Humor sevillano

¿Se puede ser «malaje» siendo de Sevilla?

La capital andaluza es el epicentro de la «guasa» gracias a las cualidades propias del lugar, a sus referentes en el arte del humor y a la calle, que promueve exponencialmente `el chismorreo´ continuo

Julio Muñoz, Juan Amodeo, @mrlopera, el Bizcocho y Manu Sánchez opinan sobre el humor que se da en Sevilla ABC

Javier Marín

Sevilla y su dicotomía. Sevilla, con el corazón dividido entre si cruzar el puente o quedarse en el arco. Emocionándose en Semana Santa, y llorando de risa en la Feria de Abril. Las croquetas de la abuela o un adobito frito en el Blanco Cerrillo. Los de; «no cambio Matalascañas ni por todo el oro del mundo», o de; «en Chipiona hay que morir». Una ciudad de dualidades, y contradicciones continuas, sin embargo, con una máxima por estandarte; el humor.

¿Se puede ser malaje siendo sevillano? ¿El humor se puede adaptar a todas las circunstancias de la vida? ¿Es Sevilla lugar de culto para este arte? Hablar sobre esta temática sería pecado capital sin la opinión de los grandes en esta área. Para hablar del humor sevillano, hay que reunir a aquellos que lo practican e impulsan más allá de estas tierras. Manu Sánchez, Antonio Álvarez `el Bizcocho´, Julio Muñoz, @mrlopera y Juan Amodeo, cada uno con su estilo, cada uno utilizando un formato diferente, pero todos con la identidad sevillana grabada en su lenguaje humorístico.

«Se puede estudiar el humor, aprender el humor y tratarlo como una gran disciplina»

Manu Sánchez

Para ser médico los estudios específicos están claros, si tu ilusión es ser periodista, tienes una carrera universitaria esperándote pero, ¿cómo se es cómico? «Yo creo que tiene una mezcla de interpretación y de mucha calle. Aunque yo destacaría la empatía, esas son las tres cualidades, que hay que tener. Interpretación, porque al final contar un chiste no deja de ser una obra de teatro, donde te expresas con todo lo que puedas. Tener mucha calle, porque en otros sitios, el humor estará en otras partes, pero desde luego en Sevilla está en las aceras, en el viejo que dice cualquier ocurrencia, en la mujer que vive en la carnicería. Y empatía, para saber interpretar si a la gente le está gustando lo que le cuentas», sentencia Julio Muñoz. La réplica de Manuel Sánchez no se hace espera, «yo creo que hay mucho humor hecho y mal hecho para que se puedan sacar conclusiones. El humor no es algo que se haya empezado hacer desde hace cuatro días. Se puede estudiar el humor, aprender el humor y tratarlo como una gran disciplina, es cierto que no hay carrera al uso, pero todo es dadle tiempo».

La astucia andaluza

Las calles sevillanas, el lugar de mayor ingenio J.M. Serrano

Si se caracteriza al sevillano típico por algo es por su forma de ver la vida, de sentirla.

A pesar de los problemas siempre le consigue dar la vuelta al drama para convertirlo en menos sufrimiento. «Sevilla tiene una cosa que solo tiene Sevilla. Estás en cualquier sitio y se escuchan maravillas, no tiene por qué ser un bar, puede ser un mercado, en una plaza sentado, cada historia de cualquier persona... te quedas embobado, pensando esto no es para hacer un monólogo, sino una película» , comenta entre risas Juan Amodeo.

El Carnaval de Cádiz tiene una gran influencia en la lucidez sevillana, uno de sus actuales referentes chirigoteros, el Bizcocho, defiende la astucia andaluza; «va un poco con la gente del sur, esa poca seriedad a la hora de hablar de las cosas aunque nos importen como al que más». Una de las cuentas sevillanas humorísticas más importante no podía mantener por más tiempo su silencio, «hombre eso viene con la idiosincrasia de cómo somos los sevillanos, aquí rebuscamos el chiste y la `guasa´ con cualquier cosa. Además en mi tema en particular el fútbol, y con el Betis-Sevilla, es precioso», alega @mrlopera.

