Conmemoración de la Exposición Iberoamericana de 1929

Javier Rubio: «El 92 no dejó ningún monumento del valor de la Plaza de España»

El redactor jefe de ABC de Sevilla debatió este martes con la catedrática Amparo Graciani en torno a la Iberoamericana del 29

Amparo Graciani, Mercedes de Pablos y Javier Rubio, este martes en el Espacio Santa Clara Raúl Doblado

Jesús Morillo

El legado de la Exposición Iberoamericana de 1929 , lo que ha permanecido en la ciudad desde el punto de vista patrimonial, documental o inmaterial fue el eje sobre el que giró el debate, bajo el título ‘Una exposición que vive y habita entre nosotros’, que mantuvieron este martes en el Espacio Santa Clara entre el redactor jefe de ABC de Sevilla, Javier Rubio , y la catedrática de la Universidad de Sevilla y ateneísta, Amparo Graciani .

Una larga y documentada conversación, moderada por la directora general de Proyección de Ciudad y Relaciones con otras Administraciones, Mercedes de Pablos , en torno a un legado que se mueve entre monumentos, como la Plaza de España , que forman parte de las señas de identidad de la ciudad, como señaló Rubio, y el desconocimiento y la leyenda para muchos sevillanos, como destacó Graciani. Algo que podía resumir bien una anécdota, relatada por esta última, sobre un taxista que ponderó la belleza del Pabellón de Portugal , obra, en su opinión, como todo lo construido en la Iberoamericana de Aníbal González .

Es evidente que el arquitecto sevillano no diseñó ese pabellón, pero su nombre permanece en el inconsciente colectivo de la ciudad cuando se cita la exposición de 1929, con cuyas huellas se identifican sentimentalmente muchos ciudadanos. Como señaló Javier Rubio, «la identidad de Sevilla está en la Plaza de España, no concebimos la ciudad sin ese monumento que tiene cien años. La Expo 92 no ha dejado ningún monumento de ese valor », pese las evidentes mejoras en planeamiento urbano e infraestructuras que introdujo aquella conmemoración.

Pabellones desaparecidos

Otros edificios, sin embargo, no corrieron la misma suerte, ya que muchos desaparecieron, tal como relató Graciani, de entre más del centenar que se proyectaron para esta exposición, como, por ejemplo, el de Venezuela , mientras que de otros como los de Portugal o Estados Unidos se conserva solo parte de ellos, ya que las arquitecturas efímeras de estos fueron desmanteladas tras la clausura. «Lo que queda del Pabellón de Portugal es una cuarta parte de lo que hubo».

«No sé cómo pudo soportar Aníbal González tanto trabajo y tanta presión», señaló Amparo Graciani

La catedrática también destacó en su intervención el papel fundamental que desarrolló Aníbal González, pese a haber sido degradado durante los preparativos de la Iberoamericana de arquitecto director a director artístico, motivo por el cual terminaría dimitiendo en 1926. «No sé cómo pudo soportar tanto trabajo, tanta presión y que aparezca alguien como el comisario-regio, José Cruz-Conde , que te quiera degradar».

El arquitecto no llegó a ver inaugurada la Exposición, como tampoco su primo y otro de sus máximos impulsores, Torcuato Luca de Tena , como explicó el redactor jefe de ABC de Sevilla. «No llegó a verla inaugurada, porque murió en marzo, como tampoco el primer número de ABC de Sevilla, que se publicó el 12 de octubre de 1929, cuyo sobrino Juan Ignacio Luca de Tena puso en marcha».

Buen ejemplo de la popularidad y del cariño que despertó entre los sevillanos Aníbal González es que, como resaltó Javier Rubio, «tuvo un entierro como el de Joselito El Gallo ».

Por su parte, Graciani lamentó que aún queda mucho por hacer para conocer realmente la Exposición de 1929, ya que la documentación, que a punto estuvo de perderse, es de difícil acceso, mantiene, para los investigadores en el Archivo Municipal .

La cuestión del déficit

La catedrática, a preguntas del periodista de ABC, se aventuró, aunque con algún reparo, en la polémica cuestión sobre si la Iberoamericana resultó deficitaria para la ciudad.

En ese sentido, ofreció diferentes cifras sobre cómo fue aumentando durante los preparativos el presupuesto de gastos inicial, que mostraron de paso la entelequia del déficit cero que pretendían sus gestores.

Pero más allá de esto, lo cierto es que no todos los fondos «se gastaron en la exposición, sino que hubo muchas inversiones que se fueron a infraestructuras urbanas de lo más básico », de las que había un gran déficit en la ciudad, «y no me refiero a grandes avenidas, sino a lo más básico, como asilos para ancianos».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación