El 10 de junio nació el más ilustre de los arquitectos de Sevilla: Aníbal González
El autor de la Plaza de España nació un 10 de junio de 1876
La Sevilla de postal, la que se ha hecho mundialmente reconocida en todos los rincones del mundo; la Sevilla que atrae a turistas ávidos de cultura y de bellas estampas; la Sevilla monumental y la histórica está en deuda con un sevillano que se entregó en cuerpo y alma a construir una ciudad con identidad propia. La Sevilla mudéjar y cosmopolita que lidera los ranking del turismo internacional está ligada desde comienzos del siglo XX con la obra de su arquitecto más insigne, Aníbal González .
Era un 10 de junio de 1876 cuando el matrimonio formado por José González Espejo y Catalina Álvarez-Ossorio y Pizarro traían al mundo su primer retoño. Le pusieron de nombre Aníbal, un niño como otro cualquiera de finales del siglo XIX, pero que poco a poco comenzaría a destacar con su precoz visión del urbanismo . De ahí, que muy pronto emigraría a Madrid para realizar sus Estudios Superiores de Arquitectura .
Su experiencia como estudiante en la capital madrileña y la influencia de profesores como Ricardo Velázquez Bosco o Vicente Lampérez fueron determinantes en el estilo que desarrollaría décadas después. Aunque hasta que llegó su obra decisiva, Aníbal González probó incluso como ilustrador para la revista Blanco y Negro de ABC .
Pero hay una fecha en su carrera que cambiaría para siempre su trayectoria vital y profesional. En 1911 fue elegido para dirigir las obras de la futura Exposición Universal que acogería Sevilla en 1929 . Para ello, González ideó un proyecto que incluía cinco grandes conjuntos arquitectónicos, aunque finalmente sólo se ejecutaron tres de ellos: el conocido actualmente como pabellón Mudéjar , donde hoy se ubica Museo de Artes y Costumbres ; el pabellón de Bellas Artes y el pabellón Real . Los tres proyectos estaban concebidos en torno a la Plaza de América.
Sin embargo, la obra cumbre de este arquitecto sevillano no es otra que la Plaza de España, el monumento más visitado de la capital hispalense y frente a la que se erigió una escultura con su nombre. El proyecto comprendía la plaza y el gran palacio que la rodea, realizado bajo una presima, su propia interpretación del regionalismo sevillano, con sus elementos característicos, como son el ladrillo, la yesería, el hierro forjado y los azulejos.
Su trabajo para la exposición universal, así como sus proyectos privados, le valieron el reconocimiento de la ciudadanía y de las autoridades públicas, que lo condecoraron con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica y el 17 de febrero de 1922 fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII . En febrero de 1929, fue nombrado también Hijo Predilecto de Sevilla.
Pero sus últimos años perdieron el lustro con el que brilló en su juventud, falleciendo a los 53 años, sumido en la pobreza.
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