Misterios

Halloween: ¿truco o trato?

Su origen no es norteamericano y sí, por contra, muy europeo, pues era una festividad que celebraban los antiguos celtas llamada Samhain

José Manuel García Bautista

En muchas ocasiones he escuchado decir: « Halloween es una fiesta importada , yo no lo celebro, una 'americanada' más». Y, sin entrar en si es del gusto o no para la celebración, me atrevo a arrojar un poco de luz sobre el origen de la misma.

No, Halloween, no es una fiesta importada, aunque si llegó a Europa transformada en un viaje de ida y vuelta. Realmente es una deformación de la expresión inglesa «All Hallows'Even» ; por la vía escocesa que significa «víspera de todos los Santos».

Su origen no es norteamericano y sí, por contra, muy europeo, pues era una festividad que celebraban los antiguos celtas llamada Samhain, del irlandés antiguo y es un tipo de rito que ponía fin al verano y a la bondad del clima así como a la luz. Igualmente los británicos la conocían como Calan Gaeaf ; ambas se celebraban al finalizar la temporada de cosechas en la cultura celta y era una especie de «Año nuevo celta», tras él comenzaba el tiempo de oscuridad.

Cuando llegaba el Samhain, los celtas creía que se abrían puertas al «otro lado» y los espíritus, buenos o malos, pasaban a nuestro mundo. Los buenos o familiares eran invitados por sus más cercanos en vida y los malos eran alejados y ahuyentados. Por ello se usaban trajes  y disfraces, con el propósito de espantar a los malos espíritus asemejándose a uno de ellos y así evitando ser dañado. Los celtas se extendieron también por España donde, en Galicia, tuvieron una destacada presencia e importancia cultural.

En el Samhain se preparaban los víveres y provisiones para personas y ganado de cara a pasar el duro invierno. Se encendía una hoguera en el hogar, como luz, y se arrojaban al fuego los huesos de los animales sacrificados buscando la protección. Se complementaba todo con la adivinación y el recuerdo a los fallecidos.

En lugares como Asturias se celebraban cenas en las tumbas de los fallecidos. Una forma de recordarlos y honrarlos.

Con la llegada del Imperio Romano se asimilan algunas tradiciones, «la fiesta de la cosecha» tenía lugar entre los últimos días de octubre y primeros de noviembre reinando la diosa de los árboles frutales, Pomona, pero que venía a ser el equivalente de Samhaim.

Con el cristianismo se trató de eliminar estos cultos paganos y los papas Gregorio III (731–741) y Gregorio IV (827–844) trataron «pisarla» por una festividad católica (Día de Todos los Santos) mudada de fechas del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Hasta aquí toda la historia europea de Halloween , pero en el año 1840 llega un momento crucial. En Irlanda se produce la terrible hambruna en la que muchos mueren y otros emigran buscando una vida mejor. Lo hicieron a Estados Unidos y Canadá (donde hay importantes colonias irlandesas, sobre todo en Nueva York). Aquí es donde ese culto celta se comienza a deformar cuando se difunde la costumbre de tallar los «Jack-lantern» (es coger una calabaza y vaciarla tallando una cara malévola y ubicando una vela en su interior) y que se inspira en la leyenda de «Jack el Tacaño» .

En 1921 toma auge cuando se celebra un desfile especial de Halloween en Minnesota y de ahí a otros estados del gigante norteamericano para ser conocida. Si bien no es hasta la década de los 70 y 80 del pasado siglo XX cuando toma peso específico en Europa y el famoso «truco o trato» se convierte en un habitual, sobre todo en los más pequeños.

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