El rincón de ... José Carlos Pérez Morales

«El Casino de la Exposición de Sevilla era un pabellón efímero y lo salvó su excelencia»

Su tesis doctoral proporciona una de las fuentes documentales más rigurosas del que fuera arquitecto director de la Expo del 29, Vicente Traver

José Carlos Pérez Morales Rocio Ruz

Félix Machuca

Antes de entrar en en materia me gustaría que me ayudara a deshacerme de una duda: ¿qué exposición impactó más positivamente en el urbanismo de la ciudad, la del 29 o la del 92?

La del 29 recuperó la parte del sector sur. Y la del 92 recuperó la Isla de la Cartuja. Creo que ambas, urbanísticamente, recuperaron sectores de la ciudad en uso bajo.

Aquella primera exposición tuvo entre la prensa y algunos intelectuales una feroz resistencia, sobre todo al estilo regionalista que la definió. ¿Qué actitud tomó Vicente Traver, arquitecto director del evento?

En un primer momento intenta adaptarse al estilo llamado entonces «sevillano». Pero en realidad él es hijo del historicismo que cultiva en diversas facetas.

Traver venía de pasar por Madrid y sus tendencias historicistas y de Barcelona con su éxtasis modernista. Me encantaría saber qué pensaría del debate local suscitado por el regionalismo

No ve mal ni criticable que cada región busque sus señas de identidad. Otra cosa son las formas arquitectónicas que se utilicen para lograrlo. En eso tenía una visión propia.

¿Qué visión era esa?

Piensa que el Barroco y el Mudéjar son los estilos que mejor definirían a Sevilla en aquellos momentos.

¿Queda alguna constancia de lo catetos que debimos parecerle?

No creo que él pensara nada parecido en aquel momento. Él estaba muy cercano a los círculos intelectuales de la época y muy vinculado al Ateneo. Tuvo una extraordinaria consideración de Sevilla y de los sevillanos, casi sintiéndose un hijo adoptivo como así lo reconoció la Academia de Bellas Artes.

¿Que personalidad tenía Traver?

Un tipo hermético, pocas veces hacía apariciones públicas y podríamos considerarlo un hombre de su casa, escasamente interesado por el juego social. También es verdad que los cargos de relevancia que tuvo lo obligaron a salir más de lo que posiblemente a él le gustara.

¿Tuvo desencuentros personales fuertes con otras figuras emblemáticas de la Expo del 29?

Que se conozca, abiertamente, no. Desavenencias con algún que otro arquitecto por motivos profesionales seguro que los tuvo. Pero todo quedaba en el ámbito privado del estudio de arquitectura. No era amigo de airear disidencias en los periódicos.

Pero usted ha tenido que desbaratar cierta leyenda negra que lo condenaba a ser una persona de difícil trato con algunos de sus compañeros, con los que estaría abiertamente enfrentados

Su salida de Sevilla, tras la Exposición, habiendo competido duramente con Aníbal González, puede hacernos llevar a la creencia de que ambos estaban enemistados. Yo personalmente he podido constatar con la familia descendiente de Aníbal González de que aquel enfrentamiento era pura habladuría.

Fue el marqués de la Vega-Inclán, el inventor del actual barrio de Santa Cruz, quien lo invita a trabajar en Sevilla. Y curiosamente una de sus intervenciones fue en el Álcázar…

Así es. Trasladó la portada del palacio de los duques de Arcos de Marchena a la huerta del Retiro del Alcazar. Gracias a Traver hoy conservamos una magnífica puerta del gótico mudéjar.

¿Coincidió con su paisano Sorolla en el tiempo que el pintor impresionista trabaja en el Alcázar

Lo que puedo decir con absoluta seguridad es que mantuvo una estrecha relación con el pintor y que esta se tradujo en diversos regalos de retratos para colección de Traver.

Pero tengo entendido que no era infrecuente su comunicación epistolar…

Hay cartas que dan fe de esta relación donde se cuentan cosas de la tierra de origen de ambos y de sucesos del día a día que vivió en Sevilla.

Traver trabajó para las élites agrarias de la época y le diseñó un magnífico cortijo en Isla Mínima al Marqués de Olaso. Este marqués es el que abrió la ruta fluvial Sevilla-Sanlucar. ¿Qué huella de Traver queda de aquella relación en Triana?

El edificio llamado El Faro, hoy restaurante, era el lugar donde se expendían los billetes para la travesía en el vapor que te llevaba hasta Sanlúcar.

Muchos sevillanos lo desconocerán. Pero el Casino de la Exposición nació como pabellón efímero, como el de las comunidades españolas en la Expo del 92. ¿Quién la salva?

Se salva por sí mismo, por la calidad del proyecto en sí. Y no podemos olvidar que cuando Traver pasa a ser arquitecto director de la muestra decide salvar una serie de pabellones para uso posterior. Entre ellos, afortunadamente, estaba el Casino.

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