Los sanfermines se despiden con una sonora pitada al alcalde

En esta ocasión no ha habido ikurriñas en el balcón principal ni banderas a favor de los presos etarras entre la multitud que abarrotaba la plaza Consistorial, pero los Sanfermines de 2015, los primeros Sanfermines de Bildu, han finalizado a las 12 en punto de la noche nuevamente con polémica.

Cuando el alcalde de la ciudad, Joseba Asirón, ha comenzado la alocución en euskera a los congregados para despedir las fiestas, una sonora pitada ha ensordecido las palabras del alcalde, que apenas se han podido escuchar ni tan siquiera por parte de los que se encontraban en el edificio municipal junto a Asirón.

Preguntado por la pitada, el alcalde de Pamplona la ha achacado a que «cuando se dice que se han acabado las fiestas de San Fermín siempre se ha pitado, de toda la vida».

Sin embargo, lo cierto es que en el momento en que Asirón ha comenzado a hablar en castellano, los pitos se han apagado y todos los asistentes han podido escuchar nítidamente cómo se daban por finalizados los Sanfermines de 2015.

Eso sí, no ha faltado un llamamiento a acudir a la plaza dentro de un año para celebrar nuevamente «unas fiestas que construiremos entre todos y todas», ha asegurado Asirón. La tradicional canción de «Ya falta menos» y una traca de fuegos artificiales han puesto el punto final a unos Sanfermines que han sido calificados por el alcalde como de «magníficos» y «las fiestas más tranquilas en muchos años».

Como balance, el alcalde ha incidido en que si bien se han reducido las agresiones sexistas «gracias a la labor de la policía municipal», todavía queda trabajo por hacer. Hacía así alusión a la agresión sexual que se produjo la noche del 9 al 10 de julio y que está siendo investigada por la Policía. Asirón también ha abogado por tratar de mejorar la imagen que se da de la ciudad.

Enrique Maya, líder de la oposición, ha añadido como puntos negros, además de la agresión sexual, la presencia de la ikurriña en el inicio de las fiestas «cuando muy poca gente deseaba que estuviera en el balcón municipal» y el ahogamiento de un joven en el río Arga también en aquel primer día de Sanfermines.

No obstante, los miles de personas que se han congregado en la plaza Consistorial, ya sin pañuelos anudados al cuello, no han querido dar por concluidos los Sanfermines y se han dispersado por las calles del casco antiguo dispuestos a continuar la fiesta ya sin actividades programadas oficialmente, pero sí con muchas ganas de bailar y disfrutar por los bares de la ciudad. Fiesta que se alargará en el caso de los más juerguistas hasta bien entrado el día.