La cultura de la `tapita y cervecita´ Juan José Úbeda

«El humor es un gran aliviador de fatigas en nuestra tierra. El refrán dice al mal tiempo buena cara, aquí en Sevilla sabemos ponerle risas y guasa a las malas rachas, y es una filosofía de vida, salir a la calle con ganas de reírte y hacerle reír al otro», comienza Manu Sánchez. La ciudad de Sevilla es un conjunto de cualidades y características que la convierten en el mejor lugar para fomentar este arte. «Aquí gusta mucho la cultura del tapeo, la cervecita, eso mismo incita al chismorreo. Aquí la forma de vivir y el clima son condicionantes que promueven el humor», prosigue al argumento anterior @mrlopera. Por lo tanto, los grandes están de acuerdo, en Sevilla la gracia está presente.

«Tú sientes las penas pero encuentras la forma de refugiarte, no en la lágrima sino en la risa»

Juan Amodeo

«Hay una frase que leí en un barecito de la Plaza Nueva, `la alegría nos hace inmunes´ . Tú cuando estás contento, cuando te ríes, te vengas de la vida, te olvidas de todo», aclara Julio Muñoz una de las cuestiones más interesantes, el humor ante las adversidades. «No encuentro otra manera de vivir que no sea con humor. A todos los momentos malos de mi vida los he compaginado con ello. Mi padre murió cuando yo tenía 14 años, y la vía de escape que encontré fue a través del humor, mi familia también tiene esa manera de ver el dolor, tú sientes las penas pero encuentras la forma de refugiarte, no en la lágrima sino en la risa», termina su argumento Juan Amodeo. Es que, al fin y al cabo, el humor es sano y lo que es más importante sana, «muchas veces es complicado, ya que hay motivos en la vida personal donde se te quitan las ganas de hacer reír. Al final, te das cuenta que es terapéutico para uno mismo, cuando haces de tripas corazón y consigues deshacerte de lo personal y centrarte en lo profesional, ves que te ha servido como terapia» , finaliza Manu Sánchez.

El humor como arma

Uno de los mayores defensores de la cultura andaluza Juan Flores

«El que hace el humor tiene ese sentido del arte, le viene en cualquier circunstancia un chiste, es una forma de pensar, el filtro que tenga cada uno para leer el momento es la clave», alega el Bizcocho a la pregunta de cómo se les ocurre los chistes a los cómicos. Esas ocurrencias, esos `chismorreos´ tienen un trasfondo mayor del que parece a primera vista. «El humor como arma es infalible. Cuando tú sueltas una gorda con ´guasa´ puntúa doble, el humor es la forma más blanca de matar. Al que tú acabas de matar se queda vivo para poder responderte, y si no te responde bien, preferiría que le hubieras pegado dos tiros. Ahora, las armas hay que saber utilizarlas, un buen cuchillo puede servir para cortar jamón o para matar a tu vecino, yo prefiero usarlo para cortar jamón. No se puede criminalizar el arma, sino a la persona», reafirma el de Dos Hermanas una de sus máximas. Aunque hay una disputa en este caso concreto, «hay momentos en los que hay que separar, el humor es un arma de doble filo. Pero también el humor inmoviliza, cuando hay circunstancias adversas tan grandes, por ejemplo con la corrupción, parece que con hacer bromas sobre ella ya estamos en paz, con cuatro chistes y punto. Pero yo pienso que es suficientemente grave todo esto como para hacer bromas, joder que te están metiendo la mano en la cartera», termina su contraposición Julio Muñoz.

El humor sevillano es especial, tiene siempre un objetivo al que atacar y la ciudad de Sevilla reúne las condiciones necesarias para explotar al máximo este arte. La prueba de ello está en el nivel de nuestros cómicos que son referentes nacionales, pero sobre todo, el ejemplo de este hecho se puede observar día tras día en las calles de nuestra ciudad , donde en cada rincón se encuentra `cuarto y mitad´ de ingenio.

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