Sucesos

Caída del muro del Bazar España: La tragedia que apagó la Navidad en Sevilla

Se cumplen veinte años del trágico suceso que terminó con la vida de cinco personas

Estado en el que quedó el muro el día del siniestro J. M. Serrano

Elena Martos

Este 31 de diciembre se cumplen veinte años del derrumbe del muro de Bazar España que sepultó a cinco personas entre escombros en plena Ronda Histórica . Pero ni siquiera por lo redondo de la fecha habrá homenaje que las recuerde en el lugar del siniestro. Sin embargo, pocos olvidan aquella tristísima Nochevieja que vistió de luto los últimos festejos navideños. El fortísimo viento que comenzó desde temprano era el tema de conversación de la jornada y la mala suerte quiso que de una racha cayera el muro que rodeaba el solar del antiguo bazar llevándose la vida de tres mujeres y un hombre que esperaban el autobús en la parada situada justo enfrente. También dejó malherida a una joven, que falleció horas después en el hospital Virgen del Rocío .

Cincuenta metros de fachada que no estaba apuntalada se desplomó de golpe contra la acera provocando tal estruendo que sacó de sus viviendas a decenas de vecinos. Al comprobar lo ocurrido, muchos se lanzaron a retirar los escombros , colaborando con efectivos de los Bomberos y Protección Civil.

Y en medio de las labores de rescate de los cuerpos se vivieron situaciones trágicas, como el hallazgo de una chica de apenas 17 años, Ana María Barroso, que pasaba por el lugar de camino a la casa de una amiga. También el de Encarnación Ramírez Valverde , de 39, que fue identificada por su propio marido, miembro de los servicios de extinción de incendios, nada más llegar al lugar del siniestro. La mujer yacía en la acera de enfrente del antiguo Bazar España, tapada con una sábana, junto a Irene Moreno (22), Tomás Carroza (52) y María Pruaño (53).

La noticia conmocionó a la ciudad y en particular a su entonces alcaldesa, Soledad Becerril , quien había enterrado apenas un año antes al concejal Alberto Jiménez Becerril y a su esposa Ascensión García Ortiz , asesinados a manos de ETA. Las disculpas y los cruces de acusaciones siguieron a aquella jornada de fin de año, tras la que se decretaron dos días de luto oficial y se apagó la iluminación navideña del Ayuntamiento en señal de respeto.

El largo camino

El calvario no había terminado para las familias, que celebraron responsos por el alma de las víctimas, a la espera de una respuesta de sus gestores. El foco se puso sobre la inmobiliaria Osuna , que tenía previsto levantar la promoción de viviendas que hoy ocupa el antiguo solar, y del propio consistorio, propietario de una parte del mismo. Si había que apuntalar el muro, si no se tomaron las medidas necesarias, si la ubicación de la parada no era la idónea. El litigio duró cuatro largos años, como recuerda Emilio Moreno de Llamas , abogado defensor de la familia de Irene Moreno.

«Aquello creó un ambiente complicado, porque las entidades y las personas que se vieron implicadas tenían gran relevancia», indica. Una promotora de renombre, la Gerencia de Urbanismo y hasta el mismísimo Ayuntamiento. El escándalo provocó la dimisión del teniente de alcalde Mariano Pérez de Ayala (PA) y la imputación de varios técnicos municipales que se sentaron en el banquillo de los acusados durante las sesiones.

«Demostramos que aquello fue el resultado de una imprudencia evidente y, dado que no se podía recuperar la vida de ninguno, lo único que quedaba era llegar a un acuerdo económico cuanto antes para evitar que el caso se alargara durante décadas», señala este letrado. Y se logró. Se acordó una indemnización de 270.000 euros por cada una de las familias , que ya lo percibieron en la moneda europea que llevaba poco tiempo en vigor.

«Lo sucedido nos enseñó muchas cosas, la primera y más importante: que no se puede ahorrar dinero a costa de la seguridad y la segunda, que las paradas de Tussam no deben estar cerca de ningún lugar de demolición» y desde entonces ya no se encuentran ahí. Moreno de Llamas recalca que la mejor prueba de que el muro no estaba fijado es que fue lo único que se cayó por el viento aquella tarde, mientras que otros elementos urbanos como los postes de publicidad que estaban instalados en las calles aledañas permanecieron en pie. Fue una lucha de David contra Goliat, porque había personas relevantes enfrente y compañeros de reconocido prestigio , pero la verdad solo tiene un camino, considera el abogado. Tras la firma del acuerdo, el juez absolvió a los siete acusados y cerró el caso.

Pero con este arreglo, los problemas no habían terminado para los parientes de los fallecidos, que años después se vieron envueltos en una reclamación fiscal a cuenta de la indemnización del Ayuntamiento, que se tramitó como subvención y no como ayuda solidaria, lo que conllevó una generosa multa de Hacienda. Fue entonces cuando las familias comenzaron a tomar la palabra representadas por Ana Albarrán , madre de Ana María Barroso, que llegó a crear una asociación para reclamar los derechos y, sobre todo, el respeto para los fallecidos. Con el tiempo todo se apaciguó , los miembros del colectivo fueron perdiendo el contacto y soportando la pérdida cada uno por su lado, aunque cada 31 de diciembre, irremediablemente se acuerden los unos de los otros.

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