El delegado en Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Miguel Ferrer
El delegado en Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Miguel Ferrer - JuAn Flores
medidas contra la erosión

«No sé por qué el debate ha derivado en que si se hace el dragado, Doñana se muere»

El biólogo Miguel Ferrer, delegado del CSIC en Andalucía, asegura que los perjuicios se podrían resolver

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El delegado en Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Miguel Ferrer, ha destacado que le llama la atención por qué hay tanta oposición al dragado en profundidad del río y ha puesto en duda los supuestos efectos negativos que para el Parque Nacional de Doñana. «Que me expliquen por qué el dragado afectaría a Doñana», ha enfatizado Ferrer en declaraciones a ABC.

El también exdirector de la Estación Biológica de Doñana y presidente de la Fundación Migres, sostiene que la postura del CSIC, como en todos los casos en los que se pide una opinión a sus expertos, es la de colaborar con las administraciones.

Recuerda Ferrer que el Consejo, en el informe que se le solicitó en su día, apuntó que con el dragado de profundización «había cosas que beneficiaban al río» y otras que podrían provocar perjuicios en la parte baja de Doñana, pero que se podrían resolver técnicamente, al igual que se ha hecho en similares circunstancias en otras partes del mundo.

Según Ferrer, la afección a Doñana no sería importante. «No sé por qué el debate ha derivado en que si se hace el dragado de profundización Doñana se muere. Eso no dice el informe del CSIC».

El supuesto perjuicio se concreta en un probable riesgo «por incremento de erosión en las márgenes de la desembocadura, que afectaría a Doñana. Pero no hay motivos para considerar que el dragado no se puede hacer». Existen soluciones para esa erosión, resalta Ferrer. «Hay muchas alternativas que se utilizan en algunos lugares del mundo, en Holanda o Escocia, donde hay problemas de erosión. El impacto de la ola puede ser absorbida con una barrera permeable. Además sería beneficioso para la biodiversidad al crear una zona de inundación de agua salada.

Si la única afección grave del proyecto sería la erosión del margen de la desembocadura, también hay aspectos beneficiosos. «El aumento de la velocidad de circulación en el canal central contribuiría a disminuir los sólidos en suspensión, lo que iría a favor de bajar el tapón salino. Me gustaría que me explicaran por qué el dragado afectaría gravemente a Doñana», insiste.

Por lo que se refiere a la incidencia del dragado de profundización en los arrozales, Ferrer asegura que «lo que dicen los modelos de simulación más bien es lo contrario».

«El río tiene muchos problemas, pero no es el dragado. Es un río que nos hemos cargado y que habría que plantearse de una vez recuperarlo». Uno de los principales problemas es el de los sólidos en suspensión, «que impide que la luz llegue a los laterales y al fondo del río, y por tanto no pueden crecer algas y plantas y no hay peces. El nivel de los sólidos en suspensión es tan alto que la luz no llega, y eso afecta a un parte considerable del río. Otro problema es que el tapón salino está subiendo. Entre otras cosas porque el río está superregulado».

A esta situación se ha llegado porque «hay una tendencia a no respetar los lindes, se ara hasta el mismo borde del río en todo su recorrido y cada vez que llueve hay un aporte de arena y de tierra que no se debería producir. Además, está la manía que tenemos en las múltiples presas del río, que aprovechan grandes avenidas para hacer la limpieza de la colmatación. Las presas se colmatan, y aprovechan las avenidas para soltarla. Eso hace que el Guadalquivir parezca como colacao espeso».

En CSIC tene un programa de colaboración con la Autoridad Portuaria de par el dragado de mantenimiento que consiste en determinar su impacto real en las márgenes sobre todo por el vaciado de arena, cómo afecta al entorno y como se podría mejorar la situación.

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