Generación 2029

José Luis Pérez-Vera: El arte como juego

Baila, toca el piano y la guitarra, pero es, sobre todo, un cantaor que se ha hecho a sí mismo

Especial 90 años de ABC de Sevilla: «1929-2019. Impulso de futuro»

Cantando y bailando de pie sobre un escenario ABC

Luis Ybarra Ramírez

José Luis Pérez-Vera tiene la verdad del que lo cuenta. No es una reproducción sino de sí mismo. De sus gustos y aficiones. De su inquietud. Tiene la suerte del compás y el gusto por la música; toca el piano, la guitarra y también baila pero, sobre todo, es un cantaor artesano que se ha hecho solo. Un melómano que nació junto a las sevillanas más elegantes de su padre, Juan Rafael Pérez-Vera, y su tío Feliciano , uno de los letristas más fecundos del género. Sin duda, una ventaja que le vino dada.

Este joven artista cambia por definición. Es una esponja que evoluciona según lo que estudia en el momento o en función del proyecto en el que se embarque, porque está abierto en canal al conocimiento y su voz estriba entre los ecos misteriosos de Enrique Morente, el folclore auténtico con el que ha convivido desde niño, la dramaturgia descubierta en el Ballet Flamenco de Andalucía , del que ha sido miembro durante varios años, y los recursos que ha tomado de aquí y de allá por mera intuición. La Niña de los Peines, Manolo Caracol y Manuel Pareja Obregón son solo algunos de sus ídolos, a los que llegó en compañía de familiares y amigos y con los que ha decidido quedarse para siempre.

Ha grabado una sevillana junto a Manuel Lombo en el álbum «Cien por cien, Rocío» y ha sido miembro del Ballet Flamenco de Andalucía varios años

El camino más corto para escuchar sus virtudes es el de los tablaos sevillanos, donde se confiesa con arrojo varios días a la semana. ¿Y cómo ve el panorama flamenco en la ciudad? Pues «me parece que está muy bien planteado para los extranjeros que nos visitan, pero aún hay que hacer muchas cosas para el público local . El día de mañana, si tuviese la oportunidad y los recursos necesarios, me encantaría crear un espacio parecido a las cafés cantantes de la época orientado hacia los aficionados de aquí». Ahora fantasea con viajar por España con un espectáculo propio y compartir cartel junto a algunos de los ases del flamenco de hoy. ¿Y lo de grabar? «Seguro que también llegará», sentencia.

En su vida hay tres localizaciones importantes. Nació en Sevilla, pero se crió en Hinojos , donde aún vive, y estudió en el colegio Portaceli. Más adelante, se matriculó en el grado de Geografía e Historia en la Universidad Pablo de Olavide, donde ya se ha colocado en las puertas de salida. Ha sido en el Rocío , por último, el lugar en el que ha desarrollado parte del talento innato que lo caracteriza. En corro, junto a la familia, José Luis Pérez-Vera navega por los surcos de los discos que ha escuchado, las seguidillas ilustres que las canta el mismo que las escribe y las poses faraónicas de bailaor grande que manifiesta en este tipo de reuniones. Por todo ello, a sus 25 años, su propuesta es un muestrario a veces imperfecto de sus mayores devociones . El arte como juego. El nervio como ingrediente. La fragilidad de un tipo humilde en el que palpita el escenario donde se crece y en el que el público quiere verlo crecer.

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