados, hará frío, y más allí que está pegado al río.

Los últimos días parece que suben un poco las temperaturas. Suben las máximas y las mínimas un pelín. Pero hasta el jueves y viernes, las mínimas estarán por debajo de los 10 grados. Sábado y domingo estarán entre 11 y 12. Y, quizá el viernes, las máximas lleguen a los 22 o 23, pero antes ni a los 20. El que se vaya a la playa será para descansar porque para bañarse no va estar.