Patrimonio

La portada escondida de San Bartolomé

La que fue concebida como portada principal del templo permanece oculta en un patio de Carmona

La portada de estilo barroco y realizada en ladrillo resulta muy complicada de ver en toda su dimensión A.M.

ALBERTO MALLADO

Escondida por los caprichos del urbanismo y por el crecimiento hacia dentro de la ciudad. En un pequeño patio de Carmona permanece una hermosa portada barroca , creada para ser el acceso principal a la altura de la monumentalidad del templo en el que se abre. Es la portada de Poniente de San Bartolomé, una elegante construcción muy poco conocida.

La iglesia de San Bartolomé, forma parte del patrimonio más querido por los carmonenses. En ella está una de las principales devociones de la ciudad, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que tiene capilla propia. En su interior presenta una planta basilical con tres naves que sorprenden por su altura y elevación,  sostenida por amplios arcos ojivales, acordes con la estructura mudéjar del edificio, que fue levantado en el siglo XV.

La fábrica primitiva fue modificada en época barroca. Las intervenciones más importantes tuvieron lugar entre 1777 y 1785. En 1784 se le añade la enorme torre fachada situada a los pies y concebida como acceso principal. Se encargó de levantarla un carmonense Andrés Acevedo Fariñas. La torre resulta una construcción soberbia, que arranca con notable anchura y se remata en un cuerpo de campanas más estrecho. A sus pies quedaría la entrada principal al templo. Aquí se creó una portada realizada en ladrillo con formas propias del Barroco final y que sigue los cánones predominantes de la época. Se adorna con motivos clásicos y con volúmenes geométricos en los laterales y se corona con dos vanos circulares que iluminan el zaguán al que da acceso y que precede a la nave principal del templo.

Era un acceso acorde a la monumentalidad de la torre y que además daba a un espacio abierto a la Plaza del Palanque, un lugar amplio, sobre todo en la fisonomía mudéjar del urbanismo,  carmonense situado tras el Alcázar de la Puerta de Sevilla. Una plaza que constituía el lugar al que desembocaban quienes entraban al núcleo de la ciudad tras pasar por la Puerta de Sevilla y que constituía, acorde al espíritu barroco, una escenografía que evidenciaba la importancia de la ciudad a quienes llegaban a ella.

Pero l a portada y la configuración urbana  de la zona no duraron mucho tiempo . Poco después el espacio se fue colmatando de casas que dejaron cerrada la comunicación entre este acceso al templo y la plaza, de forma que quedó como está hoy, en medio de un patio sin acceso al exterior  que funcionaba como espacio privado de la casa rectoral. En la década de 1860 ya hay documentos gráficos de la construcción de estas casas de forma que la portada ya estaba oculta, por lo que apenas estuvo visible desde la calle unos 60 años . Para colmo,  justo delante de ella se sembró un naranjo que ha alcanzado un porte considerable, de forma que ni desde el interior del patio se puede observar bien la portada y sus proporciones. Con las casas adosadas quedó también limitada la perspectiva de la torre y la constatación de su verdadera entidad constructiva, que alcanzó una altura que la convierten en un espléndido mirador sobre el casco histórico de Carmona, con panorámica tanto al Alcázar de la Puerta de Sevilla como al casco histórico intramuros de la ciudad.

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