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Bale, celebrando su tanto - ÓSCAR DEL POZO
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La felicidad regresa al Bernabéu

Buen triunfo del Madrid, el primero de 2015, ante un dócil Español (3-0). Marcaron James, Bale y Nacho. Un empate entre Barcelona y Atlético proclamaría a los blancos campeones de invierno

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El paracetamol para detener los síntomas del resfriado. Los goles para frenar un conato de crisis. Así ha sido toda la vida. Y así será siempre. Tras tres derrotas consecutivas (si contamos la del amistoso en Dubai contra el Milán), el Madrid por fin se estrenó en 2015 con una contundente victoria ante un dócil Español, posiblemente el mejor enemigo que puede tener el conjunto blanco en época de dudas. Hasta se presentó de morado en el Bernabéu, como el antiguo Castilla. Todo quedaba en familia. (Narración y estadísticas)

Doce minutos le duró el empate a los de Sergio González. Una combinación eléctrica al primer toque entre Bale, Cristiano y James la finalizó el colombiano con un zurdazo rasito por entre las piernas de Casilla.

La asistencia de Cristiano era la novena en Liga, convirtiéndose en el mejor pasador del campeonato. Hace ya mucho tiempo que el luso no solo vive de goles, aunque lleve la barbaridad de 26 dianas en 17 jornadas.

Nueve asistencias lleva en Liga Cristiano, el que más

El tempranero tanto del Madrid no cambió el guión del conjunto catalán: todas las pelotas para Sergio García y Caicedo, calidad y potencia del Español. Para su infortunio, enfrente tenían a Varane, quizás el único central suplente de la historia del fútbol que está entre los tres mejores del mundo. El galo estuvo soberbio, como de costumbre. Cada partido suyo es un doctorado con calificación cum laude. La renovación de Pepe va estar cara.

Por contra, Coentrao y Arbeloa volvieron a desentonar. El salto de calidad y talento de los laterales titulares a los suplentes es gigantesco. Luso y español son intrascendentes en el juego del equipo. Es cierto que ensanchan el campo y se asoman con generosidad a tres cuartos del mismo pero una vez ahí el desenlace es una pérdida de balón o un pase inocuo hacia atrás. Si a eso le sumas la mala cabeza de ambos a la hora de medir sus entradas, el disparo a ambos pies está asegurado. Arbeloa ya debió ser expulsado en Copa por una patada terrorífica a Gabi y Coentrao sí que vio una roja estúpida ante el Español por entrar con ambas plantas por delante a un balón divido por el que también pujaba Cañas. Quizás ya es hora de que Ancelotti se quite la venda y suba a Nacho en el escalafón de suplentes. En media hora ante el Español, gol incluido, hizo más que Arbeloa y Coentrao en toda la temporada.

Bale, golazo y pitada

Mucho antes de que Nacho hiciera el tercero y sentenciara el partido, aún en la primera mitad, el Madrid lograría el primer tanto de golpe franco de la temporada. Mereció la pena esperar cinco meses. El libre directo botado por Bale lo clavó el galés en la escuadra con Casilla de espectador de excepción. Escandaloso golpeo del británico, bastante mejor lanzador de faltas que Cristiano pero donde hay patrón, no manda marinero.

Otra cosa es que a Gareth le vaya la marcha. Como en Valencia, una cabalgada suya hacia portería la finalizó con un mal golpeo y con Cristiano llevándoselo los demonios, solo como la una para empujar el balón a la red. Mala decisión de Bale y feo gesto del portugués. Aquello le costó a Bale una pitada «light» del Bernabéu, pero pitada al fin y al cabo. Aunque fuera del campo su relación sea de amistad y no pare de elogiarle, no conviene tentar tanto la suerte. Echarle un pulso a Ronaldo es un sinsentido y Bale no tiene intención de ello, pero hay acciones puntuales que su memoria debería retener con especial mimo. Para su bien y, sobre todo, el del equipo.

Los tres puntos logrados ante el Español dejan al Madrid con cuatro de ventaja sobre Atlético y Barcelona, a la espera del partido del Camp Nou. Un empate proclamaría a los blancos campeones de invierno, algo que no se lograba desde la Liga de Mourinho. Como repitió Ancelotti durante los últimos siete días, no había motivos para preocuparse. El malestar tras Mestalla y el Calderón no ha provocado ni un carraspeo.

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