Blanca Alabau: El éxito de un apellido

El máximo logro que puede alcanzar un deportista es un oro en los Juegos Olímpicos . Y en clave sevillana, la última en lograr semejante hazaña tiene un nombre, Marina, y un apellido, Alabau. Ese apellido parece ligado al éxito ya que la hermana menor de la campeona en Londres 2012 parece dispuesta a prolongar la hegemonía de su dinastía. Blanca Alabau es diez años menor que Marina, por lo que ha crecido en el deporte y en la vida siguiendo el ejemplo que la mayor de la casa ha dado a los más pequeños. Caprichos del destino (o más bien del esfuerzo y la constancia), en el último mundial y europeo de la categoría Foil de windsurf Marina fue oro y Blanca, plata . Una experiencia que la menor calificó como «superemocionante. Desde siempre hemos querido entrenar juntas y al ser yo bastante más pequeña no podíamos. Desde niña veía a Marina llegar a casa con los mundiales que ganaba por ahí y era una referencia , siempre lo fue».

En este caos que es en muchos casos el Comité Olímpico Internacional, Blanca está a la espera de conocer si, como todos esperan, el Foil se convierte en la nueva categoría incluida en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Si eso se cumple, España podría vivir el caso histórico de ver a dos hermanas compitiendo por una medalla . «El RS:X está ya un poco obsoleto, la disciplina en la que Marina ganó el oro. Ahora quieren meter el Foil en los juegos y eso sería una gran oportunidad para las dos. Lo malo es que ella es la mejor del mundo, para ganarle a ella tengo que ganarles a todas », reconoce Blanca, que bromea diciendo que es «subcampeona del mundo, y de mi casa». Eso sí, la competición entre hermanas no les genera conflictos en casa, ya que «nos ayudamos mutuamente. Ella tiene la experiencia y la constancia, y yo tengo la motivación y el empuje de la juventud».

Sin embargo, el apellido no gana campeonatos y billetes a los Juegos, por medio quedan meses de sesiones de dos horas de gimnasio y dobles sesiones en el mar de Tarifa. Y es que en su disciplina Blanca se ha visto obligada a salir de Sevilla para competir a nivel profesional. «Empecé en el Club Náutico Sevilla, en el río Guadalquivir, que para aprender es perfecto, pero para nivel profesional falta espacio. Hay que entrenar en el mar, donde las condiciones son cambiantes y hay más viento, pero nos han apoyado mucho en Sevilla», reconoce la menor de los Alabau, que desea que en el futuro la ciudad hispalense «siga creciendo y sigan ayudando económicamente a los deportistas para que puedan viajar a las mejores competiciones y tener los mejores entrenadores». Por si acaso, Blanca está centrada y tiene también sus estudios en Turismo y Marketing , por si rola el viento del windsurf. Eso sí, con el apellido Alabau en su DNI, el éxito está casi asegurado.